Desde el Sur
Junio 10, 2022 / Por Márcia Batista Ramos
La palabra portuguesa “quilombo”, de origen africano de la lengua quimbundu, pasó a designar en Brasil los emplazamientos donde vivían los esclavos fugitivos (cimarrones), que habían escapado de las plantaciones y minas controladas por esclavistas portugueses. Allí los esclavos fugados empezaron a formar pequeñas comunidades autogobernadas y autónomas, dedicadas a la agricultura. Agrupados y bajo la organización de un líder, podían enfrentarse con armas a los milicianos y mercenarios bandeirantes, contratados por los propietarios de tierras, y hasta a las fuerzas realistas. En el caso de Palmares, el quilombo estaba compuesto por varias aldeas, algunas separadas por kilómetros de distancia. No se trataba entonces de una gran aldea superpoblada, sino de varios asentamientos próximos, con producción agropecuaria y artesanal.
El Quilombo dos Palmares fue una nación de cimarrones ubicado en Brasil que existió entre 1580 y 1710. Organizado por esclavos negros fugitivos y sus descendientes, nacidos libres, aunque en Palmares, también existió mestizaje con indígenas y minorías blancas que eran antiesclavistas. Existen hasta los actuales días los remanentes de quilombos. El gobierno brasileño creó la Fundação Cultural Palmares para protección territorial y cultural del descendiente quilombola (cimarrón).
El Quilombo dos Palmares estuvo situado en el norte del estado de Alagoas, en territorios del actual municipio de União dos Palmares. Fue el mayor de los quilombos que existieron en Brasil durante la colonización portuguesa. Ya en sus últimos tiempos fue liderado por el esclavo fugitivo Ganga Zumba y después por su sobrino, nacido libre, el cual fue conocido como Zumbi dos Palmares. Hoy, Zumbi es considerado en Brasil, el más grande líder de la lucha por la libertad y es recordado como símbolo de resistencia.
Los holandeses invadieron el Nordeste brasileño, atacando Pernambuco entre 1630 y 1654. Con la invasión, muchos esclavos aprovecharon para huir, mientras otros recibieron la promesa de liberación de las autoridades portuguesas en caso de luchar contra los invasores holandeses. Eso provocó el crecimiento demográfico del Quilombo dos Palmares, llegando a tener una población aproximada de 30.000 habitantes entre negros, mestizos, algunos indios de confianza e incluso unos pocos blancos perseguidos por la autoridad colonial —población considerable para la época—, ocupando un área de casi 600,000 kilómetros cuadrados. Se llamaba Palmares debido a que se encontraba en un área cubierto de palmas licuri (Syagrus coronata (Mart.) Becc.) una palmera endémica de la caatinga brasileña.
Aunque se carece, por la falta de registros, de muchos detalles sobre la organización interna de los quilombolas (habitantes del quilombo en el idioma portugués, cimarrones en español), se sabe que estos establecieron su comunidad según los modos y costumbres africanos. Así, el Quilombo de los Palmares estaba constituido por varias poblaciones llamadas mocambos, gobernadas cada una por un conjunto de jefes, quienes a su vez elegían un líder para toda la colectividad del quilombo. Esos jefes tenían privilegios, como tierras y sirvientes (esclavos).
Como la esclavitud era una práctica común en algunos lugares de África, la tierra de los hombres libres, el Quilombo de los Palmares, NO era una sociedad igualitaria. Contradictoriamente con su ideal de fundación, mantenían una división en estratos sociales que privilegiaba con tierras y esclavos a quienes hubieran sido nobles o guerreros antes de ser esclavos. Incluso, muchos de los esclavos robados en las haciendas portuguesas no eran liberados por los quilombolas, sino mantenidos en la esclavitud al servicio de la élite del quilombo. Hay que recordar que los traficantes negreros portugueses obtenían esclavos en la costa oriental de África gracias a que jefes locales hacían prisioneros en combates a otras tribus o clanes y vendían dichos prisioneros a los portugueses.
Es menester hacer hincapié en el hecho de que los historiadores brasileños y los estudiosos de la temática, para mantener vivo el mito del territorio de libertad, utilizan la palabra sirvientes en los textos para referirse a los esclavos de la élite quilombola. Haciendo que los prietos esclavistas sean menos esclavistas que los blancos esclavistas, al tiempo que construyen un mito de libertad sobre una base fraudulenta, pues si dentro del quilombo las elites tenían derecho a servidumbre esclava, entonces Palmares NO era territorio libre de esclavitud.
