¿Cómo motivar la lectura cada día?

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En el mes que se celebra el día del libro quería que reflexionemos sobre una preocupación que tenemos muchos padres: ¿cómo motivar el hábito de la lectura en los pequeños? En Bolivia, a partir de una ley, se ha definido que todos los días los alumnos de las escuelas deben leer diez minutos. Algunos profesores, antes de la pandemia, tenían problemas para encontrar estrategias creativas para conseguirlo. Con las clases a distancia esta determinación pasó a segundo plano.

Sin ley de por medio, en casa también deberíamos tener un espacio para la lectura. Al igual que los maestros, nos podemos complicar encontrando la mejor forma para llevar adelante esta actividad.

Aquí algunos consejos para lograr que nuestros niños disfruten leyendo:

En primer lugar, es fundamental conocer a los pequeños, es decir saber sus intereses. A mi hijo mayor, por ejemplo, le gustaban los dinosaurios, así que le conseguíamos historias sobre estas criaturas prehistóricas. En cambio, al pequeñín de tres años le llamaron la atención los autos; entonces buscamos comprarle ese tipo de textos. En ambos casos obtuvimos curiosidad por ojearlos y leerlos. Seguro otros preferirán a los animales o los más grandes el terror.

Hoy en día podemos encontrar todo tipo de libros para niños, desde novelas gráficas, sobre series animadas que están de moda, cómics —que son una maravillosa forma de empezar a leer por la combinación de dibujos y textos que atraen a los adolescentes y jóvenes. Para los pequeñitos debemos buscar los que tienen imágenes y texturas, incluso de plástico, que son a prueba de agua.

Otro consejo que dan los expertos es tener en la casa un espacio dedicado a este hábito. Puede ser un lugar con un estante, una alfombra mullida y almohadones para disfrutar de su lectura favorita. Algo que me sirvió mucho a mí fue ubicar una canasta en los veladores, donde están parados unos cinco libros que leemos en una temporada. Así cada noche, antes de dormir, le leo al más pequeño y el mayor tiene su propio minilibrero en su habitación.

Llevar a mano siempre un libro. También es buena opción, ahora que hay tanta variedad, tener uno en la cartera o en la mochila de los pequeños para que podamos sacarlo mientras viajamos en transporte público o esperamos en algún lugar.

Realizar actividades a partir de la lectura de un cuento o historia, motiva a seguir leyendo. Por ejemplo hacer juegos, títeres, dibujar, escribir la continuación u otro final.

Leer para los más pequeños y con los que ya saben, hacerlo todas las noches o por lo menos algunas, ayuda mucho también; además que se convierte en un cálido pasatiempo para ambos y un recuerdo que nunca olvidarán.

El ejemplo es lo que más contagia el hábito de la lectura. Si nuestros hijos nos ven leyendo, ellos también lo harán.

Aplicando algunos de estos consejos, seguro conseguiremos iniciar a los más pequeños de la casa en el maravilloso mundo de la lectura. Antes de concluir este artículo es importante recordar los beneficios del hábito de leer:

Incrementa la imaginación y la creatividad, ayuda a que podamos escribir correctamente y a hilar mejor nuestras ideas.

Mejora nuestra atención, esto es muy significativo para los niños que están sobreestimulados con la tecnología y van perdiendo más esta capacidad.

La lectura también ayuda a renovar la empatía, es decir a poder ponernos en los zapatos del otro, y aumenta la sensibilidad por lo que les pasa a los demás. Nos hace conocer otras culturas y realidades.

En conclusión, leer no sólo es un buen ejercicio para nuestro cerebro, sino que nos ayuda a ser mejores seres humanos. Por esto, primero nosotros hagamos de la lectura un hábito diario y luego contagiemos a nuestros hijos, pues contribuirá a varios ámbitos de su formación integral.