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Con destino a Florida, la Síntesis y George Ledyard Stebbins

Con destino a Florida, la Síntesis y George Ledyard Stebbins

Diciembre 10, 2021 / Por Alejandro Hernández Daniel

Portada: Vassiliki Betty Smocovitis en el Museo Marie Curie en Varsovia, Polonia. Todas las fotografías de este texto son cortesía de la entrevistada

 

 

 

Una entrevista con Vassiliki Betty Smocovitis. Parte 2

 

La doctora Vassiliki Betty Smocovitis[1] es profesora de Historia de la Ciencia en los departamentos de Biología e Historia en la Universidad de Florida, Estados Unidos. Obtuvo un doctorado en Ecología y Biología Evolutiva en la Universidad de Cornell, en Nueva York (para una lectura más detallada de la trayectoria profesional sobre la Dra. Smocovitis, léase la primera entrega de esta entrevista: CTS, “Un largo viaje, el surgimiento de un interés y tres mentores”).

En 1992 publicó el artículo “Unifying Biology: the Evolutionary Synthesis and Evolutionary Biology”[2] —que es una lectura de referencia en la formación de cualquier biólogo—, trabajo que extendió posteriormente en su libro del mismo título publicado en 1996.[3] Ha publicado artículos y reseñas en prestigiadas revistas especializadas e impartido diversas conferencias en diferentes países y universidades alrededor del mundo

Actualmente se encuentra completando el proyecto de un libro en extenso sobre la biografía de George Ledyard Stebbins, personaje clave de la Síntesis Evolutiva[4] y especialista en Botánica, así como la historia del centenario de la Sociedad Botánica de América.

—¿Por qué elegiste la Universidad de Florida para continuar tu carrera profesional?

—Era el único trabajo disponible mientras escribía mi disertación. Envié mi solicitud y me sorprendí cuando me llamaron para una entrevista y recibí una oferta unos pocos días después. Fue un encaje perfecto. Fui contratada para el departamento de Historia, que en aquel tiempo tenía 50 profesores y solamente dos eran mujeres. Me uní en 1988, a la par que otra profesora que escribía sobre historia del feminismo, pero ella era más experimentada que yo.

Confieso, que fue bastante extraño para mí encontrarme en un Departamento de Historia tan grande, pero aprendí mucho de parte de mis colegas, sobre todo en lo concerniente a métodos e historiografía. La universidad en sí misma era un centro de excelencia en Biología Evolutiva, Botánica e Historia Natural. De hecho, nosotros probablemente tenemos la oferta más amplia en Biología de cualquier parte: hay un gran colegio de agricultura, una enorme escuela de medicina, tenemos el Museo de Historia Natural de Florida que es una institución de clase mundial, además del Departamento de Biología donde, en la actualidad, tengo un nombramiento compartido en Historia y un nombramiento de cortesía en Estudios sobre la Mujer.

En 2002, trabajé en un diseño único que, pienso, esboza las verdaderas fortalezas de la Universidad de Florida y me permitió renovar mi carrera profesional al tener la oportunidad de trabajar con diferentes personas y de enseñar en diferentes cursos. Desarrollé un plan que comunicaba los departamentos de Historia y Biología, así que estuve muy feliz con ello.[5] De manera incidental, mi posición me permitió enseñar varios cursos como “Historia y Evolución de las Enfermedades Infecciosas”, un curso híbrido entre Biología e Historia, la cual he enseñado desde 1996, cuando comprendí que Medicina y Enfermedad serían parte de la próxima Síntesis Evolutiva. Como puedes adivinar, antiguos estudiantes míos comenzaron a escribirme después del brote de Covid en 2020. Ha sido un curso muy popular, pero ahora aún más.[6] Así que en general, la Universidad de Florida me ha permitido explotar los intersticios y forjar un espacio propio que me permite hacer toda clase de cosas que no imaginé pudiera hacer en otras instituciones.

(Fotografía de Vassiliki Betty Smocovitis con estudiantes destacados en una clase sobre Leonardo Da Vinci en el otoño de 2018, “Ellos me enseñaron a enseñar”).

 

—¿Cómo es que surgió tu decisión de investigar acerca de la Síntesis Evolutiva?

—Tomé el primer curso sobre el tema que enseñaba William Provine en Cornell, Nueva York, en la primavera de 1982. Su colección, coeditada con Ernst Mayr, acababa de ser publicada y Will impartía un seminario acerca de eso.[7] Yo simplemente quedé fascinada con el tema; parecía que reunía muchos de mis intereses, y Provine enseñó la Síntesis como si hubiera una clase de enorme misterio en el campo. Él nunca indicó que aquello tuviera alguna narrativa unificada sobre la que todos estuvieran de acuerdo y después Ernst Mayr vino a Cornell a dar las Lecturas Messenger en 1985,[8] y quedé prendada.