Después de la expulsión definitiva de los holandeses en 1654, los portugueses trajeron nuevos esclavos a Brasil para trabajar en las plantaciones de caña de azúcar. Estos, cuando huían, se refugiaban en el Quilombo dos Palmares, que tuvo un gran crecimiento demográfico y, por consiguiente, el nacimiento de hombres libres en el territorio fundado por esclavos prófugos.
Sin embargo, como el hombre es lobo del propio hombre, los habitantes del quilombo practicaban incursiones en las haciendas cercanas para liberar esclavos de ambos sexos que luego se refugiaban en Palmares, también para robar armas que serían utilizadas en la defensa de los quilombos y para conseguir esclavos para su propio uso, comprobando con eso, que NO era un territorio libre de esclavitud dentro del Brasil.
“(…) Asimismo se sabe que la comunidad del Quilombo de Palmares no era igualitaria, manteniéndose una división en estratos sociales que privilegiaba con tierras y sirvientes a quienes hubieran sido nobles o guerreros antes de ser esclavos. Inclusive muchos de los esclavos robados en las haciendas portuguesas no eran liberados por los quilombolas, sino mantenidos en la esclavitud al servicio de la élite del quilombo, lo cual era explicable en tanto la práctica de la esclavitud era una costumbre muy común en todas las culturas africanas de donde provenían los quilombolas”.[i]
Tales incursiones llevaron a los hacendados portugueses a solicitar auxilio de las tropas imperiales portuguesas para enfrentarse a los quilombolas, que muchas veces tuvieron éxito ante los ataques contra los portugueses, gracias a su organización de lucha basada en guerrillas y en un amplio conocimiento de la escabrosa geografía del lugar, además de contar con algunas armas robadas en las haciendas.
Dentro del Quilombo, las aldeas o mocambos eran verdaderas fortificaciones, con potentes muros de madera custodiados por centinelas. Los poblados estaban constituidos por choupanas (cabañas) que albergaban a la población. El principal de los mocambos era Macaco, donde residía Ganga Zumba en una especie de palacio, con sus tres esposas y numerosos esclavos, guardias y administradores, al igual que un monarca africano. Además Macaco era la capital del Quilombo dos Palmares. Otros importantes mocambos eran: Amaro, Sucupira, Tabocas, Zumbi, Osenga, Acotirene, Danbrapanga, Sabalangá, Andalaquituche.
En 1676, el capitán portugués Fernão Carrillho lanzó una gran ofensiva contra Palmares con cerca de 500 soldados, matando a unos doscientos quilombolas y capturando a dos hijos de Ganga Zumba, pero fracasó en su empeño de tomar el mocambo de Macaco. El poblado, para ese entonces, contaba con aproximadamente 11,000 quilombolas. En 1677, ante decenas de fracasos de las nuevas expediciones portuguesas, Carrilho y el gobernador de Pernambuco ofrecieron un tratado de paz a los quilombolas, reconociendo la libertad de los nacidos en el quilombo y dándoles la posesión de tierras en el valle de Cucaú (en la actual localidad pernambucana de Sirinhaém), siempre que aceptaran la autoridad del gobernador portugués.
La oferta provocó una gran división en el seno del quilombo, pues algunos quilombolas, liderados por Zumbi dos Palmares, rechazaron el ofrecimiento en tanto desconfiaban de someterse a la autoridad de los portugueses, además de advertir que ello implicaba renunciar a las costumbres practicadas durante décadas en el quilombo. No obstante, Ganga Zumba aceptó la oferta de los portugueses para poner fin a los permanentes enfrentamientos y recuperar a sus hijos hechos prisioneros. Entonces se dirigió a Cucaú con numerosos seguidores, que se establecieron allí a mediados de 1678 viviendo en libertad. Esa división culminó con el envenenamiento de Ganga Zumba en 1680 por un partidario de Zumbi, y la toma del poder en Cucaú por su hermano Ganga Zona, aliado de los portugueses.
