Superar el colegio no es fácil

Qué belleza guardan aquellos que no encuentran

su lugar fácilmente entre tanta gente

Alejandra Pizarnik

En Bolivia concluye el año escolar y es una época agridulce porque en muchos casos las y los estudiantes terminan una etapa que no es la más agradable. Por ejemplo, a los que los diez meses en la escuela fueron una tortura por diferentes razones, algunos porque se convirtieron en víctimas de acoso y burlas no solo de sus pares, sino también de profesores. Los que no entendían una materia y no encontraron apoyo en nadie, ni siquiera en sus papás. A los que no les gusta el deporte y casi pierden el año por ello. Otros que se aplazaron y se escapan de casa o intentan quitarse la vida para no enfrentar a sus familias. Y así se pueden enumerar más casos. A ellos va dedicado este artículo.

Recuerdo la época de colegio con mucho cariño, a pesar de que también sufrí burlas por mi apariencia: era demasiado alta, más que los varones, y en primaria era tildada de jirafa y otros nombres. Además, tenía un profesor que le encantaba hacer competencia de quién leía más palabras en un minuto y yo no era buena para esa actividad, así que para él no era suficiente. En general, me iba bien en las demás materias y no recuerdo ningún año en el que estuviera cerca de aplazarme, pero sí miles de veces me sentí, o tal vez me hicieron sentir, la rara del curso. Mas no estaba sola, había un par de chicas y otros que eran vistos así. A diferencia de lo que ocurre en las películas, no nos unimos ni creamos un club de raros, pero creo que de alguna manera la sola existencia del otro diferente hacía nuestra vida mejor y más llevadera.

Por esa experiencia, y por lo que ahora veo en la escuela de mi hijo mayor, puedo decir que, a pesar del tiempo, del desarrollo de la tecnología, la educación, nuevas generaciones de padres, todavía se ven actitudes hostiles dentro de las aulas. Ahora han cambiado las herramientas de acoso que usan algunos, porque tomando una fotografía y un poco de conocimiento de una aplicación se puede crear stikers y memes que insulten a alguien, además que tienen la posibilidad de subirlos a las redes y hacerlos virales para que se entere hasta la madre. Lo que hay que lamentar es que ni los padres ni los maestros saben cómo actuar frente a estos problemas, tampoco las autoridades escolares.

En esta época en que tantas familias festejan que sus hijos han pasado de curso con las mejores notas, creo que todos los padres de familia deberíamos estar orgullosos de nuestros hijos porque no sabemos qué tipo de retos sufrieron dentro de las aulas por parte de sus compañeros, de los profesores o de ellos mismos. Porque también es cierto que, a la hora de no creer en uno, las y los jóvenes son sus propios obstáculos. La timidez, la falta de capacidad de socializar, son problemas que afrontan muchos todavía. Por todas estas razones celebremos a cada uno, porque pasaron un año y continúan con el valor de seguir adelante, eso es de aplaudir siempre.