Desde el Sur

Lo real y lo irreal pueblan nuestra existencia

Lo real y lo irreal pueblan nuestra existencia

Marzo 07, 2023 / Por Márcia Batista Ramos

Portada: René Magritte, El imperio de las luces.

 

«Ahora bien, la ficción y la idea, en sí mismas, en tanto que fictum y en tanto que ideatum, son precisamente irreales». Xavier Zubiri

 

El agua caliente de la ducha caía sobre mi piel mientras pensaba que me enseñaron que todo lo que es real puede ser observado por los sentidos. Así como el agua caliente que siento en mi piel, el olor del jaboncillo y el vapor que empaña el box. Lo demás, como los planes, los sueños y otras cosas parecidas, aprendí que son irreales y que no debíamos decírselo a nadie para que no piensen que estamos locos.

Es importante remarcar que aprendí que ser loco es muy feo y hay que alejarse de todo lo que se relaciona con la locura. Pero después, mucho después, aprendí que loco es un estado del ser y que es normal. Y que esas cosas de ser loco no son feas ni bonitas. Apenas son condiciones del existir humano que se manifiestan con más intensidad en unos que en otros.

Después de captar el mundo con sabores, olores y colores, rápidamente aprendí a experimentar texturas y a consignar nombres para todo lo que percibía de la realidad. De a poco me hice una especie de “animal de realidades”, cuya función primera estriba en enfrentarse de un modo sintiente con la realidad de las cosas. Pero eso, según Zubiri, es lo que define al ser humano. De cualquier manera, era eso lo que me ocurría, sin percibir que hay realidades que apenas intuimos y hay otras realidades que las experimentamos y sentimos, antes mismo de conocerlas en piel y carne, esas realidades que nos enseñaron que se las debe ocultar para no causar espanto.

Observé la trayectoria del agua caliente sobre mi brazo y pensé en la realidad tangible del pan y del vino, y en la realidad intangible de los mensajes entrelíneas, pequeños acertijos, como chispas de otro color en una tarde profusamente iluminada.

El pan mismo que, metafóricamente hablado o pensado, como representación de la palabra genérica comida, es demasiado palpable ya que el pan es el motor del mundo, porque todos los días las personas piensan en qué comer y cómo ganar para comprar para comer. El pan es demasiado real porque mismo cuando falta se hace sentir como hambre (con todas las características físicas del hambre). En el supuesto de que el pan no fuera la principal realidad de la humanidad, ¿qué llenaría ése espacio tan grande de cada día?

Las palabras, como realidad intangible, siempre nos acompañan evocando memorias, creando sensaciones a niveles imposibles de ser observados (por otros) y creando realidades que cada uno percibe e interpreta internamente, están siempre presentes. Realidades que las vivimos, porque sentimos y experimentamos al recibirlas e interpretarlas a un nivel cognoscitivo. Empero, nunca nos enseñaron que las palabras eran reales, mismo cuando no podían ser percibidas por todos los sentidos, ya que el sentido del olfato no las puede oler ni el sentido del tacto las puede tocar, tampoco el sentido del gusto las puede probar; empero, el sentido del oído las puede escuchar y el sentido de la vista las puede leer, y eso es tan real.

Sin embargo, con el tiempo y con los ejercicios de pensar y leer, entendimos y admitimos que el pensamiento es real, aun así, no aceptamos que todo lo que pensamos sea real.

Aquellos seres que de una u otra forma hicieron parte de mi existencia, como los duendes, los fantasmas y demás seres imaginarios, me enteré que forman parte de la irrealidad. No me gustó enterarme que la irrealidad es el conjunto de explicaciones del mundo que no son verdad. Lo mismo que se consideran irreales las mitologías y, para muchos, las deidades, paraísos e infiernos que pregonan las religiones. Todo eso es considerado irreal, un producto de nuestras emociones y nuestro subconsciente.

Después de someterme por muchos años a sesiones de hipnosis, tuve la certeza de que muchas irrealidades tienen efectos claramente reales, pues inciden en nuestras vidas. Comprobando así que lo real es el total de lo que existe, mientras que la realidad es el conjunto de las cosas como el ser humano las recibe y las interpreta, ya que la realidad humana depende de la percepción y de los sentidos. De alguna manera existen, tantas realidades como seres humanos y todas ellas son diferentes aspectos o manifestaciones de lo real.

Sabemos que cada sociedad elige sus realidades e irrealidades. En el mundo occidental, la realidad imperante es aquella que se sustenta en las premisas de la Ilustración y que tiene su principal soporte en la ciencia, ya que es una realidad verificable y que proporciona aplicaciones y explicaciones concretas.

Lo cierto, es que lo real y lo irreal tienen el mismo origen, surgen de nuestro pensamiento. Kant ya decía que: hay una realidad del Todo, que puede ser pensada pero no conocida y hay realidades concretas, aquellas a las que podemos acceder mediante la experiencia posible. Por eso, llamamos real a lo que creemos que verdaderamente existe, e irreal a aquello que consideramos que solo es fruto de nuestra imaginación, por tanto, una fantasía.

No obstante, sabemos que existen realidades que no vemos pero que intuimos. En cambio, otras realidades, necesariamente, tienen que existir para que sea posible observarlas. La Física está encontrando partículas que aparecen y desaparecen desde un vacío que no está vacío, sino que está repleto de potencialidades, como si de fantasmas se tratara. Gracias a las irrealidades llamadas hipótesis científicas, la nueva Física se acerca a aquella realidad que sólo admitimos en los cuentos.

El agua caliente de la ducha caía sobre mi piel, mientras pensaba que lo real y lo irreal pueblan nuestra existencia.

Márcia Batista Ramos

Nació en Brasil, en el Estado de Rio Grande do Sul, en mayo de 1964. Es licenciada en Filosofía por la Universidade Federal de Santa María (UFSM)- RS, Brasil. Radica en Bolivia, en la ciudad de Oruro. Es gestora cultural, escritora y crítica literaria. Editora en Conexión Norte Sur Magazzín Internacional, España. Columnista en la Revista Inmediaciones, La Paz, Bolivia y columnista del Periódico Binacional Exilio, Puebla, México, Mandeinleon Magazine, España, Archivo.e-consulta.com, México, Revista Barbante, Brasil, El Mono Gramático, Uruguay. Además, es colaboradora ocasional en revistas culturales en catorce países (Rumania, Bolivia, México, Colombia, Honduras, Argentina, El Salvador, España, Chile, Brasil, Perú, Costa Rica, USA, China, Nepal, Uzbekistán, Paquistán, Arabia Saudita). Publicó: Mi Ángel y Yo (Cuento, 2009); La Muñeca Dolly (Novela, 2010); Consideraciones sobre la vida y los cuernos (Ensayo, 2010); Patty Barrón De Flores: La Mujer Chuquisaqueña Progresista del Siglo XX (Esbozo Biográfico, 2011); Tengo Prisa Por Vivir (Novela Juvenil, 2011 y 2020); Escala de Grises – Primer Movimiento (Crónicas, 2015); Dueto (Drama, 2020); Rostros del Maltrato en Nuestra Sociedad –Violencia Contra la Mujer. (Ensayo, 2020); Universo Instantáneo (Microficción, 2020).

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