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La mirada de Orfeo: más que libros, comunidad

La mirada de Orfeo: más que libros, comunidad

Agosto 06, 2024 / Por Maritza Flores Hernández

Nos reunimos con “La Mirada de Orfeo”, club de lectura conformado por Verenice Sánchez de la Vega (Verenice) psicóloga y coordinadora de Club; José Luis Cardoso Maldonado (José Luis), diseñador gráfico, encargado de la publicidad y gráficos del club; y Federico Jesús Flores Pérez (Federico), maestro en letras iberoamericanas, convocante del club y el motor de sus dinámicas; para conversar a cerca de los libros, de su lectura y del club de lectura. De manera espontánea comparten algunas inquietudes.

 

—¿Qué es un club de lectura?

Federico: Cuando se forma el club de lectura, se parte de la idea de La mirada de Orfeo, obedeciendo a una noción de arte, y al arte y literatura, ya que la literatura es una de las Bellas Artes.

Se pensó en leer ciertos textos literarios. Pero un club de lectura se va haciendo, se va cambiando, se va modificando.

Nosotros estamos insertos en los clubes de lectura del Fondo de Cultura Económica, lo que tiene que ver con No discriminación, integración y demás.

Por lo que si, por ejemplo, llega a nuestro club, una persona que no lea textos literarios quedaría fuera, y eso sería discriminación, exclusión.

La llegada de esa persona hace que el club se vaya transformando; así que un club de lectura se va haciendo.

En general, un club de lectura es un grupo de personas que se reúnen para comentar textos.

Nuestra búsqueda, en La mirada de Orfeo, es formar una comunidad de lectores.

Ese es el propósito.

Sí, porque al final el pretexto son los libros para juntarse para hablar.

—¿La comunidad y los libros son el pretexto? ¿de qué?

José Luis: Son el pretexto para difundir la lectura. Si te gusta la lectura, difúndela.

Verenice: Es un pretexto porque fomentas, antojas a la gente, porque es algo de lo que carecemos en este país: del gusto por la lectura, la gente no lo sabe que tiene esa necesidad de leer.

Me parece lindo que la gente sepa de esta necesidad, que se antoje de ella.

Las lecturas del club las pasamos en redes, abrimos una página con la idea de que, con suerte, alguien desarrolle el hábito de la lectura.

—¿Por qué es necesario tener esa necesidad de leer?

Verenice: Hay muchos motivos.

Puedes viajar, conocer a través de la lectura; así amplías tu vocabulario, tu comprensión verbal. Amplías tu manera de relacionarte, de ver la vida, de aprender a no discriminar. Abres tu mente.

—¿Aprendes a no discriminar y a no excluir?

José Luis: Yo tengo una anécdota.

Lo primero que leí en el club fue mi propuesta: una obra de Enrique Serna.

Después de un tiempo, yo le dije a la coordinadora: “Si seguimos así, vamos a terminar leyendo Paulo Coelho, a Carlos Cuauhtémoc Sánchez. Yo lo respeto, pero yo no le voy a entrar.”

Acordamos darle una línea al club de lectura, pero hay un punto que tocó Federico: el club se va formando, se va autorregulando a través de la actividad de muchos compañeros.

Antes habíamos dicho: vamos a leer puros clásicos. Sin embargo, acabamos leyendo a Coelho y también ciencia. Nunca pensamos que fuéramos a leer ciencia, incluso vamos a leer uno de psicología.

Es decir, el club se va autorregulando y también el club va excluyendo.

No necesariamente nosotros tres decidimos.

Nos ocurre: llega un miembro nuevo y dice que siente que el club es poco para él, que está en otro nivel, o que está en otras lecturas, “que esto no es para mí”, y se van.

Así que el mismo club se va autorregulando.

Ahora propusimos que las lecturas fueran libres

Las nuevas dinámicas que Federico ha traído han hecho que se lean muchas cosas, libros que nunca habríamos leído.

—Entonces, ¿cuál es el perfil de las personas que están integrando el club?

José Luis: Hay de todo.

Federico: Hay adultos mayores, pasan de los 60; pero hay gente joven también.

José Luis: Hay gente de 25 años

Verenice: El grupo es versátil. Por ejemplo, tenemos a un historiador, lector activo. Sus anotaciones y su discurso son puntuales e interesantes, es de los chavos, de los jóvenes; además, es bibliotecario

Hay otros chavos de 25 años, otros de 60 y los demás están entre los 40 y 50.

José Luis: Son gente activa.

Hay quien se dedica a las letras, otros trabajan en ventas o en oficinas, o son jubilados. Uno de ellos ha sido investigador y ha estado becado en el extranjero.

También hay quien se dedica a la física y lo combina con el arte de escribir poemas y pintar y bailar.

El grupo es interesante.

—¿Qué otras actividades se realizan en La mirada de Orfeo?

Verenice: Nos reunimos a ver películas basadas en algunas de las novelas. También hemos ido al cine de arte.

Federico: La idea, al principio, además de las lecturas, era tener una actividad cultural una vez al mes. Lo volveremos a retomar. Por eso, yo insistó en que el club es una comunidad.

