Slim y la titulación universitaria

El hombre más rico de México, que llegó a figurar como el hombre más rico del mundo —ahora el duodécimo millonario a nivel internacional—, el que viaja en un impresionante Bentley, realizó, durante un evento organizado por él mismo, propuestas atrevidas que, a mi juicio, son desconcertantes. El ingeniero Carlos Slim Helú, con sus 77,200 millones de dólares —buena parte consecuencia de la privatización de Telmex—, ahora pretende incidir en esferas cruciales de la vida pública. En una economía mixta, como la mexicana, es importante la participación de los empresarios y sus opiniones, pero estas deben tomarse como tales, independientemente de su poder económico. Las cosas dichas por Slim hace unos días me parecen por demás inadmisibles. Sin que signifiquen el pensamiento de una derecha empresarial, van más allá de ello. Se pasó de audaz.

En una nota de Cristina Ochoa (Milenio, 02-09-2022) se dice: “Ante una educación que ha mostrado deficiencias, Carlos Slim Helú, presidente honorario de los consejos de administración de Grupo Carso y América Móvil, habló de la necesidad de realizar cambios que contemplan la escuela a distancia e incluso la eliminación de tesis como un requisito para la titulación en México. ‘La educación desgraciadamente tiene orígenes muy antiguos. Tiene muchas deficiencias; hay que cambiar radicalmente, ya se presentan casos a estudiar, investigar, discutir, son cambios positivos, pero deberían ser más rápidos y de fondo’, aseguró en el marco de la vigésima edición de México Siglo XXI

”El empresario aseguró que a pesar de que la pandemia de covid-19 ayudó a impulsar los procesos de conectividad, la posibilidad para millones de personas para tener educación esencial por esta vía sigue estando muy atrás. ‘Hay ese conflicto que no es claro, la UNAM tiene 350 mil estudiantes, es muy difícil que pueda recibir a millones, pero se debería de hacer pronto; tener ya y creo que con la pandemia lo tuvieron, las clases en línea. Permitir que los alumnos que no tiene cabida en la UNAM puedan estudiar en línea y que los examine y, ya con conocimientos a muchos de ellos que no tuvieron la posibilidad, se les dé entrada’, indicó. Slim Helú habló también de la posibilidad de eliminar el requisito de tesis como un protocolo de titulación de las carreras en el país, con el fin de que los estudiantes se incorporen al sector laboral de manera inmediata. ‘En Estados Unidos estudian una carrera y acaban. Acá tiene que hacer tesis y examen profesional, ya si pasó las materias deberían recibir su título. Que se hagan en maestría o doctorado; o que si haces tesis o que lo hagas durante los cuatro o cinco años que estudies’, expuso. Indicó además que los apoyos a la educación deben ir más allá de las becas que contemplen las actividades institucionales; un precepto que dijo ha procurado incorporar en Fundación Carlos Slim. ‘No sólo basta que sea gratuita. El transporte es caro o no comen bien, llegan sin comer. Lo mejor que se puede hacer es que no solo tenga gratis el estudio, sino que hayan otros medios ahora que lo sea una carga para las familias que no tienen capacidad de apoyarlo’, finalizó”.

Ese pragmatismo ramplón es inadmisible. Yo siempre he sostenido que la tesis es lo más importante en la formación profesional, y que su defensa, que es el examen, es un componente fundamental. Es la confrontación de todo el conocimiento aprendido con la realidad, algo imprescindible para pasar a la realización de un posgrado. La tesis de licenciatura es un acontecimiento, el primero que te hace entrar a tu disciplina, tal vez en carreras técnicas podría omitirse, pero de ninguna manera en carreras científicas o humanísticas. De hecho, en la UNAM, en la carrera de Médico Cirujano no se realiza tesis desde hace muchos años, debido a la gran cantidad de egresados, y su titulación es por un examen de opción múltiple, pero eso deja mucho que desear.

La idea de que la terminación de una carrera para la incorporación al mercado laboral es un prejuicio ideológico clasemediero, que no tiene que ver con un espíritu de formación académica, es pensar de acuerdo con la ideología neoliberal en “el mercado”, esa entelequia sacrosanta, que para ellos debería regir nuestras vidas. Me sorprende que alguien que ha apoyado a la educación con becas o salas de cómputo en la UNAM —de la cual egresó— haga un planteamiento tan aberrante, como también los son sus otras propuestas, como reducir la jornada laboral a 3 días, aumentando el tiempo de trabajo a 12 horas diarias y llevando la jubilación a los 75 años. Resultó muy innovador el ingeniero.

En el Reino del Padre Ubú no existían tesis ni exámenes profesionales, y tampoco jubilaciones, por lo que el ingeniero Slim no hubiera sido su consejero, ni hubiera desplazado a Bordura, con su eficaz pragmatismo, que sin embargo se asemeja a los absurdos que he comentado.

¡Para mí es suficiente!

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