Crónica

Cristina

Cristina

Agosto 30, 2022 / Por Fernando Percino

Imagen de portada: Cristinam Guarneros. Fotografía de Erik Guzmán tomada de https://www.elsoldepuebla.com.mx/local/ser-mujer-el-obstaculo-a-superar-en-la-cancha-arbitro-puebla-feministas-un-dia-sin-mujeres-un-dia-sin-nosotras-deportes-futbol-ligamx-8-de-marzo-dia-de-la-mujer-violencia-de-genero-ana-cristina-guarneros-4940782.html

¿Qué pasa por la cabeza de una persona para decidir ser árbitro de futbol? Muchas veces he tratado de indagarlo. Un amigo me platicó que en un viaje a España pidió un raid, los benefactores resultaron ser árbitros de ligas amateur. Ellos le comentaron a mi camarada que eran silbantes porque les gustaba el orden, que todo funcionara bien. Desde muy pequeños ayudaban a que en su casa las cosas estuvieran en su lugar y con mucha limpieza; además, así eran para casi todo: en la escuela, en sus relaciones personales… y ser árbitros les permitía expandir esa necesidad de respetar el orden y las reglas. Los silbantes son como auditores que van por la vida evitando que el caos se propague. No es una generalidad, pero esa impresión tengo una vez que he conocido y estudiado su labor en la cancha. Yo no podría ser colegiado, prefiero actuar en el juego, ser un protagonista de la causa de un equipo para bien o para mal. Me doy cuenta de que los árbitros quieren al futbol y creen en la justicia, tanto que hacen una notable labor de sacrificio al exponerse a ser insultados por la afición cuando toman una mala decisión o incluso cuando hacen respetar la ley, porque eso puede incomodar al equipo afectado.

Conocí a Cristina Guarneros en el 2016 cuando era reportera de campo en los partidos de Lobos BUAP. En aquel tiempo, el equipo universitario jugaba en la liga de ascenso. Ella trabajaba para una radioemisora. Yo la escuchaba con mis audífonos mientras veía el partido y siempre era muy puntual para anunciar los cambios, los jugadores que hacían falta o marcaban un gol. Estaba parada todo el tiempo y hacía sus anotaciones en una pequeña libreta mientras también agarraba su micrófono. Desde entonces me pareció una mujer muy disciplinada.

Me atreví a compartirle a Cris un proyecto que yo estaba realizando en el 2016 acerca de hacer entrevistas, para un canal de Youtube, a varias mujeres en sus áreas de trabajo y charlar sobre sus logros profesionales. Traté de que me compartiera la experiencia que ella tenía en medios. Cris revisó el primer video que hice y recibí bastante retroalimentación, muy crítica y constructiva: “esto hace disonancia, ¿por qué están bebiendo alcohol si hablas de los problemas que conlleva?, le falta claridad a las preguntas”. Fue directa en las áreas de oportunidad que el proyecto tenía. Le agradecí mucho por su franqueza y por su ardua revisión. Los siguientes videos mejoraron mucho gracias a esos comentarios. Ya me estaba dando cuenta de lo rigurosa que ella es. Resulta necesario contar en la vida con personas así, que revisen con lupa las diversas actividades de la vida misma para que los proyectos prosperen y caminen con solvencia.

Después de su etapa como periodista y de haber egresado de la BUAP en Ciencias de la Comunicación, Cristina Guarneros desarrolló una notable carrera como árbitra. Empezó en ligas amateur de la ciudad de Puebla. Le tocó silbar en ligas infantiles, juveniles, femeniles y demás. Yo le dije, en aquel tiempo, que ella algún día iba a arbitrar en un mundial, porque sobresalía su asombrosa voluntad para luchar por sus objetivos. Ahora mismo es una silbante consagrada en Liga Femenil MX. Ha llegado a ser cuarta árbitra de una final en diciembre de 2021, cuando Rayadas y Tigresas llegaron a la final. Además, ha participado en partidos internacionales de selecciones naciones menores en Costa Rica durante 2022.

