Desde el Sur

Para Cristina Botelho (hilandera de utopías)

Para Cristina Botelho (hilandera de utopías)

Abril 30, 2024 / Por Márcia Batista Ramos

Las hojas quemadas en otoño siempre me traen el recuerdo de que nada persiste. Todas las existencias se transforman en nostalgia primero, después en olvido. Es el camino sin retorno de la vida, ya que el olvido es el precio de haber vivido.

El brillo de las hojas está destinado a protegerlas. Además de darles un aspecto agradable, ya que sus colores se ven más bonitos. Pero en el otoño las hojas se secan y caen, como nosotros en nuestro breve paso por la vida.

De repente los pasos empiezan a pesar, uno tarda más para llegar al final del pasillo para cerrar la ventana que permite la entrada de la brizna gélida. Tiembla un poco la mano y uno percibe que su voz ya no es la misma, medio resquebrajada, con muchos puntos suspensivos…

Uno mira atrás y ve el largo camino andado, mira a los propios pies y ve las pantuflas de lana que se arrastran por el piso reluciente y sabe que ya no puede regresar, no es posible desatar el tapiz del tiempo para volver a empezar.

Los hilos de la vida hicieron una trama compleja con el tiempo y ocultaron, en su entramado, a los amores vividos, a los sueños y planes anhelados. Entonces el sabor del postre se tornó menos dulce, mientras los recuerdos se incrementaron ocupando gran parte del día.

Y las calles por donde anduvimos, siempre rencorosas, en revancha por las innúmeras veces que las caminamos indiferentes, absortas en nuestros problemas o suspirando apresuradas por nuestros amores… Las calles, ahora, ya olvidaron nuestras pisadas. Tampoco les importa si nuestro féretro pasará en solemne despedida.

La casa cerrada será vendida y todo aquello que la habitó, los muebles, el ajuar en punto de cruz con hilo de seda, los cristales, la porcelana, la platería, las cartas de despedida, los proyectos, los libros, los deseos y los problemas… Todo permanecerá suspendido en el aire junto a las horas vanas.

Mientras la soledad, vieja amiga y hermana, ayudará a tender la cama para recordarnos a manera heracliana que “Todo fluye, somos y no somos”, por eso soñaste con celajes de colores mientras parecía un sueño todo lo que has bien vivido.

Márcia Batista Ramos

Nació en Brasil, en el Estado de Rio Grande do Sul, en mayo de 1964. Es licenciada en Filosofía por la Universidade Federal de Santa María (UFSM)- RS, Brasil. Radica en Bolivia, en la ciudad de Oruro. Es gestora cultural, escritora y crítica literaria. Editora en Conexión Norte Sur Magazzín Internacional, España. Columnista en la Revista Inmediaciones, La Paz, Bolivia y columnista del Periódico Binacional Exilio, Puebla, México, Mandeinleon Magazine, España, Archivo.e-consulta.com, México, Revista Barbante, Brasil, El Mono Gramático, Uruguay. Además, es colaboradora ocasional en revistas culturales en catorce países (Rumania, Bolivia, México, Colombia, Honduras, Argentina, El Salvador, España, Chile, Brasil, Perú, Costa Rica, USA, China, Nepal, Uzbekistán, Paquistán, Arabia Saudita). Publicó: Mi Ángel y Yo (Cuento, 2009); La Muñeca Dolly (Novela, 2010); Consideraciones sobre la vida y los cuernos (Ensayo, 2010); Patty Barrón De Flores: La Mujer Chuquisaqueña Progresista del Siglo XX (Esbozo Biográfico, 2011); Tengo Prisa Por Vivir (Novela Juvenil, 2011 y 2020); Escala de Grises – Primer Movimiento (Crónicas, 2015); Dueto (Drama, 2020); Rostros del Maltrato en Nuestra Sociedad –Violencia Contra la Mujer. (Ensayo, 2020); Universo Instantáneo (Microficción, 2020).

Márcia Batista Ramos
En pocas palabras

Mayo 17, 2024 / Por Márcia Batista Ramos

Adiós a un poeta que cuenta historias

Mayo 14, 2024 / Por Márcia Batista Ramos

Diarrea emocional

Mayo 14, 2024 / Por Damián Cruz González

En pocas palabras

Mayo 10, 2024 / Por Márcia Batista Ramos

Konrad o la madre que abrió la lata

Mayo 10, 2024 / Por Maritza Flores Hernández

Con las valijas a cuestas

Mayo 07, 2024 / Por Márcia Batista Ramos

En pocas palabras

Mayo 03, 2024 / Por Márcia Batista Ramos