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Diálogo entre periodismo de ciencia y etnografía

Diálogo entre periodismo de ciencia y etnografía

Noviembre 04, 2022 / Por Alejandro Hernández Daniel

Como miembro de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia del nodo de Puebla, formo parte de un chat general en el que todos los miembros de la red, a lo largo y ancho de todo el país, intercambian información sobre diferentes temas, ya sean: fuentes, trabajos periodísticos, hasta ofertas y propuestas de talleres, colaboraciones, bolsa laboral, etcétera. Usualmente estos mensajes son tan continuos y abundantes que incluso hay colegas que los comparten a medianoche o de madrugada. Esta ola de notificaciones a veces hace que por las distintas actividades que llevo a cabo, deje de lado una que otra contribución valiosa, no por desinterés sino por tiempo.

No obstante, hubo un mensaje, de entre muchos, que llamó mi atención, cuando se compartió el enlace a una revista de acceso abierto llamada Journal of Science Communication de la división de América Latina, dedicada a dar a conocer trabajos relacionados con la comunicación de la ciencia. Mientras le daba a un vistazo a los artículos publicados de aquella revista relativamente reciente (pues la primera edición data del 2018), topé con un texto coautoría de unos colegas de Brasil, Journalismo científico: um estudo das interações pelo viés etnográfico, del biólogo Thiago Augusto Arlindo Tomaz da Silva Crepaldi en colaboración con la comunicadora Adriana Cristina Omena dos Santos,[1] ambos con vínculos tanto en formación como enseñanza en Universidad Federal de Uberlândia, en el estado de Minas Gerais.

Lo que hizo que no pasara de largo esta publicación fue la palabra “etnográfíco”, pues de manera personal, la etnografía como método de investigación propia de la antropología, lo tenía bastante presente al leer algunos títulos que considero de cabecera. En el caso de los Estudios Sociales de la Ciencia, por ejemplo, La vida en el laboratorio. La construcción de los hechos científicos, de Bruno Latour, es un referente[2] y, en lo que concierne a Investigación Educativa, La escuela por dentro. La etnografía en la investigación educativa, de Peter Woods.[3]

Haciendo una síntesis entre el artículo de da Silva Crepaldi y Omena dos Santos y el libro de Wodds, el término “etnografía” significa la “descripción del modo de vida de un grupo de individuos”. Se interesa por lo que la gente hace, cómo se comporta, cómo interactúa, etcétera. Se propone descubrir sus creencias, valores, perspectivas, motivaciones y el modo en que se desarrolla o cambia en el tiempo o de una situación a otra. Trata de hacer todo esto desde dentro del grupo y desde dentro de las perspectivas de sus miembros.

Diferentes autores proponen diversos procedimientos que conlleva el método etnográfico, pero para este caso optaré por coincidir con lo referenciado en el artículo de Da Silva Crepaldi & Omena dos Santos, al trabajo de la antropóloga Urpi Montoya Uriarte,[4] al dividir la labor etnográfica en tres fases: La primera consistiría en sumergirse en la teoría, información e interpretaciones que se encuentran disponibles sobre el tema y el grupo específico que se quiere estudiar, realizando una colecta de información detallada. La segunda consiste en “vivir entre los nativos” del grupo elegido. El investigador debe acompañar a las personas de forma sutil, anotando todo y transcribiendo las conversaciones, observaciones que generalmente se hacen una “libreta de campo”; en esta fase usualmente se suele anotar demasiado, sin embargo, paulatinamente comienzan a vislumbrarse ciertos acontecimientos significativos que en la última etapa, se extraen y transforman en escritura con un cierto orden.

