Ensayo
Julio 23, 2021 / Por Gabriela Quintana Ayala
El mundo vive una pandemia sin precedentes históricos, en la cual la prioridad innegable es la sanidad internacional, lo que ha dejado rezagados temas como el medio ambiente, a pesar de que la contaminación no da tregua y miles de mascarillas ya se han encontrado tanto en las playas como en el océano.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente adoptó como su primer principio: “El hombre tiene el derecho fundamental a la libertad, la igualdad y condiciones de vida satisfactorias, en un entorno cuya calidad le permita vivir con dignidad y bienestar”, luego de su reunión en 1972 en Estocolmo.1 Posteriormente, en 1974, la ONU estableció el 5 de junio como Día Mundial del Medio Ambiente para crear conciencia del impacto del ser humano en el planeta y tomar acciones sobre la contaminación, el calentamiento global, el desarrollo sostenible y los delitos contra la vida silvestre. Este año fue organizado por Pakistán, con el lema: “decenio de las Naciones Unidas sobre la restauración de los ecosistemas”.2
Muchos son los esfuerzos de Organismos no gubernamentales (ONG’s) y poca la gente en el mundo que está interesada en cuidar del planeta. Entre estas organizaciones están Greenpeace, WWF, Conservation International (conservation.org), International Union for Conservation of Nature (IUCN), ETC Group, el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM), EcoPortal.net (el mayor Portal de Internet en español dedicado al Medio Ambiente), entre otros. Independiente de una organización, hay personas en el mundo que han desafiado tanto a industrias irresponsables como a gobiernos en defensa de la biodiversidad de la zona donde radican. Durante su lucha por la tierra y contra prácticas de comercio destructivas, han sido amenazados, atacados, criminalizados y asesinados. El reporte de la organización internacional Global Witness,3 presentado en 2020 sobre los activistas más comprometidos y por ende más amenazados por fuerzas políticas y empresas poderosas, establece que hasta el momento el año 2019 es el que muestra la mayor cantidad de asesinatos, con 212 personas. Este listado lo encabezó Colombia, con 64 activistas, seguido de Filipinas, con 43. América Latina es la región donde ocurrieron más de dos tercios de los homicidios y donde los defensores ambientales han recibido más ataques registrados por esta organización. Entre los activistas más influyentes a nivel internacional y cuyas actividades han repercutido directamente en beneficio de la biodiversidad, se cuentan: Rachel Carson, cuyo libro sobre el peligro del insecticida influyó para que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos prohibiera el DDT; Jane Goodall creó el Instituto Jane Goodall, que conserva poblaciones locales de simios en Kenia; Wangari Maathai fundó el Green Belt Movement, o “movimiento del cinturón verde” en castellano, fue la primera mujer africana en recibir el Premio Nobel de la Paz; Boyan Slat creó en 2013 “The Ocean Cleanup”, una organización que investiga mecanismos para localizar, eliminar y prevenir la contaminación causada por los plásticos concentrados en el océano, sus proyectos sirven para recoger los plásticos de los océanos; Vandana Shiva luchó contra la industria alimentaria y productos transgénicos con la agricultura ecológica y protegiendo la biodiversidad; Lois Gibbs fundó el Centro de Salud, Medio Ambiente y Justicia para investigar el movimiento ambiental y recibió el Premio Godman de Medio Ambiente; Berta Cáceres (Honduras) fundó COPINH para la defensa del medio ambiente, cuyo objetivo también era crear conciencia sobre el cuidado de la naturaleza y respeto a los derechos de los indígenas. Luego de recibir el premio Goldman por su excepcional valentía en el activismo medioambiental, fue asesinada en 2016 en medio de la lucha contra el Proyecto Hidroelétrico “Agua Zasca”.
Es necesario crear acuerdos de protección a los defensores ambientales, aunados a los ya existentes que protegen el planeta, con una organización internacional que tenga incidencia sobre los países y las leyes ambientales estandarizadas.