Parecía que la completitud de la Biología estuviera construida alrededor de la Evolución y la Síntesis indicaba tener un papel central en ello. Provine y Mayr, junto con aquel libro que escribieron, moldearon mis intereses que iniciaron desde la preparatoria con el popular texto de la serie del Biological Science Curriculum Study que ubicaron a la Evolución en el centro de la Biología, y de ahí en el centro de la existencia humana, de hecho, de la existencia cósmica. Supongo que Mayr y Provine motivaron un interés que yo ya tenía, tal vez más en la línea de aquellas grandes preocupaciones existenciales. Reitero, la “Síntesis” me fue presentada como un pizarrón en blanco en el cual se requería trabajar.

En aquel momento de mi estancia en Cornell, me encontraba estudiando Paleobotánica y Biología Evolutiva Vegetal, y a principios de 1980 fue vista como una convulsión pensar sobre Paleobiología y la “Síntesis”. Todo el mundo parecía estar discutiendo la “Síntesis” en las áreas que yo misma tenía por interés. En el verano de 1982 también participé en un taller de la National Endowment for Humanities, en Cornell, organizado por Marjorie Grene y Richard Burian, que incluyó a grandes como Stephen Jay Gould y Niles Eldredge, pero yo solamente era una estudiante muy tranquila que seguía la discusión sin tener verdaderamente alguna opinión de peso, pero un tiempo después de aquel acontecimiento comprendí que mis verdaderos intereses tenían más que ver con la teoría detrás de aquellas disciplinas y eso me condujo de manera directa hacia la Historia y la Filosofía de la Ciencia. Aquel encuentro, de paso, fue el precursor de lo que se convirtió después en la International Society of History Philosophy and Social Studies of Biology (ISHPSSB).

Fue una transición bastante fácil de realizar, pero a condición de que solo el programa en Cornell lo permitía. Finalmente, pienso que tenía razón en considerar que la Síntesis era la clave para comprender la moderna Biología Evolutiva, aunados a intereses propios que tenía en astronomía, cosmología, antropología y cultura. Todo ello ha estado presente en mi trabajo desde entonces. A partir de ese momento, he continuado trabajando en cierta capacidad, a lo largo de mi adultez, en la Síntesis. Nunca me aburro de ello.

(Fotografía de Vassiliki Betty Smocovitis con Ernst Mayr en St. Agustine, ciudad al noreste Florida).

 

—¿Cómo comenzó tu interés sobre la vida de George Ledyard Stebbins?

—Es una buena pregunta. La respuesta es que el proyecto me eligió. Mi intención era trabajar en Paleobiología. De hecho, mi artículo para la clase de William Provine fue sobre el origen de aquella disciplina y en ese trabajo argumenté que el punto débil al principio de la década de los ochenta se debía a su constitución. Estaba al tanto sobre la relación de la nueva revista llamada Paleobiology con esta nueva disciplina y el gran debate sobre macroevolución y equilibrio puntuado. De hecho, publiqué mi primer artículo científico en aquella revista.[9]

Pero lo que ocurrió es que Will Provine expresó que yo tenía una excelente y extensa formación en Biología Vegetal, así como en Botánica. Él, insistió en decir esto una y otra vez para que estudiara e investigara sobre la relación de la Botánica con la Síntesis. Fue entonces cuando Ernst Mayr vino a Cornell a las Lecturas Messenger y, tras compartir una memorable comida en la granja de Will, Mayr se dirigió hacia mí y me dijo: “debes trabajar sobre la Botánica y la Síntesis”. Así que antes de saberlo, ya me encontraba trabajando sobre el tema. Era el proyecto de Will, no el mío.

La manera en que el proyecto entero fue enmarcado al inicio fue, por así decirlo, “Mayriano”, es decir, orientado totalmente desde la zoología como si se diera por hecho la existencia de una disciplina bien definida llamada Botánica. Solo un zoólogo podía decir eso, porque la Botánica era un concepto anticuado para referirse a una configuración heterogénea de prácticas que para aquel entonces estaban más vinculadas al trabajo de genética en plantas. Y sabemos qué tan importantes han sido las plantas para la disciplina de la genética, ¿cierto? Así que, por alrededor de un año o tal vez un poco más, realmente luché con el proyecto porque estaba enmarcado de esta manera problemática. Quiero decir, realmente batallé. Simplemente no pude encontrar algún tipo de hilo conductor en torno al cual organizar mi trabajo, así que me mantuve leyendo y leyendo.