Al provenir yo mismo de una formación en biología y en procesos educativos, sin pasar por un entrenamiento de periodista propiamente dicho, encuentro que la etnografía resulta de mucha ayuda en uno de los géneros del que el periodismo científico o de ciencia, echa mano. Me refiero a la entrevista, donde el método etnográfico no solo se puede utilizar para conocer a profundidad la trayectoria y pensamiento de un personaje, sino también ahondar en la importancia de las observaciones de su actividad, ya sea periodística o científica, obtenidas en un escenario concreto así como con la materialidad que le rodea y con la que trabaja, pues de acuerdo con el profesor de redacción periodística Juan Cantavella, para hacer una entrevista periodística, “es necesario (…) que el periodista esté presente en la información”[5] es decir, que el periodista de ciencia frecuentemente se verá llevado a desplazarse ahí donde el científico “hace” ciencia.

De los puntos en común con el artículo de los comunicadores brasileños, debo decir que hay una serie de descripciones y consideraciones dentro de la práctica del periodismo de ciencia con las que hasta ahora, concuerdo como:

1) La importancia de los científicos como fuente de información; 2) documentarse lo más posible sobre el tema; 3) mantener una buena relación con las fuentes; 4) negociar intereses, intercambiar contactos y acceder a información; 5) Saber interpretar, evaluar y anticipar la reacción del entrevistado en cuestión; 6) en ciertas ocasiones, existe confrontación e incluso alteración de acciones e información de parte del entrevistado; 7) durante el proceso de entrevista, tanto el entrevistador y el entrevistado pueden influirse mutuamente, por ejemplo, el primero puede hacer una pregunta que el segundo no había considerado o viceversa, cuando el científico pone en la mesa una situación desconocida por el periodista que pueden llevar a ambos, más allá de la línea inicial propuesta o sugerir otros procesos de investigación o línea periodística; 8) en la redacción del producto periodístico, tener cuidado en darle un mínimo de coherencia y linealidad, y en mi experiencia, evitando en la medida de lo posible y dependiendo del caso, caer a veces en la anacronía de la información que el entrevistado da; 9) llevar consigo un medio de soporte —libreta, grabadora, celular—, que ayuda en la tarea de obtención de citas, descripciones o extractos y que sirve como respaldo y archivo.

Además de la descripción del método etnográfico en el trabajo de da Silva Crepaldi & Omena dos Santos, otro de los objetivos que perseguían, fue observar los procesos de elaboración de los productos periodísticos en la División de Divulgación Científica que se llevan a cabo en su alma mater y comprender cómo se da la interacción de los periodistas y los científicos, es decir, dentro de un espacio institucional y universitario. Y es en este último punto, donde hay dos diferencias con respecto a su texto que me gustaría señalar de manera personal que considero importantes y que no se menciona su relevancia.

La primera cuestión es que ambos autores se centran casi exclusivamente en la universidad de donde se tomó la materia prima para coescribir el artículo. Esto me hizo recordar un conversatorio al que fui invitado a participar este año, junto con otros colegas de los nodos de Puebla y Tlaxcala de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia, que se llevó a cabo en el Complejo Regional Sur de Tehuacán de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, ante alumnos de la Licenciatura en Comunicación. Durante la intervención de uno de mis compañeros, éste mencionó que al ser conductor de un programa de televisión de la universidad se había inclinado más hacia la parte de la divulgación que al periodismo de ciencia propiamente dicho, es decir, dejar un poco de lado el buscar la nota, mientras que las dos colegas con quienes hace equipo en su sección, también mantienen una orientación similar, esto es, que cuentan o hacen uso de la infraestructura de la institución que respalda su labor y por lo tanto, dependiente de intereses o contenidos que les son propios a la universidad.

Es decir, esto se limita a los espacios universitarios, sin salir y preguntarse sobre lo que hay por ejemplo, en otros lugares concretos como municipios o junta auxiliares, archivos, actores, ciudadanos, grupos de colectivos, industrias, empresas, fábricas, funcionarios o instancias de gobierno en los que potencialmente, haya un tema o problema causado o que pueda llegar a su resolución por medio de la ciencia y la tecnología. Por lo que auguro a que aún hace falta un periodismo de ciencia más de “a pie” en el estado que cubra más allá de lo que se haga o diga en las universidades.

