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Necesario, abrir el quehacer de los investigadores a la vida pública: Victoriano Covarrubias

Necesario, abrir el quehacer de los investigadores a la vida pública: Victoriano Covarrubias

Octubre 15, 2021 / Por Alejandro Hernández Daniel

Portada: Dr. Victoriano Gabriel Covarrubias Salvatori, Director General del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Puebla (CONCyTEP) Fotografía: Alejandro Hernández Daniel

 

Recuerdo que en el año 2012, cuando cumplía con el servicio social en el municipio de Soltepec como Instructor Comunitario en el Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE), debía permanecer de lunes a viernes en la comunidad llamada Doctor Rafael Serrano, para dar clase frente a un grupo multinivel de primaria, es decir, desde primer grado hasta sexto, lo cual impedía, por la distancia, estar al tanto de las actividades e información que se generaba desde las oficinas de la Delegación de Puebla del CONAFE, entonces ubicadas en la colonia Belisario Domínguez de la capital.

Lo anterior daba como resultado que la información disponible sobre la obtención de becas o de convocatorias a los que mis alumnos podían acceder era prácticamente nula, pues incluso yo mismo, en ese entonces, carecía de los medios para una comunicación directa con la delegación.

En alguna ocasión mantuve una charla, acerca de esta carencia, con la responsable de la microrregión de la que yo formaba parte. Ella planteó que no entendía cómo la gente —es decir, los padres de familia— no aprovecharan el acceso a los recursos que se ofrecían por parte de la institución. Respondí que, desde mi punto de vista, para ellos eran “invisibles”, debido probablemente a la lejanía, pues carecían de los recursos económicos para desplazarse hasta la capital, y porque su vínculo con la institución muchas veces se limitaba a solicitar el servicio educativo mediado por los mismos instructores o los encargados de microrregión, por lo que los padres de familia no llegaban a enterarse de las actualizaciones o convocatorias correspondientes en tiempo y forma.

De tal manera que ahora, con la experiencia anterior, decidí visitar directamente a otra institución, dedicada a la ciencia y a la tecnología. En esta ocasión, fui recibido por su director general, el doctor Victoriano Gabriel Covarrubias Salvatori, quien está a cargo del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Puebla (CONCyTEP). Aprovechando la ocasión, le solicité responder algunas preguntas acerca de su formación académica, a lo cual accedió. Considero, de manera personal, que es importante estar al tanto de quienes dirigen y están al frente de cualquier institución pública y del estado, así como de sus antecedentes académicos, pues en algunos casos determinan la toma de decisiones que llevan a cabo durante su gestión.

Después de explicarle el motivo de mi vista y mi actividad como colaborador en este espacio, el doctor Covarrubias afirmó que: “es relevante que cualquier ciudadano, dentro del estado de Puebla, tenga derecho a venir a cuestionar o preguntar por qué alguien como yo está aquí. Y también pienso que es importante que los medios de comunicación se interesen por lo que se hace en una institución del estado que fomenta la Ciencia y la Tecnología”.

—Tengo entendido que usted es economista. ¿Por qué decidió estudiar Economía?

—Quisiera comenzar, compartiendo que en mayo de este año cumplí 44 años de vida académica frente a grupo en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Soy titular de la Facultad de Economía. También estuve frente a grupo en la Universidad Iberoamericana, 14 años, y el resto en otras universidades públicas y privadas, tanto en Puebla como en Oaxaca. Entonces puedes estar tranquilo y seguro de que la dirección del CONCyTEP está en las manos de un académico.

Es importante que quienes nos dedicamos activamente a la academia, ocupemos cargos al frente de instituciones que tengan el objetivo de fomentar la investigación y el desarrollo básico de la ciencia y la tecnología. Malo sería que fuéramos, por ejemplo, alguien que se dedicara a conducir autos de carreras, pues de alguien así, yo dudaría que estuviera a la altura de las exigencias en materia, por ejemplo, de divulgación e investigación científicas.

En cuanto a tu pregunta, elegí estudiar economía por ser, en su momento, una opción novedosa. Era una licenciatura de reciente creación en la entonces Universidad Autónoma de Puebla. Pertenezco a la quinta generación y representaba para mí algo atractivo, por su perfil, la formación que te da estar en una universidad pública, que te permite conocer la economía, la sociedad, la antropología y otras áreas del conocimiento tan importantes que al final te dan un bagaje interpretativo cultural del entorno clave.