Ya en la Cumbre de la ONU de 2009 sobre el cambio climático, Sarkozy reclamó la creación de una Organización Mundial del Medio Ambiente para desarrollar un derecho internacional en la materia, tan respetado, dijo, como el del comercio.4 La Organización Mundial del Medio Ambiente es un proyecto autónomo de organización intergubernamental, apoyado desde la década del 2000 por ONG’s y asociaciones medioambientales, que ayudaría a que se apliquen con rigor las decisiones de los acuerdos internacionales en materia ecológica de los países firmantes, como el Protocolo de Kioto, el Acuerdo de París, etcétera, y que promovería el Derecho Ambiental Internacional. El proyecto fue recibido por unos como una amenaza a su desarrollo económico y otros, como el Vaticano, como una nueva organización potente y beneficiosa. La promoción de este proyecto ha sido impulsada en la Cumbre de Copenhague y hasta la fecha no se ha concretado.
Actualmente, lo más cercano que tenemos a una organización ambiental no gubernamental es el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente; y otro modelo similar es el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), que reúne a los gobiernos de 182 países miembros (en asociación con instituciones internacionales, organizaciones no gubernamentales y el sector privado), con el objetivo de encontrar soluciones para cuestiones ambientales de alcance mundial.
En el mundo se producen más de 2.100 millones de toneladas de desechos cada año, según la organización Verisk Maplecroft. Los países más contaminantes del aire, con mayor cantidad de emisiones de dióxido de carbono según sondeo, son China, Estados Unidos e India. En cuanto a los países más contaminantes con basura o desechos sólidos, de acuerdo con el Chicago Tribune (2019), son Estados Unidos, Rusia y Japón. El Banco Mundial presentó a finales de 2018 un informe titulado Los desechos 2.0: Un panorama mundial de la gestión de desechos sólidos hasta 2050,5 en el cual establece que, si no se adoptan medidas urgentes, los desechos a nivel mundial crecerán, para el 2050, un 70% con respecto a los niveles actuales. Dicho reporte prevé que este incremento será de 2010 millones de toneladas registradas en 2016 a 3400 millones para el año meta. En cuanto a la basura electrónica, la tercera edición de The Global E-Waste Monitor 20206 informó que se generó un récord de 53,6 millones de toneladas métricas (Mt) de desechos electrónicos, productos desechados con una batería o enchufe, como computadoras y teléfonos móviles, en todo el mundo en 2019, esto equivale a 21% más en solo cinco años. En el informe se menciona que el mayor volumen lo generó Asia, seguida de América y luego Europa.
En algún momento nos caerá la espada de Damocles y, para entonces, espero que no sea demasiado tarde cuando las soluciones ya no alcancen. Por lo cual me parece oportuno y sabio incluir la materia de protección al medio ambiente y energías limpias en las aulas en todos los niveles educativos de todos los países, para concientizar a las nuevas generaciones, quienes heredarán todo el desastre de la época hiper-industrial.
En este espacio, y como portavoz del medio ambiente, tenemos a Rodolfo Chisleanschi, quien actualmente conduce un espacio radiofónico en Casa Bukowski con temas cruciales para la ecología llamado Historias con buen ambiente. Se puede escuchar los días jueves de manera quincenal a las 23:00 H España (16:00 H México, 17:00 H Chile, 18:00 H Argentina) en www.radiobukowski.org. El programa se enfoca en transmitir las actividades, desafíos y logros en materia de conversación del medio ambiente y energías limpias para entender lo que ocurre en el día a día.
Rodolfo Chisleanschi (1960, Argentina) es periodista de profesión y, por vocación, escritor. Ha trabajado en numerosos medios gráficos en Argentina y en España, donde vivió 26 años. La lista incluye diarios como El País, Clarín, La Razón, La Nación o ABC, revistas como GEO (donde fue subdirector), Muy Interesante o Cambio 16, así como la agencia de noticias DPA y portales web como Mongabay Latam o Coolt.com.
Publicaciones: Planeta Fútbol (traducido al inglés, el francés y el portugués) y Por el andarivel del 8 (biografía del futbolista Miguel Ángel Brindisi). Y durante este tiempo de pandemia, su condición de médico (Universidad de Buenos Aires, 1983) le facilitó una comprensión a fondo del tema, más allá de no ejercer a diario la profesión. Esto le permitió publicar varios artículos junto con el doctor Sergio Perrone y participar como invitado en algunos programas de televisión.
—¿Cuáles son los temas que más manejas en tu profesión periodística, y por qué le has dado más peso a la cuestión del desarrollo sostenible con energías limpias?