Poco después de la muerte de Ganga Zumba la mayoría de los quilombolas volvieron a Palmares, aceptando el liderazgo de Zumbi, en reconocimiento de su valor personal y combatividad. Hasta los días actuales, Zumbi es visto como un gran prócer por la libertad por los historiadores brasileños, que se empecinan en obviar la estructura esclavista que existía dentro del Quilombo y que normalmente mencionan sirvientes en lugar de utilizar la palabra esclavos, que comprueba que los intereses de los quilombolas no eran meramente libertarios.
Cabe mencionar que con el tiempo comenzó a desarrollarse un comercio más amplio entre quilombolas y colonos portugueses, ya que los últimos, dedicados a la producción exclusiva de caña de azúcar, necesitaban aprovisionarse de alimentos producidos en Palmares, de tal forma que estos últimos llegaron a arrendar tierras para plantar y cambiar alimentos por municiones y armas con los quilombolas. El excedente de la producción agrícola, además de ser comercializado, probando que no había aislamiento del quilombo, era almacenado para evitar la escasez y el hambre
A Zumbi se le atribuye una gran inteligencia y habilidad para guiar a su pueblo, tanto en el frente de batalla como en la administración del quilombo, pero su ruptura del acuerdo de Ganga Zumba con los portugueses y su negativa a recibir mensajes de estos, causó que los portugueses cambiaran su táctica y dedicaran sus esfuerzos a la destrucción total del quilombo.
Después de varios ataques relativamente poco fructíferos contra el Quilombo de los Palmares, el gobernador de la Capitanía de Pernambuco, Caetano de Melo e Castro, contrató en 1693 al experimentado bandeirante paulista Domingos Jorge Velho y a su capitán Bernardo Vieira de Melo, para terminar de golpe la amenaza de los esclavos fugitivos en la región, destruyendo el quilombo. Incluso un veterano soldado, como Domingos Jorge Velho, tuvo grandes dificultades iniciales para vencer las tácticas de los quilombolas, más elaboradas que la de los indios contra los cuales habían luchado los bandeirantes hasta entonces. También encontró problemas por la poca receptividad de los colonos y hacendados de la región, que sufrieron algunas veces el saqueo a manos de las tropas de bandeirantes.
“Preocupaba a los colonos que la masa esclava pudiese ser un refugio seguro como también la vanguardia capaz de capitanear una sublevación general. En los hechos, Palmares constituía una alternativa libertaria a la organización social esclavista brasileña, no obstante que había niveles de productividad inferiores a ella. Decio Freitas, fue el que mejor estudió a los quilombos de Palmares (Palmares: a guerra dos escravos. Porto Alegre, mercado Alberto 1988), historió esos hechos y registró más de cuarenta expediciones contra el Estado Negro, hasta los últimos combates en 1694. La saña contra Mario Maestri: Palmares: una comuna negra del Brasil esclavista, Historia, en los palmares registraba la incapacidad de los esclavistas de coexistir con una organización de productores libres y la cohesión interna de la formación palmarina”.[ii]
En enero de 1694 empezó la campaña portuguesa final contra Palmares, con una tropa formada por milicias bandeirantes mucho más experimentadas que las anteriores, además que el contacto comercial de Palmares con los establecimientos portugueses hacía cada vez más fácil conocer detalles sobre la organización y defensas del quilombo. Tras una rápida marcha, las tropas bandeirantes atacaron directamente el mocambo de Macaco, la capital del quilombo, y tras destruir toda resistencia de los quilombolas los bandeirantes entraron en Macaco el 6 de febrero de 1694, destruyendo la localidad, matando o esclavizando a los quilombolas que pudieron hallar.
Pese al desastre, Zumbi dos Palmares logró huir de Macaco y dirigió la resistencia desde los otros poblados, los cuales fueron destruidos paulatinamente por los portugueses a lo largo del año 1694. En 1695 Zumbi se vio obligado a limitar sus tácticas a la simple lucha de guerrillas en torno a algunas pequeñas comunidades, pero fue traicionado por uno de sus antiguos compañeros y murió emboscado por tropas portuguesas el 20 de noviembre de 1695. Zumbi fue decapitado y su cabeza expuesta como un trofeo en Recife, capital de Pernambuco.