Recuerdo un partido de liga entre Bravas y Centellas, jugado en Ciudad Juárez. Las de la frontera ganaban 2 a 1 en el segundo tiempo y, en un ataque de Bravas, una delantera recibió un balón estando en posición adelantada. La juez de línea levantó su bandera indicando un posible fuera de lugar. Cris dejó correr la jugada para sorpresa de las jugadoras y de la misma juez de línea. Juárez llegó al fondo de la cancha y puso un disparo al poste fallando un gol cantado. Los comentaristas criticaron el desempeño de las silbantes por causar desconcierto en las jugadoras del Necaxa. Llegó la repetición y se exhibió que el balón que había recibido la delantera de Juárez provenía de una rival, por lo tanto, aunque estuviese adelantada, no había fuera de lugar. La juez de línea fue quien se había equivocado por un impulso natural de ver adelantada a la jugadora de Bravas. Los comentaristas recapacitaron y alabaron el acierto de la silbante central. Cris tiene un ojo clínico que le ayuda a ser una colegiada notable. Alguien con genética natural de arbitraje: no sale a la cancha queriendo equivocarse, al contrario, desea que todas sus marcaciones sean las adecuadas. Los silbantes son humanos y pueden equivocarse, los aficionados no consideran eso siempre. Cris, además, se ha hecho camino siendo colegiada en partidos de hombres, donde más de una ocasión el machismo natural de los mexicanos provocó que recibiera insultos del más bajo nivel.

Alguna vez vi que Cris publicó en sus redes sociales que había sido víctima de un asalto mientras entrenaba en el Parque del Arte, en la ciudad de Puebla. Aquello habría sido mientras trabajaba para ligas amateur. Tuvo que pedir ayuda a extraños para juntar para el pasaje de autobús de regreso a casa. Ella acostumbra desde hace mucho levantarse muy temprano para entrenar. Cris misma ha comentado en diversas entrevistas que eso le permitió disciplinarse para bajar de peso y tener mejores condiciones para desempeñarse en su trabajo como juez central. Me dio mucho coraje enterarme de ese robo, porque son cosas que pasan todos los días en este país, gente que sale a trabajar, a brindarse con su esfuerzo para hacer de este un mejor lugar y nunca faltan los infames que atropellan esos ímpetus.

La última vez que la vi trabajar in situ fue hace no mucho, en el estadio Cuauhtémoc durante partido entre Puebla contra Tijuana. En algún momento marcó un penal a favor de las enfranjadas. Se impuso con autoridad frente las jugadoras, les decía que no rebasaran el área grande antes de que la ejecutora cobrara la pena máxima. Su mirada era fulminante. También fue con la portera de Tijuana a decirle que no podía salirse de su línea antes del cobro; representaba a la autoridad con una solvencia que resulta de años de trabajo y madurez, años de soportar insultos de padres de familia, aficionados molestos, borrachos y demás entidades anónimas que habitan la tribuna. Aquellas indicaciones son rituales que siempre hay que obviar y hacerlo con rigor para que el orden prevalezca. Me da mucho orgullo contar con una amistad así, que inspire y transmita el amor por la justicia.

Cada vez falta menos para que un día encienda la televisión y vea una cinta con el nombre: Cristina Guarneros y abajo del mismo la leyenda: Referee central. El escenario de fondo: un mundial de futbol.

Fernando Percino

Es mexicano y nació en algún momento de los años ochenta; además es licenciado en Administración Pública por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Publicó cuentos en el suplemento cultural *Catedral* del diario *Síntesis*, la novela *Velvet Cabaret* (2015), el libro de cuentos *Lucina* (2016), el libro de crónicas *Diarios de Teca* (2016) y la novela breve *Volk* (2018). Fue miembro del consejo editorial de las revistas: *Chido BUAP* y *Vanguardia: Todas las expresiones*. Fue funcionario público. Actualmente es chofer de UBER y estandupero ocasional.

Fernando Percino
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