Me dirigí a la famosa biblioteca Mann, en Cornell, que se encuentra llena de las mejores colecciones de Agricultura y Horticultura desde finales del siglo XIX y comencé a leer todo bajo las subsecciones QK, es decir, todos los libros relacionados a la Botánica, cada uno de ellos que pude encontrar. Así que leí todo lo que pude encontrar sobre la Historia de la Botánica y disciplinas relacionadas, y luego leí todo sobre Evolución de la subsección QH que versa sobre Historia Natural y Biología. Tenía allí, en Mann, un cubículo lleno de libros. Después me dirigiría a otro cubículo que tenía en la biblioteca Olin (otra biblioteca en Cornell) que alberga todos los libros de Historia, Filosofía y Ciencia, para empezar a leer sobre Historia de la Genética, Historia de Filosofía de la Biología y Ciencia en General. A consecuencia de las implacables lecturas que tuve que realizar, me vi en la necesidad de cambiar la graduación de mis lentes porque había demasiado que leer para conseguir un asidero sobre “la Botánica y la Síntesis”.

Alrededor de 1986, George Ledyard Stebbins[10] fue nombrado profesor visitante en Cornell. Él estuvo allí por alrededor de seis semanas y adivina quién fue a recibirlo. Así es, ¡fui yo!, por lo que me dirigí a su dormitorio en Risley Hall y me quedé entrevistándolo por horas, poseyendo, como consecuencia de aquel encuentro, una larga historia oral, además de compartir la cena junto a un pequeño grupo de estudiantes en mi apartamento. Cuando me desperté al siguiente día, tuve uno de esos momentos ¡Ajá!, advertí un descubrimiento muy grande para mí, y me dije a mí misma, “Voy a organizar mi tesis alrededor de Ledyard”, él es la persona detrás de la Botánica y la Síntesis, trabajar alrededor de él, usar su gusto y trayectoria como un tipo de pivote, el cual me permitió organizar mi proyecto.

(Portadas de los libros The Scientific Papers of G. Ledyard Stebbins, Jr. (1929-1930), publicado en 2004 y editado por Daniel J. Crawford y Vassiliki Betty Smocovitis, y The Ladyslipper and I, texto de manuscritos autobiográficos por George Ledyard Stebbins, editado y publicado póstumamente en 2007 por Vassiliki Betty Smocovitis, Victoria C. Hollowell y Eileen P. Duggan).

 

Así que eso fue un tipo de biografía científica que, por supuesto, le entusiasmó a Ledyard y autorizó el proyecto. Él y yo, de hecho, conducimos juntos hasta la villa de Cazenovia, en Nueva York, que es el lugar de donde es originaria la familia de su padre. Visitamos la Avenida Ledyard y luego la casa de su primo. Después salimos hacia otro punto diferente de Nueva York llamado Hamilton y pudimos conocer a la señora Saunders en su casa, donde tenía elegantes flores de peonía que Percy Saunders, el padre de ella y Ledyard, habían cultivado en la década de los treinta del siglo pasado.[11] Fue una verdadera delicia. Posteriormente, Ledyard me invitó a la Universidad de California, en Davis, donde pude estar con él en su casa y también en su casa de Berkeley, trabajando juntos en sus escritos, entrevistando a gente que lo conocía , asistiendo a los encuentros de Biosistemática, etcétera. El resto es historia.

Completé mi disertación, titulada “Botánica y la Síntesis Evolutiva: La vida y obra de George Ledyard Stebbins”, en el verano de 1988, enviando el borrador final a la secretaria a cargo de las tesis. Después abordé la casa rodante que mis padres habían rentado y me dirigí a Florida, esto al comienzo del mes de agosto de 1988. El capítulo final de aquella labor, incidentalmente, me proveyó de los crudos contornos para la resolución del misterio de la Síntesis. Los advertí literalmente cuando los iba escribiendo. Es así que la Síntesis podía ser vista como la emergencia de un enorme colectivo, una nueva disciplina que se llamó a sí misma Biología Evolutiva. Recuerdo haber llamado a Margarite Rossiter, quien fue mi profesora en Cornell, para decirle y compartirle aquello, respondiéndome ella “Hmm, ¿profesionalización? Muy interesante, aquí hay algunas cosas para leer”. Peter Dear, quien era un nuevo profesor a cuyos cursos asistí como oyente (eran muy interesantes porque tenían una perspectiva sociológica), dejó en mis manos artículos y libros sobre la formación de las disciplinas, que habían sido producidos por académicos en Estudios de la Ciencia. Por otra parte, Bruce Lewenstein, otro profesor recién llegado, me dio su programa de estudios en Historia de los Estados Unidos del programa de Historia y Sociología de la Ciencia de la Universidad de Pensilvania, Filadelfia.