—Sabemos que, a veces, tienen charlas con autores vivos y con sus libros de manera presencial.

José Luis: Sí. Aunque es difícil, queremos tener más.

Verenice: Hemos invitado a autores locales, gente interesante, joven. Son lecturas que de otro modo no habríamos leído, porque estamos muy clavados en los grandes escritores y famosos.

—¿Podemos decir que La mirada de Orfeo, así como difunde la escritura internacional, igualmente da a conocer a los autores noveles, de editoriales independientes?

Federico: En esto, me gustaría que fuéramos más críticos.

Verenice: Selectivos.

Federico: Sí, porque un escritor debe estar escribiendo y leyendo para que pueda darnos algo que se pueda difundir.

Esto tiene que ver con La mirada de Orfeo, ya que una cosa es ser autor y otra, escritor.

Roberto Haro, en La intimidad de los libros, señala que no todo vale la pena de ser leído.

De vez en cuando, hemos hecho estas presentaciones, por amistad. Al inicio, lo hicimos para tratar de abrir el club hacia el público y que hubiera otro tipo de actividades, aunque sí nos debemos enfocar más en la lectura y en qué estamos leyendo.

Por ejemplo, el escritor Pepe Prado. Antes fue librero, lector; y siempre que llega a la librería, no habla respecto al siguiente libro que va a publicar sino de lo que está leyendo.

Me gustaría que fuera al club de lectura porque es un escritor, pero antes es un lector. Él va a compartir lo que lee.

No nos interesa el escritor que sólo va para que lo estemos adorando.

Queremos un escritor que quiera entregarse como lector y que quiera hablar a los lectores. Queremos hacer una comunidad, un grupo de amigos que quieran regresar.

—Si el escritor interesado en presentar su obra en La mirada de Orfeo fuera un autor célebre, como el premio Nobel Vargas Llosa o la propia Elenita Poniatowska, ¿cuál sería la respuesta?

Verenice: Les diría que sí. Sé que alguien de ese calibre no va a poder integrarse de otra manera; aunque al compartir con nuestra comunidad lectora van a hacer una sinergia con nosotros en ese momento y van a hablar de su obra.

José Luis: Lo que tratamos de hacer es que La mirada de Orfeo no sirva nada más para algunos escritores que sólo quieren vender; y no por no querer comprar, sino porque el club es de compañeros a los que nos gusta leer, donde todos aportamos. Este es una comunidad.

—Este club esta integrado al FCE (Fondo de Cultura Económica). ¿Por qué eligieron integrarse al FCE?

Federico: Al principio, porque la marca da prestigio a un club de lectura, y otorgaban un acervo que puede motivar a la gente.

Después, por la actividad de mediación lectora, que en Puebla está muy fuerte. Dan pedagogía sobre la lectura, tipo de lecturas, etc.

En este momento estamos haciendo el diplomado en mediación lectora con la Secretaría de Cultura del Estado de Puebla y la BUAP. Yo paso las ligas de sesiones y lecturas al resto del club para que todos participemos en la adquisición de estas teorías.

—¿Cuál es la mecánica del club de lectura para elegir las lecturas?

José Luis: Hemos tenido varias dinámicas. En la novatada, el que entraba seleccionaba el libro.

En otra dinámica, seleccionamos por votación.

Después, mediante “Lectura en voz alta”, votamos por las obras que más nos gustaron, no obstante, al final, leímos todas.

Las dinámicas las propone Federico, es el más lúcido.

De esta última etapa, faltan por leerse dos libros. Posteriormente, vamos a implementar una nueva dinámica: estará incluido el préstamo entre miembros del club.

Las sesiones del club son cada 15 días.

—¿Los libros son necesariamente del FCE?

Verenice: Son de todas las editoriales.

Federico: Tenemos compañeros que rara vez comentan, prefieren ir a escuchar.

Al club se puede asistir, oír y opinar aún si no has leído el libro.

Nosotros tratamos de leer a los lectores para tratar de que nadie se quede afuera. Tratamos de ver quienes pueden tener gustos similares; por eso hemos leído a distintos autores, como Paulo Coelho, libros de ciencia, de arte.

—¿Debido a la diversidad de géneros y materias, han tenido algún conflicto o debate?

José Luis: Conflicto, no. Debate, tampoco. Federico y Verenice son muy abiertos, aceptan las críticas.

Pero sí tenemos cuidado para no excluir a nadie, porque ante todo, más que libros, tenemos compañeros.

 

Nos despedimos de La mirada de Orfeo, donde las lecturas abren un camino de entendimiento, propician la calma y son un remanso para el arte y la ciencia. Y aun cuando no hubo liras ni fieras, es una comunidad a la que es difícil resistirse.

Como siempre, Usted, querido lector, tiene la última palabra.

Maritza Flores Hernández

Cuentista, ensayista y también abogada. Egresada de Casa Lamm, donde hizo la Maestría en Literatura y Creación Literaria. Considera el arte, la ciencia y la cultura como un todo. Publica dos columnas literarias cada semana, en distintos diarios. Su obra ha formado parte de la antología de cuentos “Cuarentena 2020”.

Maritza Flores Hernández
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