Ensayo

Elizabeth Damián: La de necedad de hacer y compartir la cultura

Elizabeth Damián: La de necedad de hacer y compartir la cultura

Junio 11, 2024 / Por

Conocí a la maestra Elizabeth Damián en noviembre de 2022, cuando fui invitado a presentar mi poemario Furiosa en la Feria del Libro Sor Juana Inés de la Cruz, en San Pedro Cholula. La maestra Damián fue una organizadora del evento y gracias a ese primer encuentro pude conocer parte de su trabajo como gestora y escritora. En la feria también di un taller de creación literaria para infancias; dar a conocer esa faceta me permitió ser considerado a participar como docente en la entonces naciente Casa del Poeta Guillermo Fernández de Lara, que estaba también formalizando la maestra Damián. La invitación me hizo sentir muy halagado, porque compartiría el espacio con autores que admiro mucho, como el poeta Rodolfo Herrera y el enorme narrador Javier Zúñiga (en paz descanse). Javier fue seleccionado en ese momento director de la Casa, que se inauguró en enero de 2023. Tristemente falleció unas semanas después.

He trabajado con la maestra Elizabeth en diferentes proyectos y siempre hay algo nuevo que aprenderle en cada experiencia. Hemos organizado eventos de poesía, presentaciones de libros, talleres de escritura creativa, entre muchas cosas más. Elizabeth Damián es directora de la Casa del Poeta, titular de la editorial Cualicalli, además de gestora de diferentes proyectos vinculados a la cultura, a tal nivel que ha llevado un desfile de catrinas a Nueva York y aunque algunos de esos proyectos los ha trabajado con cierto apoyo gubernamental, la mayoría los ha gestado con recursos propios. Este tipo de trabajo de la sociedad civil en Puebla y Cholula se está dando de manera creciente. Elizabeth Damián puede considerarse una de las grandes pioneras contemporáneas de estos movimientos y es por ello que le pedí una entrevista para conocer más de esta titánica labor que realiza.

 

—Maestra, ¿cómo empieza usted a vincularse de manera activa en temas culturales?

—Empecé muy joven, a los 16 años. Tomé un taller con el maestro Juan Manuel Bustos, para mí ese maestro marcó un antes y un después. Como suele pasarnos en la juventud, mis primeros textos fueron sobre el amor, obviamente.

—En esos nos parecemos mucho, maestra (risas), porque sí, suele pasar: el amor mueve al mundo.

—Después estudié licenciatura en español en el Benavente. Me tocó una generación muy linda, que llegó de diferentes partes de la república, me acerqué mucho a la poesía. Nunca pensé que podía escribir bien, no valoraba mucho mis obras, hasta que compañeros y maestros leyeron los textos. Les gustaron mucho y dijeron que debía escribir más. Yo tenía más una formación e idea de ser docente. Tuvieron que pasar varios años para que me pusiera a escribir con rigor y fue después de mi divorcio en 2006. Por aquel tiempo salió una convocatoria de un concurso llamado Buscando un poema para Cholula. Yo necesitaba el dinero, porque estaba muy endeudada por los gastos de mi separación. El maestro Manuel Tlatoa, en paz descanse, me ayudó mucho en ese entonces, un hombre con mucho conocimiento y amor al arte, con quien siempre estaré agradecida. Yo me enamoré de Cholula y luego nació el poema.

—Maestra, el trabajo de la poesía es arduo. Habló usted de la investigación que es importante para crear poesía.

—Definitivamente, así nació Cholula mía. Una amiga, Judith, me dijo: “lo que tienes que hacer es ir a derechos de autor y proteger tu poema, porque es bellísimo”. Fueron muchas horas, muchas tardes de leer historia, otros poemas, aprender del legado de esta ciudad milenaria, para que el poema quedara de forma satisfactoria. Mi idea era grabar el poema en un disco y difundirlo en las escuelas de Cholula, pero no se dio. Después hice otro, donde se tenían que involucrar los símbolos patrios. Entré a otro concurso y gané, eso me brindó mucha confianza; me dije, no lo hago mal. Después hice mi primer gran proyecto llamado Veinte poemas y un cuento. A mí me pareció un acto muy atrevido publicarlo, y pedí que solo se hicieran veinte copias. Fue más para mis amigos y familiares. Lo presenté en la Casa de la Cultura, fue mi primera presentación. Aquello fue muy lindo: pensé que iba llegar poca gente y al final llegaron ochenta personas. Yo estaba impactada, además el señor de la imprenta no me hizo caso, hizo 100 copias. Los libros se vendieron bien y me sentí muy contenta. Me invitaron a programas de radio, fue bien recibido por mucha gente de medios de comunicación, aquello me motivó a seguir adelante.

—Eso resulta importante para las personas con talento no se quedan en el camino, y ¿cómo da el paso de ser poeta a ser gestora cultural? Usted ha abierto espacios muy importantes para las y los artistas del estado de Puebla.

—Desde la necesidad y desde el amor. Me impacta mucho ver cuánto talento hay y no se visibiliza. Ese es el gran tema: el amor al otro, el amor a su trabajo, a su poesía, y ¿por qué no les leen o escuchan? Luego empecé a hacer catrinas gigantes, las poníamos en varios lugares, eran hechas de pet. Mucha gente se entusiasmó y el proyecto fue creciendo.

—Creció tanto que ahora la invitan a Nueva York con esas catrinas.

—Sí, a veces el gobierno apoya, pero muchas veces dicen que no tienen dinero y, como sea, allá me reciben muy bien.

—¿Cuántas veces lo hizo por amor al arte y puso de su bolsillo? ¿Por qué?

—Viene desde mis raíces, mi abuelo, mi papá, mi primo, mi hermano, familia de músicos. Eso me enseñó a valorar y ver la belleza, la de los artesanos, que para mí es arte también. Y luego les invitó a presentar su trabajo en diferentes foros, como ahora mismo. Ya trabajo con escultores también, ya pronto tendremos eventos donde se combinará con lectura de poesía; me siento dichosa que todos los proyectos han salido bien, llegué a trabajar incluso con el vocalista de los Platters, nos acompañó en varios eventos y aquello fue un lujo. Me gusta combinar disciplinas, tengo un libro al que le incluí fotografías de un gran artista. De la poesía tengo muchos apapachos, en el bachillerato Basave de Cholula, no hace mucho, alumnos leyeron un poema mío de forma coral el día de las madres. Eso me estremeció tremendo.

 

La maestra Damián ahora trabaja con mucho ímpetu en la Casa del Poeta de Cholula, donde logró reunir a un grupo de trabajo con autores locales con mucho talento. En un principio pensó en asentarla en un espacio público, pero después de decidió que la mejor sede para la Casa sería la escuela Cualicalli, en Tepontla, donde también es la directora. Es un proyecto único y de grandes alcances no sólo para la región, recién han concluido los primeros talleres tanto de narrativa, como de poesía y a ellos llegaron personas de todo el país. Mujeres como Elizabeth Damián son imprescindibles, por el gran amor que le profesan al arte y el enorme esfuerzo que hacen para difundirlo.

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