Una forma de salvar a las familias

Se dice que la familia es el núcleo de la sociedad porque en ella se forman las y los futuros ciudadanos; por tanto, su importancia es innegable. Desde 1993 las Naciones Unidas deciden celebrar el 15 de mayo como el Día Internacional de la Familia con el fin de dar a conocer las cuestiones relativas a las familias y reflexionar acerca de cómo les afectan los procesos sociales, económicos y demográficos.

Si bien las familias se han ido transformando, dependiendo de la época, la cultura y el lugar donde habitan existió siempre una gran variedad. Familias nucleares con padre y madre, otras con uno de los progenitores, algunas en las que los abuelos crían a los nietos, o solo de hermanos y seguro que muchas más en las que ningún vínculo sanguíneo las une.

Me impresiona este último tipo porque, desde mi punto de vista, es la más real y profunda. Personas reunidas por los vínculos positivos que van construyendo entre ellas, sin obligaciones que las unan, solo el afecto y el disfrute de la compañía. Estos valores que deberían ser innatos en las familias consanguíneas no siempre lo son. Lo escuchamos a diario cuando padres y madres golpean, violan y hasta asesinan a sus hijos. También hay casos en que, por temas de herencias u otros, son los descendientes quienes quieren deshacerse de sus progenitores; lo mismo sucede entre hermanos creándose, rencillas y odios.

En general, pienso que ni los propios miembros de las familias somos conscientes de la importancia que tiene en el desarrollo de cada uno. Es decir, que de acuerdo al tipo de familia donde yo crezca, será el modelo en el que basaré mi propia familia en el futuro. Es cierto que no es como dos más dos que siempre es cuatro, no se puede generalizar, pero a veces incluso aunque diga nunca seré como mi mamá, pasa el tiempo, tienes hijos y el momento menos pensado estás usando sus palabras y amenazas, te das cuenta mucho después. También está relacionado con las parejas que escoges, dependerá de tu relación con tu padre o madre o simplemente lo que aprendiste en casa sobre el amor.

Así, lo que se queda grabado más profundo en nuestros cerebros y corazones es lo que vivimos con nuestras familias, las formas en las que aprendimos a amar a los demás, a subsistir y trabajar, a tratar a los animales y la naturaleza, nociones cívicas de ciudadanía, si somos positivos o negativos, cómo afrontamos los problemas y también los logros. Es que esto se aprende sobre todo a través del ejemplo y por tanto, lo que veamos hacer, haremos.

Por otro lado, también es cierto que la pobreza, la falta de salud, educación y cultura son obstáculos que tienen que vencer un gran porcentaje de familias y esas son las fuentes principales de varios de sus problemas. Será por eso que muchos salimos de familias disfuncionales por alguna razón. Por ejemplo, mi padre nunca vivió con nosotros y fue mamá quien nos crió y se hizo cargo de tres hijos.

Si tomamos en cuenta que el crecimiento demográfico en la mayoría de los países es imparable, también las familias seguirán creciendo en número. Por lo que es esencial que todos busquemos proteger esta institución, desde los gobiernos y toda su infraestructura estatal, hasta cada uno de nosotros, enseñando a nuestros hijos que a las familias debe unirlas más que la sangre, el amor, el respeto y el disfrute de la compañía, porque a partir de estos valores se irán fundando los demás a través del ejemplo.