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Las tribulaciones de Masuo Kodani

Las tribulaciones de Masuo Kodani

Noviembre 12, 2021 / Por Alejandro Hernández Daniel

Portada: Masuo Kodani y Curt Stern, marzo 17 de 1947. Revista Life. Fotografía de Herbert Gehr

 

Usualmente, cuando entablo contacto con alguien a quien entrevisto lo más común es que responda a las preguntas que le formulo y, de entre lo que posteriormente regresa de vuelta, suelo encontrar algunas buenas lecturas o pistas que captan mi atención. Pero en esta ocasión fue al revés. Debido al retraso de las respuestas de mi entrevistada, por diversos motivos académicos y políticos, me facilitó un artículo de su autoría[1] cuando por curiosidad le pregunté sobre algo que había leído en una de sus publicaciones, el llamado “Proyecto Kodani”, a lo que respondió: “El Proyecto Kodani se trata sobre el estudio histórico y sociopolítico de la vida y trayectoria de [las cursivas son mías] científicos asiáticos radicados en Estados Unidos, que fueron presos en aquel país durante la Segunda Guerra Mundial y que se dedicaban a la genética, en especial, japoneses-estadounidenses”

Tal proyecto recibe su nombre por el científico de origen japonés nacido en Los Ángeles, Masuo Kodani (1913-1983). Kodani estudió en la Universidad de Berkeley, donde se graduó en zoología en 1938 y conoció a su esposa Fumi, que provenía directamente de Japón. Ambos contrajeron matrimonio en 1942, tras lo cual ella abandonó sus estudios profesionales, no así Masuo, que permaneció como estudiante de doctorado en el Departamento de Zoología de aquella universidad, donde estudió la estructura de los cromosomas[2] en las glándulas salivales de la mosca de fruta, bajo la dirección del zoólogo de origen alemán Richard Goldschmidt.

Vale la pena mencionar que a principios de la década de los cuarenta del siglo pasado, la Universidad de Berkeley, en California, donde Kodani llevaba a cabo su formación e investigaciones, era un centro que atraía a aquellos interesados en la disciplina de la genética y era considerada como una de las universidades que poseían uno de los mejores programas de doctorado en Genética en los Estados Unidos, además de estar en estrecho contacto con otras instituciones como el célebre Instituto Tecnológico de California, conocido también como Caltech.

Sin embargo, después del bombardeo de la base naval de Pearl Harbor, en Hawaii, por parte de la Armada Imperial Japonesa en 1941, surgió un ambiente de hostilidad y persecución contra japoneses, descendientes de japoneses y procedentes de otros países asiáticos que residían, especialmente, en la costa oeste de los Estados Unidos. Esto llevó a tomar la polémica decisión gubernamental de abrir “Campos de relocalización” para alojar forzadamente a esta población, donde se construyeron barracas precipitada y provisionalmente, detrás de cercas con púas, a partir de la orden ejecutiva firmada por el presidente Franklin D. Roosevelt en 1942.

Kodani fue obligado, junto con su esposa ‑para entonces ya embarazada de su primera hija‑, a transladarse al centro de relocalización de Manzanar, en el desierto del Valle de Owen, en California, bajo condiciones alienantes de aislamiento y desorganización, sin importar en la gran mayoría de los casos la condición social de los internados, pues de acuerdo con la lectura, muchos fueron sobresalientes en negocios de industrias pesqueras, agrícolas, servicios domésticos, médicos, abogados, ingenieros y educadores. Tal como lo dejó claro el mentor de Masuo en Berkeley, Richard Goldschmidt, en una carta fechada el 30 de Abril de 1942, dirigida a su destacado colega y activista Leslie Clarence Dunn, de la Universidad de Columbia, en Nueva York, que se dedicaba a la genética del desarrollo: “Precisamente hoy, mi mejor estudiante (Kodani) […] fue removido de lo que eufemísticamente llaman un centro de recepción ‑que de hecho es un campo de concentración.”

A la par de la situación de Kodani, entre la comunidad científica de la costa oeste que estaba en contra del internamiento de varios de sus colegas de origen japonés, se encontraba Robert A. Emerson, del Instituto Tecnológico de California, dedicado a la investigación fisiológica en plantas, quien con el apoyo de su colega Fritz Went y el físico Robert Andrews Millikan (ganador del Premio Nobel de Física en 1923), impulsaron una iniciativa para buscar alternativas a la obtención de caucho tras el corte de suministros de este producto proveniente del sureste asiático. El caucho, en ese entonces, se consideró un material estratégico, pues a lo largo del conflicto bélico se utilizaba en la elaboración de diferentes insumos, desde neumáticos de transportes motorizados hasta recubrimientos para dispositivos eléctricos que se utilizaban en el frente de guerra.

Es así que químicos y agricultores buscaron un sustituto a las grandes plantaciones del árbol del caucho (Hevea braziliensis), introducido y cultivado en Asia para la adquisición de látex, de donde se obtiene el caucho. Una de esas alternativas prometedoras fue el arbusto del guayule (Parthenium argentatum), nativo del desierto de Chihuahua y suroeste estadounidense, del cual también se consigue látex. En conjunción con la iniciativa de Emerson patrocinada por Caltech, el Proyecto de Emergencia del Caucho y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, se dio paso a un importante esfuerzo bajo el nombre de “Pequeño Guayule” para el cultivo, cosecha, propagación, trabajo de campo, armado de laboratorios, investigación y desarrollo de nuevos métodos de extracción y purificación del látex de este arbusto, bajo la dirección del físico de Berkeley, Morganlander Shimpe Nishimura, al cual Masuo Kodani terminó por sumarse en el campo de Manzanar.