Después de haber llegado a Florida, leí uno de los grandes trabajos del filósofo francés Jean Gayón, especializado en Historia y Filosofía de las Ciencias y la Biología, que recomendaba voltear la atención a la Sociología de la Ciencia para comprender la Síntesis, así que ahí lo tienes: pasé entre uno y dos años cimentando el trabajo necesario para lo que se convirtió en mi comprensión de la Síntesis Evolutiva como la emergencia de una nueva disciplina científica de la Biología Evolutiva. Fui capaz de explorar esto después, cuando conseguí la Membresía Postdoctoral Mellon de la Universidad de Stanford, California, así que pude sumergirme en la filosofía de la práctica, lo cual fue un gran momento, y estudiar formas contextuales y discontinuidad, todo el emocionante trabajo que se hizo en Ciencia y los nuevos Estudios Culturales que trajo juntos el estudio de la Historia, la Filosofía y la Sociología de la Ciencia, además del estudio de la Historiografía, especialmente, lo que se ha hecho en Historia Intelectual así como en Historia Etnográfica.

Para el invierno de 1991-1992 había escrito el artículo “Unifying Biology” y estuve disponible para trabajar con Ledyard Stebbins, porque me encontraba en la Costa Oeste de los Estados Unidos también, así que hice un resumen de la información recabada sobre él y con él. Solo después de esto entendí que él ya no era más un punto en el cual apoyarme porque había resuelto “El misterio de la Síntesis”. Ahora mismo tengo dos proyectos: uno sobre la Síntesis y uno más extenso sobre la biografía de Ledyard, que ha demostrado ser todo un largo proyecto de vida, porque él mismo fue sintético en su trabajo. El título lo menciona: “Una vida de síntesis”, porque cuenta la Historia de la Biología a través del prisma del mundo vegetal. Es de esta manera como ahora veo a Stebbins.

 

 

[1] A manera de fe de erratas de la primera entrega de esta entrevista y en otras publicaciones anteriores donde se le ha citado, el nombre de la doctora Smocovitis es “Vassiliki” y no “Vassiliky”.

[2] Vassiliki Betty Smocovitis, “Unifying Biology: The Evolutionary Synthesis and Evolutionary Biology” en Journal of the History of Biology, 1992.

[3] Vassiliki Betty Smocovitis, Unifying Biology: The Evolutionary Synthesis and Evolutionary Biology, Princeton University Press, 1996.

[4] Movimiento social que tuvo lugar durante los años treinta y cuarenta del siglo XX. Hace referencia a la discusión y consenso entre grupos de expertos dedicados a algunas disciplinas de la biología para discutir la integración de estas para apoyar el postulado de la suficiencia de los mecanismos conocidos sobre genética de poblaciones para explicar la evolución biológica a todos sus niveles.

[5] La doctora Smocovitis ha desarrollado una serie de seminarios en la Universidad de Florida en Historia de la Biología y sobre Estudios Culturales del Conocimiento Científico.

[6] Sus cursos más populares en la Universidad de Florida son: Historia del Pensamiento Evolutivo, Ciencia-Exploración e Imperio e Historia y Evolución de las Enfermedades Infecciosas.

[7] Ernst Mayr y William Provine, The Evolutionary Synthesis: Perspectives on the Unification of Biology, Harvard University Press, 1980.

[8] Las Lecturas Messenger son una serie de prestigiosas charlas que imparten académicos de prestigio y figuras públicas reconocidas en la Universidad de Cornell. Fundadas en 1924, recibieron su nombre por el profesor de matemáticas y actuario Hiram John Messenger, quien legó una cierta suma de dinero a la universidad en su testamento.

[9] Karl J. Niklas y Vassiliki Smocovitis, “Evidence for a conducting strand in early silurian (Llandoverian) plants: Implications for the evolution of the land plants”, Paleobiology, 1983.

[10] Uno de los científicos involucrados en la articulación de lo que en Biología se conoce como la “Síntesis Evolutiva” o “Síntesis Moderna”, que se dedicó a la Botánica y a la disciplina de la genética en vegetales.

[11] A principios de los años treinta, Ledyard Stebbins se interesó por el estudio de la hibridación en cromosomas en plantas de peonía, que cultivó junto con Percy Saunders, tras asistir ambos al Congreso Internacional de Genética en Ithaca, Nueva York, donde Stebbins se interesó en los experimentos de hibridación de Bárbara McClintok, los cuales reprodujo, publicando varios artículos al respecto y que dio inicio a la reputación de Stebbins en la disciplina de la genética.

 

 

 

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