El segundo punto a tomarse en cuenta, es que a pesar de que los autores plantean la pregunta: ¿cómo es que los periodistas de ciencia interactúan y negocian intereses con los científicos durante los procesos de producción de contenidos de periodismo científico?, lo hacen desde la perspectiva del periodista que busca obtener la materia prima para su trabajo, inserto en las oficinas de una Dirección de Comunicación, donde se da a entender que es ahí donde los científicos acuden y se dan cita, pero omitiendo, los lugares donde los científicos producen ciencia. En este sentido, considero que se debe de tener cuidado en lo que el científico pueda tergiversar al seguir y anteponer sus propios intereses y caer como periodista en una aceptación acrítica de lo que nos quiera mostrar, al ser “ajenos” a su propia práctica y gremio.

Un tercer punto, sería la formación del periodista de ciencia. ¿Qué hay de aquellos que se formaron como periodistas y se han adentrado a cubrir las fuentes de ciencia? Y viceversa, ¿acerca de los científicos de formación (como es mi propio caso) que se adentraron al periodismo? Pienso que son preguntas que pudieran parecer triviales pero que en realidad no lo son, pues en el ámbito hay muchos colegas que no objetan esto y simplemente se asumen como tal sin tener en cuenta varias lagunas que pudieran tener en uno u otro gremio como el uso de herramientas, métodos o patrones depredadores de conductas y mañas.

Por último pero no menos importante, en mi opinión, da Silva Crepaldi & Omena dos Santos hacen una cita muy importante al trabajo de su compatriota el periodista y antropólogo Pedro Paulo Thiago de Mello[6] al mencionar: “A partir de la inmersión en la realidad de la redacción es posible percibir la dinámica general del espacio de trabajo; como se dan en la práctica o compromisos, disputas, conflictos, colaboración y solidaridad durante la jornada de trabajo; reglas, ritos, etiquetas y competencias que son asimiladas, vividos y justificados en medio de la jerarquía de la empresa; y en ese proceso, como los hechos son constituidos en noticia por los periodistas”.

Esto último sugiere, que los propios periodistas de ciencia y los procesos de lo que hacen, así como los científicos de los que ellos les interesa escribir, no quedan exentos de un estudio que muestre sus intereses y vínculos compatibles con empresas, patrocinadores y benefactores relacionadas al mundo de la prensa, así como con alineación a agendas de poderes económicos o políticos que puedan estar ligados a camarillas de científicos serviles a dichos intereses, esto es, que se debería de tener cuidado, exactamente de qué núcleos o redes de periodismo científico se abreva, sobretodo, en contextos actuales donde se han levantado sismas en grupos científicos que dominaban en gobiernos previos y que establecieron conexiones con colegas acostumbrados también a recibir jugosos beneficios por años, ya que es muy fácil caer bajo la influencia de colegas más experimentados pero que por desgracia arrastran en su labor sesgos con tendencias a intereses rastreables muy bien definidos.

 

 

[1] Thiago Augusto Arlindo Tomaz da Silva Crepaldi & Adriana Cristina Omena dos Santos (2020) “Journalismo científico: um estudo das interações pelo viés etnográfico” en: Journal of Science Communication-América Latina, Volumen 3, Edición 1, Articulo Primero.

[2] Bruno Latour & Steve Woolgar (1995) La vida en el laboratorio. La construcción de los hechos científicos, Madrid, Alianza Editorial.

[3] Peter Woods (1998) La escuela por dentro. La etnografía en la investigación educativa, Barcelona, Paidós.

[4] Urpi Montoya Uriarte (2012) “O que é fazer etnografía para os antropólogos” en: Ponto Urbe.

[5] Juan Cantavella (1996) Manual de la entrevista periodística, Barcelona, Ariel.

[6] Pedro Paulo Thiago de Mello (2009) “Por trás da notícia: um olhar etnográfico sobre os ritos de interação numa redação de jornal”. Tesis de doctorado. Programa de Pogrado en Antropología. Niterói, Brasil: Instituto de Ciencias Humanas y Filosofía, Universidade Federal Fluminense.

Alejandro Hernández Daniel

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