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José Ríos: la poesía es sentimiento para ser compartido

José Ríos: la poesía es sentimiento para ser compartido

Marzo 21, 2023 / Por Maritza Flores Hernández

Portada: José Ríos, cantautor. Cortesía del entrevistado.

 

Nos saludamos, desde ambos lados del Atlántico como si nada, como si fuera la cosa más natural: “Buenos días, Puebla, México”. “Buenas tardes, Granada, España”.

Así, por vía zoom, conversamos con el musicalizador de poemas José Silvestre Ríos Pedregosa, mejor conocido como José Ríos, quien desde su casa en Granada acepta charlar sobre el poema y la música a propósito del 21 de marzo, Día Internacional del poema.

 

—¿Tienes más de 2 mil poemas musicalizados?

—Ya llevo 3,700 y pico.

Hace tres años empecé con un compañero el día 19 de marzo; es decir, ayer hizo tres años cuando le hice su obra. Se llama Juan Antonio Haro. Ya falleció.

Él me propuso musicar un poema suyo. Ese día ya a estábamos en pandemia. Acepté. Me fui al pueblo y empecé a musicar la obra de mi compañero.

Luego, otros compañeros poetas vieron la musicalización por YouTube y me dijeron que si a mí me importaba que le pusiera música a su letra.

Así fue: una especie de bola de nieve. Se fue haciendo más grande. He musicalizado poemas de autores de Filipinas, Ucrania, México, Argentina, de muchos países.

Es una cosa que me hace disfrutar. Empecé con uno diario; después, tres diarios; seguí con cuatro diarios; posteriormente con seis diarios y últimamente hacía nueve diarios. Esto último me ha hecho polvo la garganta: nueve videos diarios es una barbaridad.

Ahora, llevo un mes parado. Quisiera recomenzar este domingo porque hay tantos compañeros poetas pendientes.

Siempre he querido que todos tuvieran su oportunidad a la semana; pero claro, en un mes no me da tiempo de hacer todos los que hay. Ha pasado que hay unos cuantos poetas que a la semana les hago dos o tres canciones. En ese sentido es complicado.

—Muchas personas afirman que tu voz es cálida, que se sienten identificados con esa voz. ¿Qué estudiaste?

—Inicialmente, de pequeñito, con diez años, me compraron una guitarra. En esa época empecé a aprender con unos profesores, gente muy humilde, que enseñaban a tocar el violín, la guitarra y otros instrumentos.

Luego, cuando ya era mayor estuve también en el conservatorio. Después, me he dedicado durante nueve años, en Granada, a la música clásica.

También he participado, ya como cantautor, en muchos festivales, como el de Granada.

En cuanto a la voz, de poquito a poco yo la he ido amoldando, incluso a la edad que tiene uno; también al tipo de canto.

Cuando canto una canción normal y corriente, a la mejor la voz cambia. Pero si se trata de un poema es distinto.

Son letras muy sentidas. Siempre me quiero ponerme en el lugar del poeta, que es muy difícil. Enseguida, la melodía sale.

Ocurre que en cuanto leo el poema, digo: Este poema tiene su música, los acordes salen solos; es una cosa que no le pasa a nadie en la vida, pero a mí sí.

Cada vez que cojo un poema, lo leo, leo el sentimiento que ha puesto el poeta y la guitarra dice: venga, ponle esto o lo otro.

—La guitarra habla contigo.

—La guitarra habla conmigo y yo hablo con mi guitarra.

—¿Cómo es posible que tengas imaginación para más de 3,700 poemas?

—Eso me he preguntado yo: cómo me he amoldado. Yo he cantado canciones de muchos autores: Joan Manuel Serrat, Violeta Parra, José Luis Perales, Sabinas, etc. Ahora me veo más a gusto en el lugar de los poetas que en el de los famosos.

—La música tiene su propio lenguaje. La poesía tiene otro leguaje, otros códigos. ¿En qué parte consideras que se conjuntan estas dos formas de arte tan diferentes?

—Sí, la poesía tiene otro lenguaje, distinto del de la música. Le he dicho a muchos poetas: “vosotros, cuando estáis escribiendo un poema ya le estáis poniendo la música, el sentimiento, porque la música va en el sentimiento.”

Es fácil encontrar directamente del poema su nota musical. Depende, también, si es una cosa alegre, triste, violenta, de protesta; pero todo eso ya viene musicado por el poeta, aunque ellos no lo sepan.

La poesía trae su música ya incorporada.

Ahora, hay que averiguar la música que lleva cada poema.

—Cuando estás en la labor del descubrimiento de la música que trae ese poema, ¿de alguna manera te estás apropiando de esa musicalidad para traducirla a la guitarra?

—Claro. Tienes que introducirte en el poema, porque en el momento en que no te introduzcas en él, entonces, no hay nada que hacer.

Tienes que saber lo que el autor está diciendo y componiendo, sólo lo logras si te introduces en el poema.

Entonces, la música te abre la puerta del poema y te hace sentirte el autor de esa música. Es tan fácil de explicar, pero tan difícil de hacer.

Tengo un poema, lo leo, lo veo y cojo la guitarra. Si es triste le doy mis notas de un poquito de más tristeza y veo cómo va desarrollándose. Es inexplicable cómo sale directamente la música.

Para los nueve videos que últimamente estoy haciendo a diario, primero tengo que pasar el poema a un block, lo escribo a mano, lo leo.

Tengo 19 blocks, de 200 hojas cada uno, y ahí van los tres mil videos de los poemas musicados.

