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Porque de los errores se aprende, aprovechemos el bug

Porque de los errores se aprende, aprovechemos el bug

Agosto 12, 2022 / Por Montserrat López Coria

Portada: imagen obtenida de https://pxhere.com

 

Eres estudiante de un posgrado en ciencias, quizás estés rentando lejos de tu casa y compartiendo el departamento con otros cuatro estudiantes, o quizás estés haciendo malabares entre tu familia, hijos y doctorado. Sea cual sea tu situación, todos los que hemos sido estudiantes nos enfrentamos al mismo miedo: fallar.

¿Y cómo no sentir pavor al error? Tanto esfuerzo personal, académico y de recursos para que lleguemos al seminario con situaciones como: “el control negativo también dio señal”, “el programa no compila”, “me equivoqué y tiré mi muestra”. Y encima los deadlines y el jefe y el compañero al que parece salirle todo bien.

Esta es una propuesta para cambiar el cassette, o el chip, depende del año de tu unidad. Aceptemos y aprovechemos nuestros abundantes errores. Cambiamos el modo de ver los fallos para ponernos en pie de nuevo rápidamente.

 

El fallo en la educación científica

En ciencias, los experimentos fallidos pueden llevar al mejoramiento de diseños experimentales, plantear mejor las hipótesis, redireccionar los objetivos de la investigación, e incluso a plantear soluciones creativas (Nunes et al, 2021). Hay muchos ejemplos de esto en la historia de la ciencia, pero nadie experimenta en cabeza ajena, así que estos relatos pueden no resultar significativos ni inspiracionales para el científico en formación.

Es raro que haya una enseñanza explícita sobre el error en las carreras de ciencia. Si bien es algo que pasa día a día, el error es una presencia incómoda que está esperando la menor oportunidad para hacerse corpórea y acabar con nuestra paciencia, y es común suponer que todos los involucrados encontrarán espontáneamente la manera de lidiar con ello.

En clases por lo común se explican los experimentos exitosos que pueden justificarse (Valverdú e Izquierdo, 2010). Los estudiantes hacen prácticas de laboratorio diseñadas para no fallar y dar los resultados esperados (Nunes et al, 2021), y cuando se enfrentan a sus proyectos en los trabajos de tesis o estancias de investigación, nada de esto sucede. Si bien tener estas prácticas pre-probadas son importantes en la enseñanza de técnicas de laboratorio, se beneficia la habilidad de copiar metodologías para buscar soluciones, pero se sacrifica la oportunidad de mostrar al método científico como un ciclo compuesto de revisión, refinamiento, resolución de problemas y conclusión (Nunes et al, 2021), lo que puede llevar a asumir que la ciencia es un camino a prueba de fallas, en un único sentido y aislado de toda emoción humana. Valverdú e Izquierdo, (2010) citan a Bacon diciendo que: aparece antes la verdad del error, que la confusión. Los autores interpretan esto como que el error, reconocido y analizado desde el método, nos aproxima a la verdad.

 

¿Fallar es malo?

En general el error tiene una connotación negativa, pero dependerá de nuestro contexto personal el cómo lo procesamos. Una perspectiva negativa del error puede llevar a la pérdida de la confianza en uno mismo, a reducir la perseverancia y miedo a enfrentar retos futuros (Nunes et al, 2021). En cambio, el error desde una perspectiva positiva y considerado como parte de la actividad científica hace que seamos capaces de reconocerlo y subsanarlo (Valverdú e Izquierdo, 2010).

 

¿Cuáles son las fuentes del temor a fallar?

De acuerdo con el estudio realizado por Nunes y colaboradores en el 2021, realizado en la Universidad de Toronto con estudiantes de carreras STEM, la primera razón por la que se teme fallar es la presión social, seguida por la familia. Otra fuente importante son las expectativas personales y expectativas que otros tienen sobre la misma persona.

 

Figura 1: Respuestas de 574 estudiantes de la Universidad de Toronto Mississauga a la pregunta: ¿Los siguientes factores contribuyen a tu miedo a fallar? Tomado y modificado de Nunes et al, 2021.

 

¿Hay un camino para alejarnos del lado oscuro?

Así como el maestro Yoda dijo sobre el lado oscuro de la fuerza: “El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, y el odio lleva al sufrimiento”, es mejor no empezar el camino del rechazo al error. De acuerdo con la investigación de Nunes y colaboradores (2021), una de las maneras de desestigmatizar el miedo al error es abrir la conversación en los salones de clases, en los grupos de investigación y compartir las experiencias entre pares. Nunes apunta que, en general, los estudiantes ven a sus pares como competencia, por lo que hay poca empatía y simplemente se asume que las personas que fallan son incompetentes. Otra sugerencia práctica es permitir a los alumnos que haya segundas entregas, es decir que puedan corregir sus errores. Esta estrategia puede ejercitar la capacidad del alumno de reflexionar y mejorar sus entregas de manera significativa.

 

Conclusión

Reflexionar sobre el error y tener la capacidad de sobreponerse es un proceso emocional que requiere de guías y soportes personales y académicos, por lo que se debe hablar del error y darle su lugar dentro de la formación de científicos.

La resiliencia es una habilidad altamente deseada en un científico. A cada momento en que se presente un error, intenta cambiar de perspectiva y considerar el error como una oportunidad de aprendizaje, busca apoyo en tus pares y profesores, rápidamente verás cómo todos tienen experiencias similares y pueden generar una red de apoyo para superar los obstáculos que puedan aparecer en tu camino científico.

Montserrat López Coria

Bióloga de formación, egresada de la FES Iztacala, UNAM. Doctora en Ciencias Bioquímicas por la Facultad de Química, UNAM, con especialidad en Biología Molecular. Perteneciente al Sistema Nacional de Investigadores nivel I. Interesada en la biología de plantas, docencia de la Biología y Filosofía de la Ciencia.

Montserrat López Coria
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