La resistencia de los quilombolas de Palmares continuó después durante algunos años, con pequeños focos de guerrilla, pero sin alcanzar de nuevo el nivel de organización y poderío que poseía en 1694, siendo que el territorio de los quilombolas sobrevivientes se limitaba a zonas muy apartadas. En 1710, los últimos asentamientos de ex esclavos fueron tomados y destruidos completamente por tropas de colonos portugueses.
Conclusión
Los quilombos son muy idealizados por los historiadores brasileños, que los visualizan como oasis de libertad en un país esclavista. O como en el caso del Quilombo dos Palmares, que dicen que fue un territorio libre de esclavitud ubicado en Brasil, pasando por alto el hecho de que dentro del quilombo la sociedad era estratificada. No todos los seres humanos que lo habitaban eran libres. Ese hecho derrumba la tesis utópica de territorio libre de esclavitud. Independientemente de las costumbres ancestrales en África, al conformar los quilombos en Brasil y mantener a algunas personas cautivas para cumplir roles de servidumbre, los quilombos muestran su cara hipócrita, ya que el derecho a la libertad es una regla que debe, en cualquier época, ser para TODOS, sin excepción.
Cuando un quilombola tiene un esclavo, el derecho universal a la libertad se torna una farsa. Y todos los estudios que mencionan los quilombos como símbolo de libertad dejan de ser serios y científicos, volviéndose una comedia que intenta construir un imaginario patético sobre los esclavos forajidos en Brasil.
Entendiendo que la libertad es un derecho inherente al ser humano, yo repudio todo tipo de esclavitud moderna o antigua. Por lo tanto, sin desconocer la importancia histórica de los Quilombos que fueron percusores de los movimientos libertarios esclavistas y repudiando los 350 años de esclavitud en Brasil, considero que el Quilombo dos Palmares, por replicar la esclavitud en ciertos estratos sociales, se resume a una alegoría brasileña más, ya que era un territorio de ex-esclavos que tenían sus propios esclavos, haciendo que el mito de territorio libre de esclavitud caiga en saco roto.
Bibliografía
CARNEIRO, Edson. O quilombo dos Palmares. São Paulo: Nacional, 1958.
FREITAS, Décio. Palmares. A guerra dos escravos. Porto Alegre: Movimento, 1973.
MATTOSO, Kátia de Queirós. Ser escravo no Brasil. São Paulo: Brasiliense, 1982.
https://es.wikipedia.org/wiki/Palmares_(quilombo)
[i] PAREDES ZALAMEA, Karen Adriana: https://www.academia.edu/15122762/ZUMBI_EL_QUILOMBO_DOS_PALMARES
[ii] Razón y Revolución nro. 2, primavera de 1996, reedición electrónica.
Nació en Brasil, en el Estado de Rio Grande do Sul, en mayo de 1964. Es licenciada en Filosofía por la Universidade Federal de Santa María (UFSM)- RS, Brasil. Radica en Bolivia, en la ciudad de Oruro. Es gestora cultural, escritora y crítica literaria. Editora en Conexión Norte Sur Magazzín Internacional, España. Columnista en la Revista Inmediaciones, La Paz, Bolivia y columnista del Periódico Binacional Exilio, Puebla, México, Mandeinleon Magazine, España, Archivo.e-consulta.com, México, Revista Barbante, Brasil, El Mono Gramático, Uruguay. Además, es colaboradora ocasional en revistas culturales en catorce países (Rumania, Bolivia, México, Colombia, Honduras, Argentina, El Salvador, España, Chile, Brasil, Perú, Costa Rica, USA, China, Nepal, Uzbekistán, Paquistán, Arabia Saudita). Publicó: Mi Ángel y Yo (Cuento, 2009); La Muñeca Dolly (Novela, 2010); Consideraciones sobre la vida y los cuernos (Ensayo, 2010); Patty Barrón De Flores: La Mujer Chuquisaqueña Progresista del Siglo XX (Esbozo Biográfico, 2011); Tengo Prisa Por Vivir (Novela Juvenil, 2011 y 2020); Escala de Grises – Primer Movimiento (Crónicas, 2015); Dueto (Drama, 2020); Rostros del Maltrato en Nuestra Sociedad –Violencia Contra la Mujer. (Ensayo, 2020); Universo Instantáneo (Microficción, 2020).
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