Escribir para divulgar
Agosto 06, 2021 / Por Quetzali Rivera Plata
Durante años, nos hemos interesado en retrasar el envejecimiento para mantener una apariencia juvenil. No es de sorprender que a lo largo de la historia se hayan escrito mitos que abordan la búsqueda de la juventud eterna e incluso la inmortalidad. Bien nos decía Oscar Wilde en El retrato de Dorian Gray: “Haría cualquier cosa para recuperar la juventud, excepto ejercicio, levantarme pronto o ser respetable… ¡Juventud! No hay nada como la juventud.”
Por ello se han lanzado al mercado numerosos productos cosméticos que prometen desvanecer arrugas, líneas de expresión, canas o evitar la caída del cabello. En fin, cubrir todos esos signos que delatan nuestra edad.
En este punto, quizá nos surgen varias dudas. Para empezar, ¿qué es el envejecimiento? ¿Por qué algunas personas viven más que otras? ¿Por qué algunas personas de nuestra edad se ven más jóvenes?
Podemos definir al envejecimiento como un proceso irreversible en el que se pierden paulatinamente las funciones. Es dependiente del tiempo, afecta a los seres vivos y aumenta el riesgo de presentar enfermedades. La acumulación de daño celular es la causa general del envejecimiento. Para desglosarlo, se han propuesto características o marcas que contribuyen al envejecimiento y determinan su fenotipo, que pueden ser clasificadas en tres categorías. A continuación se explican brevemente.
Marcas primarias
Son los factores que desencadenan los eventos dañinos y se acumulan con el tiempo. Involucran la inestabilidad genómica, el acortamiento de los telómeros, las alteraciones epigenéticas y la pérdida de la proteostasis.
Marcas antagónicas
Son las respuestas frente a los daños ocasionados por las marcas primarias, aunque al principio son benéficas, en exceso se vuelven perjudiciales y contribuyen al envejecimiento. Esto incluye la desregulación del sensor de nutrientes, disfunción mitocondrial y senescencia celular.
Marcas integradoras
Surgen cuando el daño ocasionado por las marcas primarias y antagónicas no es compensado. Involucra la disminución de células madre y las alteraciones en la comunicación intercelular.
Lo interesante de estos procesos celulares es que interaccionan entre sí y pueden regularse entre ellos.
Ahora que podemos entender estos factores que contribuyen al envejecimiento, seguramente sigues preguntándote por qué algunas personas son más longevas, si estos procesos ocurren en todas.
Aunque los humanos podemos vivir normalmente hasta los 85 años, algunas personas superan los 100 años con una vida saludable. Esto se debe a que presentan variaciones genéticas, como mutaciones o polimorfismos de un solo nucleótido, y a cambios epigenéticos, como menor metilación en el ADN. Estas variaciones aumentan su longevidad y disminuyen su predisposición a desarrollar enfermedades, por ejemplo, el cáncer. Además, su microbiota presenta una gran diversidad de especies Además, el estilo de vida también juega un papel importante para incrementar la longevidad, por ejemplo, la actividad física, la nutrición, el horario y las horas de sueño.
Entonces, ¿por qué algunas personas de la misma edad se ven más jóvenes?
Esta diferencia radica en que la edad cronológica es diferente a la edad biológica, y en esta última influyen la epigenética, la longitud de los telómeros y el estilo de vida. El envejecimiento puede acelerarse por un estilo de vida no saludable, lo que incluye dietas altas en sal, grasa y azúcar, sedentarismo, tabaquismo, así como el consumo de alcohol y drogas. A su vez, se debe tener en cuenta que el envejecimiento puede variar entre diferentes tejidos.
Como hemos visto, en el envejecimiento influyen muchos factores que siguen siendo el objeto de estudio en varios grupos de investigación de todo el mundo, puesto que se busca desarrollar terapias, prevenir e incluso, evitar el desarrollo de enfermedades asociadas al envejecimiento. Y aunque no podamos ser eternamente jóvenes, como los ajolotes, sería interesante encontrar una solución para tener un envejecimiento saludable.
Muchos de los factores no los podemos cambiar, pero sí podemos modificar nuestro estilo de vida.
Soy bióloga egresada de la UNAM, actualmente estudio la maestría en ciencias de la salud en el IPN. He realizado actividades de investigación, principalmente en el área de biología molecular.
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