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Migrar, danzar, hablar

Migrar, danzar, hablar

Julio 09, 2024 / Por Antonio Bello Quiroz

Hay en tu cuerpo más razón que en tu más profunda sabiduría

Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra

 

Voz y Eco: nombrando un sin lugar es un libro próximo a publicarse. La autora es Rosalinda Salgado Saucedo. Es un libro realizado por una mexicana radicada en Sevilla. Es una migrante que ha buscado en la danza y la terapéutica una forma de darle voz a las experiencias de mujeres migrantes.

Migrar es una experiencia extrema, mudarse es transformarse, ver el mundo desde otro lugar, más aún cuando la migración se da de manera irregular. Incluso, contra todo sentido humanista, el migrante es tratado como ilegal por el simple hecho de querer cambiar su vida. Insertarse en la cotidianidad de una sociedad siendo migrante se dificulta por los prejuicios y los estereotipos de las sociedades receptoras, lo mismo que por los temores y desconocimiento de los que arriban. Migrar lleva implícito un duelo. Se trata de un encuentro con lo extranjero que se produce en dos vertientes, los y las que llegan y los y las que reciben. La sospecha y la amenaza atraviesa a ambos. Las diferencias culturales, incluso raciales, posibilitan o dificultan los procesos de integración.

Rosalinda, Rosy, nos en enseña en su libro que aspectos como la estancia legal, los espacios laborales, la economía son cuestiones que en el caso de los migrantes se vuelven mucho más sensibles en los casos de migración, los efectos psicológicos o subjetivos son muy importantes entre la población migrante; algunos malestares y padecimientos como la depresión, estrés, ansiedad, miedos, violencias, etc., son expresiones cotidianas en la población migrante. Todo lo anterior se ve agravado si la persona migrante es mujer.

Rosy es migrante en Sevilla, es mujer, es psicoterapeuta, y también bailaora. Decidió conjuntar esas pasiones para crear un laboratorio creativo y así explorar sensaciones en el nivel de mayor profundidad entre las participantes. Voz y Eco es un libro que narra esta experiencia dirigida por Rosalinda, el espacio les dio voz y se hizo eco entre ocho mujeres mexicanas en un rango de edad que van de los 21 a los 48 años, la mayoría con dificultades para tener un empleo estable dada su situación migratoria. Cinco de ellas son bailadoras. Se acompañaron y se dejaron acompañar, hicieron red, se identificaron, se reconocieron y, ahora, al leer la experiencia que Rosy nos comparte, la red se extiende. Se reconocieron en su identidad mexicana, pero también, al ser migrantes por elección, reconocieron los aportes culturales que les ha dado España, y en especial Sevilla. Si se piensa en Sevilla de inmediato aparece en el imaginario el flamenco, esa forma tan vistosa de realizar la fusión entre las culturas desde el cuerpo. De la mano y escritura de Rosy Salgado nos enteramos que el flamenco es en sí mismo una expresión viva del fenómeno de la migración, se trata de una amalgama de diversos pueblos y culturas: los negros provenientes de África y los gitanos fundamentalmente. Escribe Rosalinda: “Las letras del flamenco expresan emociones como la rabia, el dolor, la angustia, la melancolía, etc.; sus versos refieren realidades sociales como la privación de la libertad y de los derechos, la violencia de género o las injusticias laborales”.

Una parte fundamental del libro Voz y Eco, su columna incluso, opera como algo que atraviesa todo el texto, se trata de la cuestión del ser mujeres. Mujer y baile, mujer y expresión corporal, mujeres migrantes que desafían la idea de los puristas del flamenco que consideran que para bailar flamenco en Sevilla hay que haber nacido en Andalucía o pertenecer a la comunidad gitana. Escribe nuestra autora: “En el flamenco, la mujer muestra poder, sensualidad, agresividad, ternura. La bailaora defiende su baile para que sea el baile lo que indica por dónde van los músicos, cómo se navega en la interpretación, cuándo se abre y se cierra algo, la intensidad, velocidad y cambios. Y el cuerpo es el que manda en la expresión de los afectos”.

Desde los primeros apartados Rosalinda se interesa por cuestiones que le inquietan hondamente a partir de sus propias identificaciones, aborda, por ejemplo, los ideales y representaciones de la mujer mexicana, el entorno social de las mujeres, su novela familiar o el entorno social y la opresión internalizada.

Cinco temáticas son abordados en la experiencia del laboratorio con las mujeres participantes: el amor, el movimiento, los efectos migratorios, las pérdidas y los sucesos dolorosos.

Darle voz al dolor, danzar la incertidumbre que la propia condición de mujeres migrantes  les permitió, dice nuestra autora hacer metáforas en movimiento/palabra para habitar lo incómodo, darle salida a las angustias, es decir, les permitieron sostenerse afectivamente cumpliendo así con una clara función terapéutica y hacer de la migración un acto perfomativo.

Y para invitar a la lectura de Voz y Eco de Rosalinda vale leer lo que algunas de las participantes construye a partir de sentirse expuesta constantemente a entornos amenazantes por su condición de mujer  migrante: “todo el día no desperté, sentía como una nube dentro que no me permitía ser eficiente, tenía las piernas cargadas de estar tanto tiempo sentada en el trabajo y luego el clima laboral del trabajo también me afecta, los compañeros se pelean y uno le contesta mal al otro… hacen muchas bromas machistas”.

Una más:“Yo no creo en mis recursos, soy muy tirana conmigo misma”.

Rosalinda cierra su libro con una invitación, incluso un anhelo de que se reconozca el valor del acompañamiento terapéutico, sobre todo en los grupos marginales o vulnerables. Su libro invita también a correr el riesgo de hacer creativo el proceso terapéutico, invita a ir más allá de la repetición, justo apuesta a nombrar ese no-lugar que habitan las mujeres migrantes al estar en “una tierra investida de otra tierra”. En la relación que se tejió en su laboratorio las mujeres participantes realizaron un perfomance para darle un sentido a su cambio. Rosalinda ilustra su texto con una canción emblemática de Mercedes Sosa: “Cambia lo superficial/Cambia también lo profundo/Cambia el modo de pensar/Cambia todo en este mundo”

Antonio Bello Quiroz

Psicoanalista. Miembro fundador de la Escuela de la Letra Psicoanalítica. Miembro fundador de la Fundación Social del Psicoanálisis. Ha sido Director fundador de la Maestría en Psicoanálisis y Cultura de la Escuela Libre de Psicología. Ha sido Director de la Revista *Erinias*. Es autor de los libros *Ficciones sobre la muerte*; *Pasionario: ensayos sobre el crimen* y *Resonancias del deseo*. Es docente invitado de diversas universidades del país y atiende clínica en práctica privada en Puebla.

Antonio Bello Quiroz
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