Gorilas en Trova

África y sus 2000 lenguas

África y sus 2000 lenguas

Mayo 25, 2021 / Por Maritza Flores Hernández

Portada: De izquierda a derecha: Alda Lara, Léopold Sédar Senghor e Ijeoma Umebinyuo

 

Cuando se hace referencia al África, de inmediato aparecen imágenes de la sabana, de leones echados bajo las acacias, y de cebras, impalas y antílopes huyendo en manada. Sin embargo, se le escatima el hecho de ser la cuna de la humanidad (según lo han expuesto algunos expertos). Por cierto, ¿sabe Usted, cuántas lenguas se hablan en África?

En África, además de exuberantes ecosistemas y enigmática geografía, cohabitan mitos, leyendas y poesía de tradición oral y escrita.

Como es natural, las escrituras actuales guardan cierta distancia con la tradición que antecedió al siglo XIX, fundamentalmente porque cada país comenzó a formar su propia identidad y, al mismo tiempo, la idea de lo que significa ser africano. Esto último no ha sido fácil y tampoco se trata de una tarea terminada.

¿Quiénes podrían representar a África? (Simba, no cuenta). ¿Nelson Mandela y Charlize Theron? ¿Cleopatra y Lupita Nyong’o? Seguramente, Usted ha pensado en una multitud de personajes distintos. Así, ante nuestros ojos la identidad de ese continente es tan variado como el número de sus lenguas.

No obstante, subsisten algunas cualidades que la unifican, y que podemos apreciar a través de sus poetas, de los siglos XX y XXI.

 

Alda Ferreira Pires Barreto de Lara Alburquerque, mejor conocida como Alda Lara, describe en su poema “Presencia africana”, las circunstancias que la distinguen como africana y como angoleña, de la manera siguiente:

 

Y, a pesar de todo,

¡Todavía soy la misma!

Libre y esbelta,

hija eterna de cuanta rebeldía

me ha sangrado.

Madre África!

 

Madre fuerte del bosque y del desierto,

En este caso,

la hermana-mujer

de todo lo que en ti vibra

puro e incierto ...

 

Alda Lara, nació y murió en Angola (Benguela, 9 de junio de 1930-Cambambe, 30 de enero de 1962), concluyó la secundaria y la licenciatura en medicina, en Portugal; contrajo matrimonio con Orlando de Alburqueque (mozambiqueño y portugués). Empero, no abandonó sus raíces africanas. Por ello, en estos versos sostiene que a pesar de los años trancurridos en las Universidades de Coimbra y Lisboa, y de su trato con los europeos, ella es hija y hermana de los paisajes africanos. En el mismo poema, agrega:

 

…La de los cocoteros,

de las cabelleras verdes

y cuerpos arrojados

sobre el azul ...

A del dendém

Nacimiento de los brazos de las palmeras ...

 

A del sol bueno, mordiendo

el suelo de las Ingombotas ...

La de las acacias rubras,

Salpicando de sangre las avenidas,

largas y floridas ...

 

De modo que la poetisa, cuentista y médica Alda Lara refrenda su conexión con Angola, al referirse a Ingombota, provicia de Luanda, de donde son característicos el dendém de las palmeras y las acacias rubras, es decir, rojas.

Por otra parte, asume la necesidad de esa identidad africana y angoleña, y de su independencia en los versos siguientes:

 

… Mi tierra...

Mi, eternamente ...

 

Tierra de las acacias, de los dongos,

de los cólios balancín, mansamente ...

Tierra!

Todavía soy la misma.

 

Todavía soy la que en un rincón nuevo

pura y libre,

me levanto,

al acento de tu pueblo…

 

Alda Lara comparte la importancia que tiene para ella su “Tierra”, Angola, y cómo es que acoge el mismo ritmo, energía y deseo de libertad que el resto de sus compatriotas.

Este poema fue publicado por la autora en 1953, en uno de los cuatro ejemplares de Mensagem, periódico de la Casa de los Estudiantes del Imperio, de la década de los cincuenta del siglo XX, exteriorizando el sentido de identidad que la une con África, aunque lo haya escrito en portugués.

 

Ahora bien, Léopold Sédar Senghor, poeta fundador de la “negritud” y, por lo tanto, de la búsqueda de la identidad histórica y cultural de África y de Senegal, en “Hostias negras”, narra:

 

Aquí estoy ahora delante de ti, Madre, soldado de mangas

desnudas

Y estoy vestido con palabras extranjeras, donde tus ojos no ven

Mas que un tinglado de palos y harapos

¿Si pudiera hablar contigo, Madre! Pero no oirías sino

Un gorjear precioso y no entenderías.

Madre, háblame. Mi lengua se desliza en nuestras palabras sonoras y duras

Europa me machacó como el plato guerrero bajo las patas paquidermas

de los tanques.

 

Es decir, para Senghor —nacido en Joal, Senegal, el 9 de octubre de 1906, quien llegaría ser Jefe de Estado de su país y miembro de la Academia Francesa—, su lengua natal es precisa y musical, por eso es dura y sonora; asimismo es el vaso comunicante con su madre, que es su origen y su familia, por consiguiente, representa a África y a Senegal.

Y pese a que Europa le impuso una lengua nueva y bella, no puede ni quiere olvidar su lengua natal, agradable igual que su hogar. Con todo, el francés, lengua con la que escribe este poeta, es la oficial de Senegal.

Dicho de otra forma, el poeta Senghor —quien murió enVerson, Francia, el 20 de diciembre de 2001— integra en su calidad de africano los elementos que lo identifican como tal, las tradiciones y lenguas de su nación.

 

Por su parte, Ijeoma Umebinyuo, en su poema “Diáspora Azul”, plasma lo que ocurre con muchos africanos del siglo XXI:

 

Así que, aquí estás,

demasiado extranjero para casa

y demasiado extranjero para aquí.

Nunca suficiente para los dos.

 

En estos breves versos, escritos en inglés, la poestisa Ijeoma Umebinyuo, nacida en Lagos, Nigeria, desvela una realidad anticipada por Alda Lara y Senghor: se nace en África y, aunque se estudia en Europa o en Estados Unidos de Norteamérica, se añora la nación de origen y su cosmovisión del mundo.

Este poema publicado en 2015 dentro del poemario Questions for Ada, patentiza que los jóvenes africanos tienen conciencia de la situación que enfrentan, pues no llegan a pertenecer al país de acogida; mas al volver a casa, ya no encajan. Como lo diría la propia autora (en entrevista concedida a Gaanagwe, publicada en Africa in dialogue, el 20 de noviembre de 2016), la gente pregunta “¿de dónde eres?”, comenzando un estado singular, individual y africano.

En África se hablan 2000 lenguas (aproximadamente). Los idiomas oficiales de muchos de los países de este continente son el inglés (Nigeria), francés (Senegal), portugués (Angola, Mozambique) y árabe; otros como, suajili, amárico, etcétera, están cobrando un nuevo espacio en esta última década.

Este 25 de mayo, Día Mundial de África, significa pensar en el multilingüísmo, la multiculturalidad y en la poesía del tercer continente más grande de la Tierra.

 

Maritza Flores Hernández

Cuentista, ensayista y también abogada. Egresada de Casa Lamm, donde hizo la Maestría en Literatura y Creación Literaria. Considera el arte, la ciencia y la cultura como un todo. Publica dos columnas literarias cada semana, en distintos diarios. Su obra ha formado parte de la antología de cuentos “Cuarentena 2020”.

Maritza Flores Hernández
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