—Empecé a trabajar en periodismo en la sección Deportes, y aunque en algunos períodos de mi carrera me alejé del tema, nunca lo dejé del todo y hoy sigue ocupando buena parte de mi actividad. Sin embargo, desde hace ya varios años volqué mi interés hacia las cuestiones ambientales: la conservación, la biodiversidad, el desarrollo sostenible, los modelos económicos que apuestan al ahorro de recursos naturales y a reducir la contaminación y las energías limpias, porque entendí que en esos temas empezábamos a jugarnos el destino de las siguientes generaciones y que quienes tenemos la posibilidad de llegar a mucha gente a través de nuestro trabajo debemos aprovecharlo.
—¿Cuáles son tus motivaciones para tratar temas de desarrollo sostenible y de cuidado del medio ambiente?
—Siempre me interesaron los temas sociales y la defensa de los valores que creo imprescindibles para vivir en una sociedad armónica, como la empatía, la solidaridad, la equidad y la justicia sociales... Ni siquiera mis coberturas deportivas suelen estar ajenas a esas premisas, cuando la oportunidad lo permite. En ese contexto, y ya desde hace un tiempo, llegué a la conclusión de que la pelea por frenar el deterioro creciente de las condiciones de vida en el planeta juega un papel prioritario, porque todo lo demás dependerá de ser inteligentes y previsores en ese aspecto. Entiendo que en ese sentido mis mejores herramientas de lucha son escribir y comunicar lo que pasa, las consecuencias y las posibles soluciones a problemas que cada día ofrecen menos margen de maniobra para solucionarlos.
—¿Cómo periodista y portavoz del medio ambiente, cuáles son tus retos?
—El primero es despertar conciencia para que más y más gente conozca y entienda que si mantenemos la actual línea de actuación no habrá destino posible para las especies que pueblan el planeta (no para el planeta en sí, que seguirá dando vueltas alrededor del Sol sin problemas y regenerará vida, aunque demore millones de años). A partir de ahí, me gustaría poder ofrecer soluciones y promover prácticas sostenibles que cada persona pueda desarrollar en su vida cotidiana.
—¿Qué logros has visto en cuanto a los esfuerzos de medios de comunicación en la lucha contra la contaminación mundial y el consumo responsable?
—Los logros son indiscutibles. Que la emisión de gases con efecto invernadero y el cambio climático sean hoy temas “populares” es un mérito indiscutible, primero y principal de la movilización de las organizaciones de la sociedad civil, que desde hace décadas llevan alertando sobre estas cuestiones. Pero después, de que progresivamente, y aunque con más lentitud de la deseada, los medios de comunicación hayan ido dándole espacio a la difusión de estos temas hasta incorporarlos a la conciencia colectiva. Desde siempre, y más allá de su actual y profunda crisis, el periodismo ha sido intermediario entre los intereses de la población y los poderes encargados de tomar las decisiones. Las realidades que los medios exponen provocan, a veces, reacciones en la gente que, cuando toman fuerza, terminan obligando a que la política y la economía se planteen decisiones que sin ese conocimiento general muy posiblemente no tendrían lugar. Que hoy, por ejemplo, la UE apueste por el final de la energía nuclear o el uso de combustibles fósiles es una muestra del papel que desempeñan los medios para modificar la realidad.
—¿De qué manera piensas que es posible generar conciencia en tu público y cómo lo has ido consiguiendo?
—Siendo claros en la explicación de los problemas y amplios de mente en la cobertura de los temas que se tratan. Esto implica abarcar la mayor variedad de asuntos posibles, buscar enfoques diferentes, sin fanatismos ni dogmatismos, entendiendo que puede haber miradas divergentes, que hay muchos sectores cuyos intereses también deben ser tenidos en cuenta para lograr un cambio profundo y que nadie es dueño absoluto de la verdad. Y por supuesto, respetar la rigurosidad en los datos que se ofrecen.
Referencias:
https://www.worldenvironmentday.global/es/sobre-el-dia/dia-mundial-del-medio-ambiente
COMUNICADO DE PRENSA N.º 2018/037/SURR
https://globalewaste.org/news/surge-global-waste/
Narradora mexicana. Es traductora literaria y profesora de idiomas. Licenciada en Comercio Exterior. Maestra en Programación Neurolingüística. Diplomada en Literatura Norteamericana por la BUAP. Escribe cuento infantil, relato, novela, ensayo. Sus relatos han sido seleccionados en concursos en México y España, así como participado en varias antologías impresas. Ha colaborado en revistas literarias en México, España, Cuba, entre otros.
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