Ubú
Julio 22, 2022 / Por Ismael Ledesma Mateos
Imagen de portada: Alfonso L. Herrera.
La biografía, durante mucho tiempo, fue despreciada por muchos historiadores. Se llegó a considerar como algo anacrónico, descriptivo y sin valor en el entendimiento de la historia, una idea derivada de la visión positivista. Sin embargo, se trata de una concepción absolutamente errónea. Desde muy joven, más bien niño, me interesaron las biografías y uno de mis libros predilectos era Grandes conquistadores, con las biografías de Alejandro Magno, Julio César, Hernán Cortés y Napoleón Bonaparte, entre otros. Ya interesado en la ciencia, particularmente en la biología, me acerqué a las biografías de Lamarck y Darwin, y tiempo después a la del gran evolucionista mexicano Alfonso L. Herrera.
En la década de los ochenta conocí la Biografía del poder, de Enrique Krauze, y luego la que fue su tesis doctoral publicada con anterioridad, Caudillos culturales de la revolución mexicana, donde el autor trabaja la historia desde la perspectiva de la biografía. De hecho, el título de la serie da cuenta de la relación entre el poder y la biografía, de cómo la formación individual y la vivencia son inseparables de la acción política y de la construcción de los hechos históricos. Eso me llevó a pensar en un proyecto que he llamado “Biografía del saber”, acerca de la historia de la ciencia en México, particularmente de la biología, del cual he publicado hasta la fecha dos volúmenes: Alfonso L. Herrera: El sabio de Ciprés (2002) e Isaac Ochoterena: El hombre de la Casa del Lago (2004), estando en proceso Enrique Beltrán: El biólogo de Vértiz, que espero terminar próximamente.
Tanto la biografía como la autobiografía son determinantes para comprender la historia y, en el caso de la biología, resultan fundamentales. Uno es Desde un alto en el camino. Visión y examen retrospectivos, de José Joaquín Izquierdo (Ediciones Ciencia, 1966), y el otro Medio siglo de recuerdos de un biólogo mexicano, de Enrique Beltrán (Sociedad Mexicana de Historia Natural, 1977). En ambos se da cuenta del proceso de construcción de la ciencia en nuestro país. Y hay otros más recientes como Semblanzas. Los fundadores de la Sociedad Mexicana de Bioquímica 1957-1997, editado por Raúl N. Ondarza (Sociedad mexicana de bioquímica, 1997), o Desde el sexto piso, de José Sarukhán (Fondo de Cultura Económica, 2018).
Creo que es correcto reconocer el trabajo de Krauze en el terreno de la biografía y como historiador, aunque —como se lo he dicho personalmente— no comparto sus posturas y opiniones políticas. Pero se trata de cuestiones distintas y me parece importante su labor al respecto de la biografía. Cuando realicé mi tesis doctoral le presté mucha atención a los aspectos biográficos de los personajes en conflicto sobre los que trabajé: Alfonso L. Herrera e Isaac Ochoterena, y un texto que me fue de gran utilidad fue “Les usages de la biographie”, de Giovanni Levi (Annales, 1989).
En su obra Combates por la historia (1953), Luicien Febvre escribe algo que me remite a pensar en la biografía y que sirve de fundamento para la historia oral: “La historia… puede hacerse, debe hacerse, sin documentos escritos cuando no los hay.
”A base de todo aquello que el ingenio del hombre historiador puede utilizar para fabricar su miel, a falta de flores normales.
” Con paisajes y tejas. Con formas de campos y malas hierbas.
” Con eclipses de luna…con dictámenes de piedras…
” En una palabra, con todo aquello que es el hombre, sirve al hombre, expresa al hombre, denota la presencia del ser del hombre”.
En momentos conflictivos como los que se viven en México y muchos otros países, el uso de la biografía en el análisis histórico, sociológico y político es indispensable. Pensar en las trayectorias y formaciones de los actores políticos no debe dejarse de lado. Debiendo pensar en la biografía como algo muy distinto a la hagiografía, a esa forma abyecta de biografía lambiscona, adulatoria, base de la historia “whig” (Herbert Butterfield) o la “historia de bronce” (Luis González y González), esta es una tarea que debemos abordar.
La biografía del padre Ubú es simple: un militar que buscó hacerse arbitrariamente del poder, como ha ocurrido en muchos países en diferentes momentos de la historia, como Napoleón III en Francia o Victoriano Huerta en México. Pero el conocer sus biografías sin duda es útil para contraponerlos y derrotarlos.
¡Vamos a interrumpir aquí!
Biólogo (UNAM), Maestro en Ciencias en Bioquímica (CINVESTAV), Doctor en Ciencias (UNAM), Premio a la mejor tesis doctoral en ciencias sociales en el área de historia por la Academia Mexicana de Ciencias (1999), Postdoctorado en el Centro de Sociología de la Innovación de la Escuela Nacional Superior de Minas de París, Francia. Director fundador de la Escuela de Biología de la UAP, Presidente de la Sociedad Mexicana de Historia de la Ciencia y de la Tecnología A.C (SMHCT) (2008-2014), profesor-investigador de la FES Iztacala de la UNAM.
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