—¿Cuáles fueron las asignaturas o materias que le atrajeron más durante su etapa como estudiante en la licenciatura en economía?

—Las teorías económica, sociológica y administrativa, las cuales considero como andamiajes importantes para el individuo, además de la formación cuantitativa, el área de matemáticas, por la que adquirí un gusto e interés particular. Hoy en día, como profesor, soy fundador y titular de la asignatura de econometría, la cual imparto en la Facultad de Economía.

—¿Cómo se llamó su tesis de licenciatura?

—Se tituló “Marco histórico del proceso de desarrollo económico en América Latina. Los casos de Bolivia y Perú”. Tal vez te preguntarás, si es que te compartí que mi gustó se inclinó por lo cuantitativo, ¿cómo es que terminé haciendo mi tema de tesis sobre un marco histórico? Fue por sugerencia de los asesores de mi tesis. ¿Por qué elegir Bolivia y Perú? Porque representaban, en la década de los años setenta, las economías más pobres de América y lo siguen siendo cincuenta años después. Eso quiere decir que el calificativo que nos dan de países emergentes es una falacia. Fue un trabajo interesante, extenso, de 450 páginas, pero muy gratificante para mí.

—¿Qué siguió después de egresar como economista?

—Decidí continuar con una maestría, que originalmente se iba a llamar Ciencias del Trabajo pero que terminó llamándose Maestría en Administración del Trabajo. La daba el Instituto Nacional de Estudios del Trabajo, que dependía de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, en la Ciudad de México. Tenía básicamente la formación dividida en cuatro áreas: Economía del Trabajo, Sociología del Trabajo, Psicología del Trabajo e Instituciones del Trabajo. Contaba con un profesorado de primera, tanto nacional como extranjero.

—¿Puede compartir un poco acerca de la obtención de su doctorado?

—Hubo dos pasos importantes previos antes del proceso de obtener mi grado de doctorado. El primero de ellos, fue que tuve la oportunidad de ir, en 1980, a la Ciudad de Washington D. C. a hacer un curso de Economía Aplicada en la American University, por un semestre, al ser becario por parte del Banco de México. El segundo es que gané una beca por la Embajada de Canadá en México, sobre estudios canadienses, para asistir a la Universidad de Ottawa por seis semanas. Esto significa que, a finales de los años ochenta, a este país le interesaba ampliar su visión mucho más abajo del Río Bravo y que los vieran a ellos.

Es así que después de estas dos estancias en el extranjero me inscribí en el doctorado en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue un doctorado muy valioso, que culminé en 1989. Veíamos, por ejemplo, Economía, Estado, Historia y Sociología Latinoamericanos, etcétera. Los años ochenta estaban plagados de temas interesantes: la reciente finalización de las dictaduras en el cono sur, los golpes de Estado subsecuentes, es decir, temas que aún sigue siguen siendo importantes de estudiar y comprender. Prueba de ellos es la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), organismo que revivieron a partir del 2010 presidentes de enfoque progresista como Rafael Correa, en Ecuador, Hugo Chávez, en Venezuela, Evo Morales, en Bolivia, o los Kirchner, en Argentina. Es bueno que la estén impulsando nuevamente como pueblos hermanos que somos.

Después hice un segundo doctorado en Psicología, porque considero que está estrechamente vinculada a la economía. Por ejemplo, me gustaría citar primero a un prestigiado sociólogo de principios del siglo XX que se llamó Vilfredo Pareto quien llegó a decir “llegará un momento en que muchas de las leyes de las Ciencias Sociales, tengan bases en la psicología”, esto en un momento cuando este campo apenas estaba surgiendo y Pareto la consideraba ya fundamental. Un segundo punto crucial fue el libro La teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, de John Maynard Keynes,[1] que fue prácticamente el recetario con el que Estados Unidos salió de la Gran Depresión de 1929 a 1933, donde se apuntan razones psicológicas poderosas para la operación económica. También llamó mi atención que en 2002 otorgaron un premio Nobel de Economía al psicólogo Daniel Kahneman, que tuvo aportaciones a la teoría de las expectativas, y por último, en el 2017 le conceden el premio nobel al economista Richard H. Thaler por sus estudios sobre la economía conductual, que es un tema eminentemente de la psicología.

