La carpa circense de lo urbano

Portada: detalle de la portada de Manos de lumbre, de Alberto Chimal

La película Freaks (1932), del cineasta Tod Browing, trata sobre el enano de un circo de fenómenos que se enamora de una mujer muy atractiva y hace todo lo posible por seducirla, aunque ella sólo juega con sus expectativas. Alrededor de estos personajes hay otros del ámbito cirquero como la mujer barbuda, el levanta-pesas, unas siamesas y otros con deformaciones físicas. La simple exposición de estos individuos ya es en sí misma perturbadora, sin embargo, ellos viven sus historias sin asumirse raros o acentuar en su cotidianidad esas señas que los hacen diferentes. Los personajes aman, ríen, lloran y tienen una vida como la de cualquier persona “normal”. En su momento, la película de Browing fue censurada y tuvo que ser reestrenada muchos años después; a los ejecutivos de Hollywood le pareció más monstruosa y perturbadora de lo habitual.

Alberto Chimal (Toluca, 1970) es un narrador que, en su libro de cuentos Manos de Lumbre (2018), nos muestra fenómenos como los de la película de Browing, pero el circo es la urbanidad o las casas de la urbe y las atracciones, sus familias. Los freaks de Manos de lumbre no tienen deformidades físicas, pero sí obsesiones que los trastornan y los vuelven fenómenos atrapados en el absurdo de sus actos, algunos de ellos rodeados de un hálito que circunda entre lo sobrenatural y la superchería.

En Las alusiones pérdidas (2007), Carlos Monsiváis expone que varios mitos y rituales antiguos, como el del Oráculo de Delfos, que consistía en recibir un mensaje de los dioses a través de pitonisas y sacerdotes, hoy en día fueron adoptados por productos de consumo común. Es así como el Oráculo de los griegos en la actualidad está representado en los horóscopos y videntes de la televisión o de los templos clandestinos, como ocurre en el cuento “Una historia de éxito” de Manos lumbre, donde una gurú o suerte de sacerdotisa contemporánea emite un mensaje de advertencia para una madre de familia de clase baja, la cual se somete a la idea de alejar a su hija de la abuela con la que vive pero más adelante la historia da un giro de tuerca con una ironía que cuestiona al título del cuento. El éxito o la historia de éxito no es para la hija, que buscaba con la abuela un futuro académico, lo es más bien con la madre de la joven, que con una maternidad distorsionada le provoca a su hija más de una adversidad.

En el cuento “Final feliz” se presenta a un curandero que detecta enfermedades oliendo, a veces en las partes íntimas, a sus pacientes. Nuevamente interviene un agente que presume de poderes sobrenaturales y abusa de la ingenuidad de las personas que lo buscan. Es curioso que una de sus armas más poderosas, además de su carisma, es la manipulación del lenguaje para dejar siempre satisfechos a sus clientes. Chimal fusiona los elementos de los mitos clásicos reinventados en la posmodernidad con estos “fenómenos” de la vida ordinaria y urbana, que hacen de la ciudad una gran carpa.

Para el caso del cuento “La segunda Celeste”, la ciencia se incorpora de manera natural a la recreación de mitos con un personaje femenino que empieza la narración desde la muerte. Con elementos del Ciberpunk y argumentaciones filosóficas sobre el ser, este cuento evidencia a la ciencia, no necesariamente como la solución a la muerte, pues en la experimentación de tratar de vencerla, hay víctimas que padecen y corporaciones que buscan lucrar con el descubrimiento. A pesar de que cada personaje involucrado en la historia consigue su objetivo, la insatisfacción los vence, como es el caso de una posmodernidad que cumplió con las expectativas tecnológicas de tiempos pasados, sin embargo los seres humanos ceden por naturaleza a sentirse perpetuamente incompletos.

Otro de los “fenómenos” del acto circense que cabe destacar es el escritor plagiario del primer cuento del libro, “Los leones del norte”. Se trata de un autor al que se le descubren plagios que provienen de canciones de un grupo de música norteña. Él se niega a asumir su responsabilidad y de forma constante argumenta que el plagio es algo que se da con naturalidad en los creadores y no es una cuestión que deba ser penalizada. El lector se encuentra de nuevo con un espécimen que quiere someter la realidad a sus preceptos y que desarrolló el talento de ser considerado un escritor de gran fama, pero no fue capaz de ser honesto consigo mismo y con su entorno al robarse las canciones del grupo Leones del norte, que acude a la casa para hablar con el escritor. Esta cita se demora todo el cuento, se recrea la sensación de cuando queremos retrasar a toda costa algo que nos perturba, que es inevitable y de lo que somos plenamente culpables.

El libro de Chimal también es una feria con juegos, artificios de lenguaje y trucos de magia. De abducciones provocadas por un Estado opresor disfrazado de extraterrestres y de hipnosis que abren la puerta a seres perturbadores. Se agradece que el humor circule con frecuencia en la obra. Es precisamente la comedia la primera en advertirnos, con su velo humorístico, los horrores que padecemos y sin darnos cuentas ya hemos normalizado.

Referencias

Chimal, Alberto. Manos de lumbre. Madrid: Páginas de espuma, 2018. Print

Monsiváis, Carlos. Las alusiones perdidas. México: Anagrama, 2007. Print

Oráculo. Wikipedia. N. P. 27 OCT 2021. Web 27 OCT 2021