Calaverita a la Franja

Andaba la pobre Franja

cansada y resignada

rumbo a Veracruz,

ya que por la mala saña del Tío Richie

las malas lenguas dijeron que sería su nuevo hogar.

Con andar pausado continuaba

Cuando, a unos metros de la playa,

con shorts, playera y sombrero, se le pareció la muerte sorprendida.

Tal fue su sobresalto que por nada tira su caguama y volován

—¿Mi pueblita, qué te trae por estos lares? —preguntó la flaca sin chistar.

—Pues ya ves, mi calaca, dicen que me tengo que venir pa’cá.

—Ay, mi franja querida, ¿no ves que el futbol de aquí

está más muerto que la selección? Si lo sabré yo.

—Pero ya lo confirmó el Failtelson.

—A ese no le hagas caso. ¿No ves que ya vendió su alma?

Mira que pasarse a Telerrisa, eso no lo haría ni él mismo Lucifer.

—Entonces, ¿no me tengo que cambiar?

—Claro que no, mi Pueblita. A ti todavía no te toca.

Eso sí, vas a sufrir un montón

y te va a ir de los mil diablos, pero todavía no es tu turno,

así que vente a playita que nos tomamos otra caguamita.

Y así la franja y la flaca miraron el atardecer en jarochilandia,

acompañadas de un buen caldo de tiburón rojo,

animal extinto para la FemexFut.