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Latour: ciencias, sociología y antropología

Latour: ciencias, sociología y antropología

Octubre 21, 2022 / Por Ismael Ledesma Mateos

La reciente muerte de Bruno Latour ha abierto diversas reflexiones acerca de su pensamiento, algunas de ellas mal enfocadas, pues en realidad poco se conocía de su pensamiento en nuestro país, como en muchos otros, inclusive en Francia, siendo incluso muy odiado por ciertos sectores académicos e intelectuales. Cuando en el año 2000 estaba en el Centre de Sociologie de l’Innovation de la École des Mines de Paris, tenía una compañera holandesa a la que le negaron una beca por el hecho de realizar su tesis bajo la dirección de Latour, y cuando se programó un debate entre él y Ian Hacking, la gente del área de filosofía del Colegio de Francia de la que Hacking es miembro sostuvo que de ninguna manera permitirían que Latour pisara el recinto.

El primer capítulo de La esperanza de Pandora abre de la siguiente manera, narrando una conversación con un tipo: “Tengo una pregunta para usted”, dijo, sacando de su bolsillo una arrugada hoja de papel en la que había garabateado unas cuantas palabras clave. Con una profunda inhalación, soltó: “¿Cree usted en la realidad?”. A lo que Latour respondió: “¡Por supuesto!”, reí. “¡Vaya una pregunta! ¿Acaso es la realidad algo en lo que debamos creer?”.

“Me había citado para un debate privado en un lugar que me pareció tan raro como la pregunta: junto al lago, cerca del chalé, en esta extraña imitación de una estación suiza en medio de montañas tropicales que es Teresópolis, en Brasil. ¿De verdad se ha vuelto la realidad algo en lo que las personas han de creer?, me pregunté. ¿Se ha convertido en la respuesta a una grave pregunta pronunciada en tono ahogado y perplejo? ¿Acaso es la realidad algo similar a Dios, el tema de una confesión a la que se llega tras largo e íntimo debate? ¿Hay alguien en este mundo que no crea en la realidad?”.

Este relato nos da cuenta del nivel de incomprensión al respecto de las ideas de Latour, lo que parte del título de su libro más famoso, La vida en el laboratorio, y sobre todo de su subtítulo, La construcción de los hechos científicos. A este respecto, recuerdo a una investigadora mexicana que fue a escuchar una conferencia de Latour en Minas y me comentó que le inquietaba pensar que los “hechos científicos” no estaban ahí, sino que se construían. Y le comenté que la construcción no significa que no existan, sino que se hacen presentes como consecuencia de un proceso complejo que describe con el ejemplo de la caracterización de la estructura de la hormona del crecimiento en un laboratorio. Esta idea de la ciencia es una de las aportaciones más importantes de Latour.

Formado inicialmente en filosofía, realizó una tesis sobre Exegesis y Ontología, nada que ver con la ciencia, pero luego en una estancia de investigación en Costa de Marfil se interesó por los métodos de la etnografía y a su regreso a Francia, decidió hacer un posdoctorado con Steve Woolgar en Edimburgo, realizando el estudio de campo en el laboratorio de Roger Guillemin en Instituto Salk, en La Jolla, California, enfocado al estudio del Factor u hormona liberadora de la Tirotropina, produciendo una obra que como se dice en su presentación: “Los estudios filosóficos o sociológicos acerca de la ciencia tienden a ser abstractos y, cuando descienden a los ejemplos concretos, usualmente recurren a la ciencia de los manuales o a las glorias consagradas por la historia”. Ese no es el caso de esta obra, donde el autor, “…quien, como un antropólogo en medio de una tribu de caníbales, observó las manipulaciones e interacciones que allí ocurrían. Con técnicas antropológicas estudió la ‘cultura’ científica desde dentro, pero con una mirada externa, a la manera como los propios científicos tratan a las hormonas o a las hormigas” … el resultado “provoca un sentimiento equívoco e inquietante al ver reducida una de nuestras instituciones más inproblemáticas y racionales, la ciencia, a un conjunto de transacciones y negociaciones sociales contingentes. Por ejemplo, se descubre que la visión que tienen los científicos de la realidad es el conjunto de afirmaciones cuya revisión se estima demasiado costosa. La imagen resultante es sin duda escéptica e irónica, pero no por ello menos real y provocadora”.

Es a partir de La vida en el laboratorio que Latour propone una visión distinta de la ciencia, donde la dimensión social y antropológica irrumpen de manera impactante. Todo lo cual aplicó en casos como el estudio de Pasteur y de Joliot. Esta es la postura que puede considerarse como la más trascendente para la ciencia. Pero como ha dicho Michel Callon, puede hablarse de dos Latour, como el eurotúnel que tiene un carril en una dirección y uno en otra, uno en el que estudió los procesos de construcción de la ciencia, que encontramos en el libro mencionado, así como en Microbes, Guerre et Paix,suivi de irrédutions, La ciencia en acción, Aramis ou l’amour des techniques,  La Esperanza de Pandora, La fabrique du droit, L’economie science des intérêts passionnésIntroduction à l’antthropologie économique de Gabriel Tarde (Con Vincent Antonin Lépinay) y Reensamblar lo Social. Una introducción a la teoría del actor-red, Lecciones de Sociología de las ciencias; y el otro con obras como Nunca fuimos modernos, Politiques de la nature. Comment faire entrer les sciences en démocratie, Las atmosferas de la política (con Pasquale Gagliardi), Investigación sobre los modos de existencia. Una antropología de los modernos, o Donde aterrizar. Como orientarse en política, en los que aborda problemáticas de antropología filosófica y aborda cuestiones referentes al medio ambiente y a la ecología política, sin que eso sea el aspecto central de su pensamiento, como se ha resaltado recientemente en varias publicaciones periodísticas, siendo temáticas de su interés, como hombre de su tiempo.

Para el Padre Ubú su reino funciona bien, sin ciencias ni preocupaciones ambientales, su único interés apasionado era el ligado a la economía, pensando en todo momento en mantenerse como el señor de las phinanzas, siendo un digno inspirador de los neoliberales contemporáneos.

 

¡Para mí es suficiente!

 

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Ismael Ledesma Mateos

Biólogo (UNAM), Maestro en Ciencias en Bioquímica (CINVESTAV), Doctor en Ciencias (UNAM), Premio a la mejor tesis doctoral en ciencias sociales en el área de historia por la Academia Mexicana de Ciencias (1999), Postdoctorado en el Centro de Sociología de la Innovación de la Escuela Nacional Superior de Minas de París, Francia. Director fundador de la Escuela de Biología de la UAP, Presidente de la Sociedad Mexicana de Historia de la Ciencia y de la Tecnología A.C (SMHCT) (2008-2014), profesor-investigador de la FES Iztacala de la UNAM.

Ismael Ledesma Mateos
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