Elegido el poema, empiezo a tocar la guitarra, le doy a los acordes y ahí empiezo a ponerle la nota musical que le corresponde. Una vez que tengo todas las notas musicales, comienzo a grabar el video. A veces tardo diez minutos, depende del poema.

El poema que no me dice nada lo ignoro, lo paso de largo. Pero es raro que eso me ocurra.

Hay algunos que son extensísimos. He hecho videos de 12 minutos, de poemas muy largos, sin rima o con rima asonante, son poemas que van casi en prosa.

Los poemas que tienen rima me encantan, son fáciles de musicar. Los que me cuestan más trabajo, pero con resultados más espectaculares, son los que vienen como si fuera una prosa.

Hay una poeta chilena, se llama Edmée Cobo, sus poemas no riman la mayoría de las veces, peor el resultado es espléndido.

Los mismo ocurre con la argentina Silva Maches y la mexicana Lourdes Pérez Cabral, de Zacatecas, hay más.

—¿Cómo le hacen los poetas para acercarse a ti y contactarse contigo?

—Al revés: yo me adelanto a ellos. Veo su poema en Facebook.

Si es muy largo, lo paso en Whatsaap. Cuando le toca, lo paso al block, luego lo musicalizo. Hasta la fecha, nadie me ha dicho nada hasta ahora.

Cuando ya me conocen, me mandan el poema a mi perfil de Facebook.

—Muchos creen que la poesía va perdiendo terreno, pero al mismo tiempo lo gana, cuando el poema es musicalizado, incluso mucha gente considera que son canciones.

—En realidad, son canciones.

He visto poca poesía musicalizada. Aquí en España se trata de canciones. Hay poquitos que musiquen poemas.

Pero no creo que la poesía esté perdiendo terreno. La poesía, al revés, aquí en España hay un fervor por la poesía. Igual que en todos los países, hay poetas consagrados ya fallecidos; por ejemplo, Federico García Lorca, Antonio Machado, León Felipe.

Los he estado musicando. También lo ha hecho gente famosa, como Carlos Cano, que ha musicado, “El diván del Tamarit”.

Yo he hecho a mi estilo. He musicado los 20 poemas de “El diván del Tamarit”

Y aunque no es lo mismo la poesía que la poesía musicada, para mí la poesía no ha perdido terreno. La poesía musicada hace mucho, porque le da más vida.

—Algunas personas narran que cuando te escuchan, recuerdan a Joan Manuel Serrat.

—Yo no quiero imitarlo, pero es uno de mis favoritos. Siempre he cantado canciones de Serrat, de él casi el 80 por ciento. También he cantado a otros, pero ya no me dedico a eso. Estoy dedicado a los poetas.

—En Navidad produjiste muchos villancios y te seguiste hasta enero.

—Sí, me mandaron muchísimos, no me dio tiempo de sacar más.

He sacado villancicos propios. Tengo un coro en el pueblo Pinos del Valle desde hace muchos años, de personas mayores. Les dedico todos los domingos para cantar en la misa.

El villancico es muy tradicional en Andalucía.

Hay villancicos flamencos, más naturales. El flamenco te tiene que gustar para cantarlo.

A mi papá se le daba el flamenco; a mi hermana, la copla, es un tipo de música flamencada.

Que no me escuche nadie: a mí, el flamenco no me sale, no sé cantar flamenco.

Canto otro tipo de música. No soy un personaje que cante flamenco.

Mis padres son de Jerez de la Frontera, de ahí era Lola Flores, ahí todo es flamenco; yo no lo llevo en la sangre. Pero mi mamá cantaba lo que oía en la radio.

De joven fui parte del grupo “Poetas Andaluces”, de música folk, interpretábamos canciones de poetas ya conocidos. A los 19 o 20 años, ya me dediqué a cantar solo.

—Sabemos que durante muchos años has sido managment en el Banco de España. ¿Al mismo tiempo, hacías música?

—Trabajé en el banco de España 37 años. Mi hobby era la música. Terminaba mi trabajo y hacía música.

Desde 2020, cuando la pandemia, empecé a musicar los poemas.

Mi carrera era de magisterio, de maestro. Después, estudié Economía en una academia del Banco de España.

Pero no me gusta mezclar las cosas. No creo que nada de esto haya influido en la musicalización de los poemas.

Siempre me ha gustado la música. Desde los cuatro o cinco añitos me ponía a oír la radio, cuando no había televisión.

—José ríos ha musicalizado a García Lorca, Machado, Benedeti, Miguel Hernández y, de éste último, “El esposo soldado”, del cual comparte el video para que lo disfrutemos, y desde luego querido lector, aquí dejamos el enalce: https://fb.watch/jorPxb-_G8/

José Ríos recuerda que el 21 de marzo es el Día Internacional de la poesía y agrega:

—La poesía es lo más sencillo y bonito. Cuando uno se vaya a otro sitio, definitivamente, lo más bonito de este mundo es saber que alguien saca sus sentimientos y lo comparte con los demás. La poesía es sentimiento para ser compartido y si es con música, muchísimo mejor.

Nos despedimos del compositor, intérprete, guitarrista y musicalizador de poemas de todo el mundo, José Ríos, con la promesa de que seguiremos en contacto. La poesía nos une.

Maritza Flores Hernández

Cuentista, ensayista y también abogada. Egresada de Casa Lamm, donde hizo la Maestría en Literatura y Creación Literaria. Considera el arte, la ciencia y la cultura como un todo. Publica dos columnas literarias cada semana, en distintos diarios. Su obra ha formado parte de la antología de cuentos “Cuarentena 2020”.

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