De color humano
Mayo 07, 2021 / Por Eliana Soza Martínez
Hace unos días, en un programa radial preguntaron: ¿cuál es el trabajo más fácil? Me puse a reflexionar y llegué a la conclusión de que es aquel que uno ama. Traté de recordar las ocupaciones que tuve a lo largo de mi experiencia laboral. Todas empezaron como un reto y una ilusión. Nunca me arrepentiré por la entrega que puse en cada responsabilidad, actividad o labor que me fue confiada, porque las disfruté.
Debo admitir, sin embargo, que muchos de ellos se fueron transformando en una rutina difícil de sobrellevar. En el momento que los sentía así, sabía que debía alejarme. Por supuesto que dejé algunos por otras razones. Pero las más de las veces, sentí que mi tiempo allí se había cumplido y la señal inequívoca de aquello era que, al despertar temprano y pensar en ir a trabajar, no quería hacerlo.
En cambio, el que recuerdo con añoranza fue el que coincidentemente era por la tarde, así que no despertaba temprano, iba contenta y me quedaba tiempo extra sin dudar. Era en un centro cultural que tenía una hermosa biblioteca. Disfrutaba tener la certeza de cómo solucionar cada problema que se presentaba. Las exigencias variadas de mis jefes eran siempre un reto más que un inconveniente. Terminó por desavenencias con ellos respecto a la forma de llevar adelante actividades. A pesar de todo, fue una temporada muy linda en la que me sentí cómoda y feliz.
Pasó el tiempo y fueron naciendo atisbos de mi más grande descubrimiento en cuanto a un oficio. Hace quince años empecé a escribir, con mucha inseguridad, tal vez por eso no fui consciente de la felicidad y el placer que me daba hacerlo. Además, primó mi miedo de no ser lo suficientemente buena.
Tuvo que pasar más de una década y el nacimiento de mi segundo hijo para intentarlo de nuevo. En el 2017 volví a escribir, esta vez de manera perseverante, todavía con temor, pero segura de que era una actividad que disfrutaba profundamente. Escribí y junté el valor para pedir una opinión a Homero Carvalho Oliva, escritor boliviano reconocido a nivel internacional. Con su apoyo trabajé días y noches. Así nació mi libro de cuentos Seres sin Sombra.
A partir de ese primer paso, encontré la labor más fácil, de la que hablaban en la radio, la que no se considera una obligación, que puedes hacerla incontables horas porque la disfrutas, y que en ese preciso momento el tiempo pasa rápido y sientes que nada existe alrededor.
Muchos pensarán que escribir no puede considerarse un trabajo porque la remuneración es nula si no te has convertido en un autor best seller. Ni siquiera tienes la posibilidad de incluirlo como una profesión en tu carné de identidad y esto es cierto. Parece ser que en todo el mundo, y en Bolivia en especial, los artistas son subvalorados ya que no viven de su arte.
Entonces, ¿la escritura es un pasatiempo si es que no puedes dedicarte a ella ocho horas?, ¿un hobby como coleccionar monedas, estampillas o leer? Los que escribimos sabemos que es un oficio, placentero por supuesto en el momento de creación, pero que en la revisión es una labor ardua que a veces nunca termina, pues en cada lectura uno va encontrando algo que mejorar en los textos. Por tanto, lleva su tiempo y si además uno tiene una ocupación extra que pague las cuentas, tendrá que invertir los minutos dedicados al descanso o el que se pasa en familia. Y es que al final uno no escribe por obligación. Si realmente es su pasión lo hace por necesidad, al igual que comer o dormir.
En conclusión, puedo decir que escribir sí es un trabajo, aunque no sea valorado así dentro de la sociedad. Para mí es él más fácil del mundo, en el sentido que cuando lo hago me pierdo en medio de las palabras, entretejiendo oraciones, urdiendo tramas, creando personajes y mundos. No siento el paso del tiempo y es la actividad que me salva de la realidad y la rutina que puede llegar a pesar a cualquiera.
Eliana Soza Martínez (Potosí, Bolivia) Autora de Seres sin Sombra (2018). 2da. Edición (2020) Ed. Electrodependiente, Bolivia. Junto a Ramiro Jordán libro de microficción y poesía: Encuentros/Desencuentros (2019). Antología Iberoamericana de Microcuento (2017), compilador Carvalho; Escritoras bolivianas contemporáneas (2019) compiladoras: Caballero, Decker y Batista, Ed. Kipus. Bestiarios (2019), Ed. Sherezade, Chile. El día que regresamos: Reportes futuros después de la pandemia (2020), Ed. Pandemonium, Perú. Brevirus, (2020), Brevilla, Chile. Pequeficciones: piñata de historias mínimas (2020) Parafernalia, Nicaragua. Historias Mínimas (2020), Dendro Editorial, Perú. Microbios, antología de los Minificcionistas Pandémicos (2020), Dendro Editorial, Perú. Caspa de Ángel: cuentos, crónicas y testimonios del narcotráfico, Carvalho y Batista. Umbrales, Antología de ciencia ficción Latinoamericana (2020), Ediciones FUNDAJAU, Venezuela. https://www.facebook.com/letrasenrojo Instagram: @Eliana.Soza https://www.youtube.com/channel/UCJC8RtYxDvq0JVrb2ZIioeg
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