—¿Cómo es que usted llegó a estar al frente de la dirección del CONCyTEP?

—Cuando estás en el medio académico, te seleccionan para actividades relacionadas con la academia. Esa es la sencilla razón.

—¿Cuáles son las prioridades durante su gestión al frente de la institución?

—Hay dos grupos que nos interesan de sobremanera: los niños y niñas, así como los jóvenes del medio rural, donde hay pobreza y marginación, a los que tratamos de fomentarles el interés por la ciencia, dudas, inquietudes, fomentar su imaginación por medio de nuestros camiones itinerantes de ciencia, organizando eventos, invitándolos a convocatorias, y todo ello es verificable por medio de nuestros medios sociales de comunicación virtual.

También nos interesan tanto los investigadores que se están formando, es decir, aquellos que quieren aprender a investigar. Aquí les podemos nombrar a un asesor, ofrecerle recursos bibliográficos básicos. Así como los investigadores consumados, que ya terminaron su doctorado o pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) e incluso hay valiosos investigadores que no pertenecen a dicho sistema, pero si demuestran capacidad de investigación básica, se le apoya. Los ocho años de gobiernos previos habían sido prácticamente de exclusión social. Eso es lo más valioso que estamos haciendo.

Las investigaciones que producimos tienen que dar resultado a corto plazo. Tienen el objetivo de convertirse en acción o programa de gobierno, es decir, en política pública; abrir el quehacer de los investigadores a la vida pública, es decir, tú que te has pasado investigando veinte años, acércate, te invitamos, ¿qué sugieres? Por otra parte, el material que generamos tiene que ser de acceso libre y no ocultarse, como secreto de Estado. Hay problemas en Puebla que necesitamos resolver. Además de que el consejo ha enviado oficios a las diecisiete secretarías de gobierno y cinco órganos constitucionalmente autónomos para preguntarles ¿Cuáles con las necesidades en investigación aplicada? La respuesta ha sido extraordinaria y diversa.

Por último, me gustaría de añadir que el gobierno del estado ha diseñado un Plan Estatal de Desarrollo que a mí, como economista, ciudadano y servidor público, me agrada mucho: dividir al estado en 32 subregiones[2] y cuatro ejes torales: democracia y justicia, el rescate al campo, disminución de las desigualdades y desarrollo humano para un Desarrollo Estratégico de los 217 municipios que forman parte de Puebla en materia de promoción, impulso, asesoría, divulgación, capacitación, vinculación, investigación, desarrollo y apoyo a la innovación en materia de ciencia, tecnología y, muy importante sobre todo, las Humanidades, con enfoques transversales en Infraestructura, Pueblos Originarios, Igualdad Sustantiva y Cuidado Ambiental y Cambio Climático.

Después de esta última declaración, el doctor Covarrubias terminó nuestro breve encuentro debido a otros compromisos en su agenda, invitando a regresar en una próxima visita para aclarar y ahondar en posteriores detalles, además de ofrecer de manera personal un recorrido para conocer los departamentos, instalaciones y personal que forman parte del CONCyTEP, así como del programa de convocatorias y becas que ofrece el consejo.

 

 

[1] John Maynard Keynes, Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, Fondo de Cultura Económica.

[2] Las 32 regiones en las que el CONCyTEP ofrece su atención son: 1. Xicotepec, 2. Huauchinango, 3. Zacatlán, 4. Huehuetla, 5. Zacapoaxtla, 6. Teziutlán, 7. Chignahuapan, 8. Libres, 9. Quimixtlán, 10. Acatzingo, 11. Ciudad Serdán, 12. Tecamachalco, 13. Tehuacán, 14. Sierra Negra, 15. Izúcar de Matamoros, 16. Chiautla, 17. Acatlán, 18. Tepexi de Rodríguez, 19. Atlixco, 20. San Martín Texmelucan, 21 a la 31 Área Metropolitana de la Ciudad de Puebla.

Alejandro Hernández Daniel

Alejandro Hernández Daniel
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