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Bienvenido, Año Nuevo 2021: No nos rendiremos jamás. ¡Aquí estamos!

Bienvenido, Año Nuevo 2021: No nos rendiremos jamás. ¡Aquí estamos!

Diciembre 30, 2020 / Por Maritza Flores Hernández

Estamos viviendo los últimos días del 2020. Lo hacemos con entusiasmo y con aspiraciones bastante distintas de aquellas con las que lo iniciamos. Por cierto, ¿ya realizó el recuento de los hechos?, ¿cuánto espacio ocupa lo inesperado?, ¿qué nos faltó?, ¿ha contabilizado lo que aprendió? Lo más interesante, ¿cuáles son sus votos para el 2021?
Un montón de preguntas atiborran nuestros cerebros. ¡Pero que “no panda el cúnico”!, diría el Chapulín Colorado. Realmente ni son tantas ni son todas. Lo que sí es seguro es que estamos aquí, vivos, con relativa buena salud y sobre todo con una convicción: “no nos rendiremos jamás”.

Esta frase, que suena bastante épica, es de Winston Leonard Spencer Churchill, mejor conocido como Winston Churchill, quien, en su carácter de Primer Ministro del Reino Unido, lideraba a un pueblo que por momentos se sentía vencido por la Alemania nazi.

Y no era para menos: Hitler y su armada se habían apoderado de una buena parte de Europa, desde Polonia hasta Francia. Marchaban con un objetivo: adueñarse de todo el continente y de la isla (Inglaterra), y someter a todos los habitantes.
Para colmo de males, el Imperio Británico, con la intención de frenar la avanzada de los injustos invasores, había posicionado a 200 000 hombres en Sedán (Ardenas), Este de Francia, donde quedaron atrapados entre el mar y el ejército nazi, sin que aparentemente nada ni nadie los pudiera socorrer.

Al mismo tiempo, los británicos perdían aviones y barcos de guerra en las distintas batallas que enfrentaban en solitario.
En esas circunstancias, sin más ayuda que su propio ingenio y habiendo comprendido lo que verdaderamente quería la población, Winston Churchill, en mayo de 1940, pronuncia el histórico discurso en el que, entre otras cosas, prometió:

“… Llegaremos hasta el final. Combatiremos en Francia, combatiremos en los mares y los océanos, combatiremos cada vez con mayor confianza y fuerza en el aire. Defenderemos nuestra isla a cualquier precio. Combatiremos en las playas, en los lugares de desembarco, en los campos y en las calles. Combatiremos en las montañas. ¡No nos rendiremos jamás!..”

Estas palabras, que forman parte de un auténtico ensayo, escritas y proclamadas por el político, militar, literato y estadista Winston Churchill, inspiraron a su pueblo, pero también al resto de Europa, pues tenían un “enemigo común”.
El acontecimiento histórico conocido como Segunda Guerra Mundial logró conjuntar a todas las personas y a los jefes de Estado en una contienda sin igual. Por mucho tiempo, las generaciones subsecuentes pensaron que algo semejante no volvería a ocurrir.

En junio de 1940, Churchill consigue ejecutar la Operación Dínamo en las famosas playas de Dunkerque, Francia, obteniendo uno de los triunfos más importantes de esa gran guerra: evacuar a más de 250 000 soldados británicos, franceses y belgas en menos de 48 horas.

A propósito, hay muchas películas actuales dedicadas a esta batalla. Si quiere entretenerse y comprender esas 48 horas, le recomiendo Las horas más oscuras, (Darkest Hour), del realizador Jon Wright, con un excelente guion de Anthony McCarten, música de Dario Marianelli y la magnífica interpretación de Gary Oldman en el papel de Winston Churchill.
Sobre la vida y obra de los soldados que, desde distintos frentes, se aliaron contra el temible enemigo, puede disfrutar de Dunkerque, Producción británico-estadounidense bajo la brillante dirección de Christhopher Nolan, con fotografía, montaje, sonido y edición de sonido excelentes.

Volviendo a lo nuestro, el éxito de esta Operación se debió, en gran parte, a la fe que las naciones tenían en que superarían este escollo, y a que se unieron con los británicos, tanto franceses como belgas, quienes lucharon en otros frentes distrayendo al adversario.

Y todo esto porque reflexionamos respecto a nuestros propios combates.

Así como en 1939 nadie podía imaginar que acaecería una guerra de proporciones apocalípticas, del mismo modo nadie pudo suponer que los pequeños indicios emergidos en Wuhan, China, en diciembre de 2019, serían la señal de la pandemia que transformaría la vida del planeta entero.

La legendaria frase del también Premio Nobel en Literatura, Winston Churchill, “no nos rendiremos jamás”, cobró nuevos significados en mayo y abril de 2020.

Personajes como Thedros Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno del Reino de España, la habrían de parafrasear.

Ghebreyesus, al clausurar la 73 Asamblea Mundial de la Salud, aceptó que debido al nuevo coronavirus (COVID-19) se habían perdido muchas vidas e, igualmente, el estilo de vida acostumbrado, que sobrevendrían etapas más duras; sin embargo, añadió:

“Hay una cosa que no haremos: nunca, nunca nos rendiremos”.

Por su parte, Pedro Sánchez, en marzo de este 2020, al hablar del COVID-19 declaró:

“…Aunque nos abrumen las cifras de contagio, resistiremos. Aunque nos preocupe el impacto económico, que nos preocupa y ocupa, resistiremos. Aunque nos cueste mantener la moral en pie, unidos resistiremos los golpes de la pandemia. Jamás nos rendiremos, y venceremos…”

Estas oraciones, articuladas por estadistas y líderes mundiales, hacen eco en los corazones y pensamientos de los individuos ordinarios, de los que somos “gente de a pie”, porque intuitivamente procuramos cumplir con las medidas sanitarias, intentamos convencer a otros de que hagan lo mismo y creemos firmemente en que la raza humana se sobrepondrá a esta pandemia.
El día de Navidad, muy temprano, una joven cajera de un supermercado de mi ciudad, protegiendo su rostro con cubrebocas y una careta transparente, con mucha alegría, levantando los dedos pulgares de ambas manos, al despedirme, me dijo:

“…¡Feliz Navidad!.. ¡Seguimos en el combate!...”

Le correspondí con el mismo júbilo y certeza, levantando el dedo pulgar de la mano que tenía libre.
Esa actitud me llenó de esperanza: tenemos que trabajar o salir de compras; tenemos que cuidar y cuidarnos; y no importa que no seamos estadistas ni premios Nobel de nada; ni siquiera que nunca hayamos oído hablar de Churchill, de la OMS ni del señor Sánchez; de cualquier forma, en nosotros reverbera:

… No nos rendiremos jamás…

Avancemos hacia el nuevo año 2021 con paso firme, más unidos que nunca y haciendo un frente común contra la pandemia. Encaremos los imprevistos (Usted también). Hagamos acopio de todos nuestros nuevos conocimientos y habilidades, de los flamantes lazos de amistad que hemos ganado, y de los familiares y amigos que nos recuperaron.

¡Bienvenido, año nuevo 2021!

¡Aquí estamos!

Maritza Flores Hernández

Cuentista, ensayista y también abogada. Egresada de Casa Lamm, donde hizo la Maestría en Literatura y Creación Literaria. Considera el arte, la ciencia y la cultura como un todo. Publica dos columnas literarias cada semana, en distintos diarios. Su obra ha formado parte de la antología de cuentos “Cuarentena 2020”.

Maritza Flores Hernández
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