The Economist y el falso mesías

La revista inglesa The Economist recientemente le dedicó su portada al presidente Andrés Manuel López Obrador, donde afirma que es un riesgo para la democracia en México. Las imágenes son muy reveladoras: aparece con la expresión de mirar hacia el futuro, como un visionario rodeado por las fuerzas armadas y una planta de PEMEX, rayitos irradian de su rostro y detrás de él se encuentran unos cuadros de color rojo —que se asocia con el comunismo, que parecieran parte de una swastika nazi. Toda esa simbología expresa una evidente confusión ideológica, donde lo que se pretende es enfatizar el autoritarismo del presidente.

La revista hace hincapié en “el clima de animadversión promovido por el discurso del mandatario” y prosigue: “López Obrador divide a los mexicanos en dos grupos: ‘el pueblo’, con lo que se refiere a quienes lo apoyan, y ‘la élite’, a la que denuncia, a menudo por su nombre, como delincuentes y traidores a los que culpa de todos los problemas de México”. En una crítica con un claro sesgo de ataque al gobierno, el medio también cuestiona la autenticidad de la defensa de la democracia que el presidente asegura representar, pues cuando se plantean objeciones a sus proyectos estrella, convoca a consultas.

“Elige un pequeño electorado que sabe que se pondrá de su lado. Cuando lo hace, declara que la gente ha hablado. Incluso ha pedido un referéndum nacional sobre si enjuiciar a cinco de los seis expresidentes de México por corrupción”, comenta.

The Economist también destaca la incertidumbre que se vive dentro del sector empresarial por las políticas del gobernante, así como la intención ya expresa de López Obrador de reformar o incluso eliminar los organismos autónomos del país, incluyendo el Instituto Nacional Electoral, que no ha dejado de ser blanco de sus críticas.

“Los próximos tres años (refiriéndose a lo que queda de su sexenio) determinarán la profundidad y duración del daño que hace a México y su democracia. Tiene prohibido buscar la reelección, pero está tratando ilegalmente de extender el mandato de un juez amistoso de la Corte Suprema”, agrega The Economist al referirse a la llamada ‘Ley Zaldívar’.

El medio subraya que, si bien la situación económica de México no ha mejorado bajo el mandato de López Obrador, este aún cuenta con 61 por ciento de aprobación entre las y los mexicanos. “Las instituciones de México son fuertes, pero pueden ceder ante el asalto sostenido de un fanático con apoyo popular”, advierte. Por ello, el medio remarca que los partidos de oposición deben trabajar juntos para frenar a López Obrador, aunque reconoce que esas mismas formaciones son las culpables del fuerte apoyo mostrado hacia el presidente (Con información de El Financiero, 28/05/2021).

El gobierno mexicano respondió formalmente a la revista por conducto del Canciller Marcelo Ebrard, acusándola de ser insensible y no entender el proyecto de nación de López Obrador. Luego de haberse entrevistado con el editor internacional de la publicación, a quien se expuso avances y logros que se han obtenido, aparece este número que demuestra que el mencionado editor no fue sensible a uno solo de los argumentos que se le dieron. “Por el contrario, a unos días de los comicios en los que ‘los mexicanos elegiremos libremente a nuestros representantes, su medio publica un par de artículos en los que se invita a ‘votar en contra del presidente y su Partido. La opinión y el llamado sorprenden, no por la posición ideológica de su medio, sino por su virulencia y fragilidad argumentativa. Detrás de estos pereciera permear la visión de que la mayoría de la sociedad mexicana, sobre toda la de menos recursos, está equivocada y apoya a quien no debe. La portada de hoy es la síntesis de la exasperación. Se sabe que los resultados de la elección, como ocurrió en 2018, no coincidirán con la que ustedes desean”.

Ebrard prosigue: “Pero quizás lo más llamativo de los textos, por lo absurdo que resulta, es la sugerencia de que el presidente López Obrador de algún modo ha minado la democracia mexicana, cuando lo que ha hecho es precisamente lo opuesto. Muchos de los lectores recordarán que México era hasta hace no tanto un país autoritario, sin libertad de prensa ni comicios libres, que transitó a la democracia gracias al empuje de muchos mexicanos, entre los que destaca López Obrador [...] Como nunca en la historia, en México hay plena libertad de prensa y de pensamiento. En un ejercicio inédito, el presidente López Obrador rinde cuentas a la ciudadanía y mantiene un diálogo circular con la prensa. Los niveles de crítica del presidente López Obrador son incomparables con los de sus antecesores (baste abrir cualquier diario mexicano) y, no obstante ello, es el mandatario más popular de la democracia mexicana […] Vivimos tiempos turbulentos y, sin duda, hay todavía mucho que hacer aún para derrotar a la pandemia, y lograr el despegue definitivo de la economía y cumplir con la promesa de cerrar la grosera brecha social, pero la valoración de los mexicanos es que vamos por buen camino y que lo estamos logrando. Quizá tiempo para que, parafraseando un artículo de su revista de hace algunos años, las élites exasperadas entiendan que no están entendiendo”.

López Obrador dijo al respecto: “Sacan esta portada majadera, muy grosera, desde luego mentirosa, llamándome ‘el falso mesías’. Y todavía, con falta de ética, llaman a los mexicanos a que no voten por lo que nosotros podemos (la 4T) representar”. En efecto, se trata de un ataque directo en vísperas de unas elecciones donde la derecha está desesperada por hacerse del poder legislativo para desestabilizar al país y, obvio, a ello han hecho eco los comentócratas y opinócratas adversos al gobierno. Esto nos recuerda el artículo de Enrique Krauze publicado en Letras Libres, “El mesías tropical”, que parece haber inspirado la portada de la publicación inglesa. Ya en otro momento abordé el tema en Ubú: “Intelectuales conservadores vs ‘El Mesías Tropical’” (16/02/2018), donde abordaba el papel de los llamados intelectuales que se encuentran en la órbita de lo que fue la mafia del poder. Pero ahora esto, en un medio extranjero, es algo extremo que da cuenta de los vínculos de la derecha mexicana con las derechas de otros países, que tienen los ojos bien puestos en México, sobre todo por sus recursos naturales.

No es la primera vez que The Economist procede de esta manera injerencista. En un artículo publicado el 27 de septiembre de 1913, “The Problem in México I”, se pronunciaron en favor del golpe de Estado a Francisco I. Madero y apoyaron al nuevo gobierno dictatorial de Victoriano Huerta. No se trata de establecer un paralelismo entre la situación actual y la que se vivió en la decena trágica, pero sí hay similitudes, como la agresión de la prensa reaccionaria y este curioso detalle de la publicación inglesa.

El domingo 6 de junio sabremos el desenlace de este episodio de nuestra historia contemporánea que, espero, sea favorable a Morena, que ponga un freno a la coalición opositora y contribuya a la consolidación de la cuarta transformación.

¡Para mí, es suficiente!

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