Cine, ciencia y tecnología: San Pedro Cholula, punto de encuentro con el director Hugo Vivar

Portada e interior: Hugo Vivar, director de cine, fundador de The Cholula Film. Esta y las tres imágenes de interiores es cortesía de Hugo Vivar.

 

En un fin de semana de curiosear por YouTube, me topé con una presentación transmitida hace casi un año por El Colegio Nacional en colaboración con la Academia Mexicana de Ciencias con el título de “Ciencia y Cine”, presentado por el ingeniero Jorge Urrutia Fucugauchi, miembro de esta importante institución. Durante el transcurso del video se habló acerca de la cercana de la relación y origen de los avances técnicos y científicos con el cine, los fascinantes artefactos ideados e ingeniados durante los siglos XIX y XX, como el taumatropo, el fenaquistiscopio, el zootropo o el revólver fotográfico; e incluso personajes de los cuales no había llegado a escuchar hasta ahora, como los franceses Jules Janssen, Etienne Jules Marey y Jean Painlevé, o el inglés Eadweard Muybridge.

Al considerarme una generación que fue fuertemente influida en la juventud por los documentales y representaciones de Jacques-Yves Cousteau y David Atenborough, me tomó por sorpresa que al ver una entrevista por televisión, me enterara de la existencia de un estudio donde se hace, se produce y se hacen efectos especiales a tan solo unas cuadras del lugar donde resido, por lo que con gran curiosidad decidí ponerme en contacto con dicho estudio para poder echar un vistazo a un entorno ajeno a mi experiencia previa, como lo es un foro de filmación. Después de un intercambio de correos electrónicos, Hugo Vivar, quien es director de cine y otorga el acceso, estuvo de acuerdo en recibirme.

(The Cholula Film posee la green screen más grande en el estado de Puebla.)

Hugo es chileno de origen. Fue publicista para varias agencias notables, tanto nacionales como internacionales, durante varios años. Hace ya más de dos décadas vino a México de vacaciones para visitar a su hermano, que se dedicaba al negocio de refacciones de la industria textil en Puebla. Sin embargo, Hugo decidió quedarse en México e incluso llegó a casarse. Su esposa es originaria de Cholula. Mientras continuaba con su trabajo en la publicidad, decidió estudiar en la Escuela de Cine Art7, ubicada en Coyoacán en la Ciudad de México, compartiendo que, mantuvo un interés particular por el género de Ciencia-Ficción en el popularmente conocido séptimo arte, siendo además un gran admirador y poseedor de las cintas protagonizadas por “El Santo”.

Después de una valoración personal entre seguir desempeñándose en la publicidad o probar suerte en el cine, y tras varios años de ahorro y un proceso de una transición laboral de TVAzteca a tener su propio estudio, optó por bosquejar la idea de una película de Ciencia-Ficción que terminó de concretarse en 2018, con su primer largometraje conocido como El Expediente Atlimeyaya, basada en el folclor popular alrededor de avistamientos de luces en ese lugar de Atlixco, a la que dedicó un gran empeño en cuanto a la utilización de los efectos especiales y reconoce que no tanto así en el guion, pues considera en su opinión, que al ser un género descontinuado durante muchos años en México, quería dejar huella y ser considerado por mercados referentes y consumidores de este tipo de películas, es decir, dar a conocer que algo se está haciendo en México y sobretodo en San Pedro Cholula. Siendo en sus palabras, ya un éxito en Estados Unidos e Inglaterra estando disponible en la plataforma de Amazon Prime y en Latinoamérica por la plataforma Mowies.

También trabajó en dos cortometrajes llamados La leyenda de No Tlaltipak, coproducida con el ayuntamiento de San Andrés Cholula en 2019, con motivo de la conmemoración de los 500 años de la matanza de Cholula. Basado en la idea de Eduardo León, narra la destrucción de un Calpulli tras el paso de Hernán Cortés. Con diálogos en náhuatl, actuaciones de gente de San Nicolás de los Ranchos y locaciones en San Luis Tehuiloyocan, se puede acceder a este cortometraje por medio de la plataforma Mowies y otro cortometraje de terror para alumnos del Instituto Tecnológico de Monterrey, además de tener otros compromisos fílmicos, tanto como director principal como en colaboración en años venideros, sobresaliendo un interesante proyecto de escribir un guión y dirigir una película sobre el Escuadrón 201, aquel grupo mexicano de aviación que combatió en la Segunda Guerra Mundial. Concluyendo en este tema que México, a diferencia de países como Estados Unidos, tiene un potencial enorme para explotar historias propias y originales al tener una riqueza cultural, histórica y de talento humano.

Hugo agrega además que, tras una serie de intercambios con el anterior Secretario de Cultura del Estado de Puebla, Julio Glockner, largometrajes con temáticas y recreaciones como La leyenda de No Tlaltipak serían proyectos posibles de concretar. Sin embargo, los gobiernos tanto locales como estatales, en su mayoría y salvo algunas excepciones, han dejado pasar de largo estas propuestas, lo cual ha representado hasta cierto punto un sinsabor momentáneo en su incursión con los poderes en turno.

Desde su punto de vista, es importante que una industria como el cine inspire a más gente a realizar cosas que aporten y sean representativas para su comunidad y que sean dignas de marcar la memoria colectiva para la posteridad. “No siempre es fácil”, menciona Hugo, es un proceso que conlleva dificultades personales, económicas y materiales pero hay que trabajar por aquello y sobretodo “creer en uno mismo” en cualquier cosa que uno se proponga.

Para finalizar, recordé (y a manera de analogía), como alguien formado en una ciencia, que los científicos solemos utilizar ciertos instrumentos, herramientas u objetos que median entre las representaciones de los objetos que estudiamos y que estos objetos muchas veces no son producto de nuestras propias industrias nacionales sino que la mayoría de las veces se importan de otros país. En este sentido le pregunté a Hugo de dónde provienen la mayoría de los materiales que suelen utilizar en la industria fílmica. A lo que respondió que en este sentido Alemania lleva la batuta, aunque diferentes equipos e instrumentos utilizados para producir cine provienen de Estados Unidos, Inglaterra y, últimamente, Australia, que tiene una oferta de buena calidad y más económica que puede ocuparse sin ningún problema. Aunque también existe la posibilidad de la renta de equipo al Instituto Mexicano de Cinematografía cuando se proponen y presupuestan proyectos ante la Secretaría de Cultura que conllevan la puntualización de gastos al estar estas instituciones ligadas a la Secretaría de Hacienda.

(Foto del autor)

Hugo remató que este tipo de tópicos sobre equipo y tecnología no son usuales para él y de los cuales esté tan familiarizado cuando se presenta ante la prensa, y que otro aspecto al cual dedica sus actividades además del cine es a la escritura de novelas de ciencia-ficción. Incluso proyecta el lanzamiento, en fecha próxima, del título Welcome to Roswell en Estados Unidos. Un mensaje importante de Hugo para los jóvenes que quieran dedicarse a hacer cine en México es que su trabajo logre ser visto como “una especie de incentivo” y “que la ciencia-ficción no debe ser un tabú en México”, pues “si lo logras realizar algo bien “podrá exhibirse en países que son considerados mejores en este género, como Estados Unidos, por ejemplo”.