En el campo de Manzanar, Kodani trabajó en aspectos citogenéticos[3] del guayule, colaboró con George Ledyard Stebbins, uno de los nombres asociados con la Síntesis Evolutiva[4] y con quien luego coescribió un artículo,[5] además de trabajar como profesor de preparatoria en biología y zoología, así como en la escuela nocturna de Manzanar. Después de la guerra, Kodani consiguió hacerse de una beca de investigación por parte de la Fundación Rockefeller en la Universidad de Rochester, en Nueva York, para trabajar como asistente del alemán Curt Stern, un exalumno de Thomas Hunt Morgan y también un buen amigo de Richard Goldschmidt, que trabajaba e investigaba sobre genética en el modelo de la mosca de la fruta, lo cual significó para Kodani, su esposa y sus hijas, un gran desplazamiento de costa a costa.

A pesar de que al término de la guerra, y tras la adquisición de un nuevo empleo académico en Rochester, parecía promisorio para Kodani, poco después tuvo que enfrentar otra dificultad pues su esposa Fumi fue declarada inmigrante ilegal tras su liberación del campo de Manzanar, pues su permiso como estudiante había expirado, lo que acarreaba la amenaza de su deportación de vuelta a Japón, no obstante de estar ella casada con Kodani (que era ciudadano estadounidense), tener ya en ese momento dos hijas nacidas en el país y contar con el apoyo y mediación de Curt Stern, lo cual pareció no importar al Servicio de Inmigración y Naturalización.

Dos años después en 1947, a Stern se le ofreció ocupar el lugar de Goldschmidt en el Departamento de Zoología en Berkeley, el cual aceptó y le ofreció a Kodani el puesto de investigador asistente, pero instándolo a buscar algún otro lugar de trabajo en otra universidad para desarrollar una línea de investigación independiente. En medio de una crisis con su esposa para mantener a su familia con ingresos precarios, Kodani optó por aceptar un trabajo en el Departamento de Botánica de la Universidad de Wisconsin (otro estado más que recorrer a la lista), bajo la dirección del canadiense Charles Leonard Huskins, especialista en genética en plantas, lo cual representó una experiencia fugaz puesto que inmediatamente se le presentó una oferta para unirse a James Van Gundia Neel, especialista en el estudio de genética en humanos, en la Comisión de Víctimas de la Bomba Atómica, que fue encargada a la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos y al Concejo de Investigación Nacional por el presidente Harry Truman, para estudiar y evaluar los efectos genéticos en los sobrevivientes japoneses de los estallidos de las bombas en Hiroshima y Nagasaki.

Kodani permaneció en Japón hasta principio de la década de los años cincuenta, recolectando información sobre los efectos genéticos de la radiación, y trabajando en la Escuela de Medicina de Tokyo. En 1952 su esposa y sus dos hijas llegaron a Japón, y Fumi decidió escribirle a Curt Stern para que pudiera ofrecerle un nuevo puesto a Masao en los Estados Unidos, ya que temía que él pudiera abandonarla para entablar una nueva relación con una de sus asistentes llamada Kumiko, lo cual terminó por suceder.

En 1954, Kodani regresa a Estados Unidos para ocupar puestos temporales: en el Departamento de Urología del Colegio de Medicina, de la universidad de Iowa, en el Laboratorio de Biología de la Universidad de Johns Hopkins, en Maryland, el Instituto de Microbiología en la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, o el Departamento de Microbiología de la Escuela de Medicina del Sur de California. Iniciada la década de los sesenta, otra dificultad apareció, pues ahora su segunda esposa, Kumiko, también fue advertida de dejar los Estados Unidos ante su situación legal, lo cual hizo considerar a Kodani dejar el país para irse a Canadá. Sin embargo, logró permanecer y, con el apoyo de unos colegas, pudo finalmente establecerse en el Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Escuela de Medicina de la Universidad de Misouri.

Más allá de hacer aquí una presentación biográfica de Masuo Kodani, la autora plantea en cierta medida en su artículo, una interesante comparación de la trayectoria de Kodani, como ciudadano estadounidense y descendiente japonés, con respecto a sus colegas europeos, como Goldschmidt y Stern, que obtuvieron posicionamientos, apoyos y mejores beneficios profesionales y sociales que científicos de origen asiático, lo que agrega un ingrediente de discriminación hacia estas minorías en Estados Unidos en aquellos años, además de sugerír, que la inestabilidad laboral y sus constantes desplazamientos a través del país por parte de Kodani, evitó que se consolidara en el estudio de alguna disciplina científica específica, alejándose incluso del círculo de científicos donde se destacó a comienzos de su carrera.

 

 

[1] Vassiliky Betty Smocovitis, “Genetics Behind Barbed Wire: Masuo Kodani, Émigré Geneticists, and Wartime Genetics Research at Manzanar Relocation Center”, en Genetics Society of America, (2011).

[2] Estructura nuclear al interior de la célula compuesta de DNA y proteínas que contiene la información genética.

[3] Estudio de la estructura y función de los cromosomas.

[4] Movimiento social que tuvo lugar durante los años treinta y cuarenta del siglo XX. Hace referencia a la discusión y consenso entre grupos de expertos dedicados a algunas disciplinas de la biología para discutir la integración de estas para apoyar el postulado de la suficiencia de los mecanismos conocidos sobre genética de poblaciones para explicar la evolución biológica a todos sus niveles. Una lectura sugerida es “Unifying Biology. The Evolutionary Synthesis and Evolutionary Biology” de Vassiliki Betty Smocovitis.

[5] George Ledyard Stebbins y Masuo Kodani, “Chromosomal variation in guayule and Mariola”, Journal of Heredity, (1944).

Alejandro Hernández Daniel

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