Narrativa

En pocas palabras

En pocas palabras

Septiembre 06, 2024 / Por Márcia Batista Ramos

Un blues

Estéfani Huiza Fernández (Bolivia)

Suenan las cuerdas de una guitarra, se oye una melodía que nace desde las entrañas del que las toca. Entonces el saxofón grita y calla a todo el público. Uno, dos, tres, pausa, uno, dos, tres y pausa... Entra el bajo como interpelando al espectador... Otra vez la guitarra que se pierde mientras la armónica anuncia el fin de aquel blues.

 

Insomnio

Rubén García García (México)

A las dos de la mañana convoqué a las ovejas y solo llegó una.

—¿Dónde están las demás?

—Están recibiendo instrucciones del nuevo perro ovejero.

—¿Entonces, tú por qué estás aquí?

—Él me dijo que yo tendría otras instrucciones, que me esperara.

 

Mi otro yo

Rodolfo Lobo Molas (Argentina)

No es para nada cómodo sentarse a escribir sin poder definir si soy yo o es mi otro yo quien deja microhistorias en el papel.

Este cuento irá en uno de mis libros, pero temo que sea un plagio.

 

Hora de dormir

Juan Martínez Reyes (Perú)

Nadie sabía que, al apagar la luz, mi padre me susurraba al oído: Soy de palo y no debo moverme. Luego comenzaba a recorrer con sus manos mi pequeño cuerpo, mientras me petrificaba por el miedo y ahogaba un suspiro. Desde entonces, ya no he sido la misma niña de antes.

 

El muñeco maldito

Araceli Otamendi (Argentina)

Una vez más, sábado y de noche, esperaba la llegada del muñeco maldito.

Mamá veía televisión en el comedor. Papá leía.

La voz cavernosa del televisor anunciaba su llegada.

Las sombras de las hojas en el jardín se agigantaban. La estufa destilaba olor a querosén. Los muebles crujían.

Maullidos y pisadas de gatos en el techo.

Cada sábado, la estrategia era distinta cuando escuchaba los pasos del muñeco maldito.

Taparse la cabeza con las sábanas, esconderse en un placard, poner los muñecos en la cama, cerrar la puerta con llave.

Se escuchaban pasos, primero despacio, después el sonido era más fuerte.

El muñeco maldito siempre rondaba.

Hubo que esperar muchos años, para que el muñeco maldito no viniera más. Y así y todo...

Márcia Batista Ramos

Nació en Brasil, en el Estado de Rio Grande do Sul, en mayo de 1964. Es licenciada en Filosofía por la Universidade Federal de Santa María (UFSM)- RS, Brasil. Radica en Bolivia, en la ciudad de Oruro. Es gestora cultural, escritora y crítica literaria. Editora en Conexión Norte Sur Magazzín Internacional, España. Columnista en la Revista Inmediaciones, La Paz, Bolivia y columnista del Periódico Binacional Exilio, Puebla, México, Mandeinleon Magazine, España, Archivo.e-consulta.com, México, Revista Barbante, Brasil, El Mono Gramático, Uruguay. Además, es colaboradora ocasional en revistas culturales en catorce países (Rumania, Bolivia, México, Colombia, Honduras, Argentina, El Salvador, España, Chile, Brasil, Perú, Costa Rica, USA, China, Nepal, Uzbekistán, Paquistán, Arabia Saudita). Publicó: Mi Ángel y Yo (Cuento, 2009); La Muñeca Dolly (Novela, 2010); Consideraciones sobre la vida y los cuernos (Ensayo, 2010); Patty Barrón De Flores: La Mujer Chuquisaqueña Progresista del Siglo XX (Esbozo Biográfico, 2011); Tengo Prisa Por Vivir (Novela Juvenil, 2011 y 2020); Escala de Grises – Primer Movimiento (Crónicas, 2015); Dueto (Drama, 2020); Rostros del Maltrato en Nuestra Sociedad –Violencia Contra la Mujer. (Ensayo, 2020); Universo Instantáneo (Microficción, 2020).

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