Somos lo que comemos: de papitas y gatitos

Hay frases que son meméticas en el sentido de que perduran en nuestras mentes mucho tiempo después de que se emitieran. En el caso de Somos lo que comemos, la frase se ha usado para muchas cosas, pero estoy casi seguro de que no tenías idea de que la dijo el gastróno francés Jean Anthelme Brillat-Savarin, y bueno, de hecho la frase original fue "Dime lo que comes, y te diré quien eres" [1]. Es curioso que de ese libro lo que ha trascendido sea sólo una frase.

Y esto me recordó a una de mis novelas favoritas de ciencia ficción, Lágrimas de luz, de Rafael Marín Trechera. En ella el protagonista escribe un canto, pertenece a una especie de monjes que hacen lo propio, describiendo un encuentro amoroso que le deja un gran recuerdo. Él sale de ese círculo y entra en un circo que va por la galaxia dando su show. Años más tarde escucha su canto corregido y aumentado, y se siente feliz, ya que en la orden a la que pertenecía se creía que se había logrado el éxito si la gente cantaba tu creación, pero mejor aún, era todo un logro que se perdiera tu nombre y que se volviera parte de la cultura y que la gente le agregara los detalles que hicieran algo bueno en una obra de arte. En una obra popular.

En The whitcher, en el episodio 4, Jaskier el bardo toma nota de la narración que alguien hace sobre una de las peleas del brujo. Y está encantado con lo exagerado del relato, y pide más al aldeano que lo cuenta porque dice que el brujo siempre escatima los detalles. Más  tarde obligará a Geralt a que lo acompañe como pago a sus servicios: te hice famoso, gracias a mí todo el mundo conoce tus hazañas. Jasker sabe bien que con una buena publicidad los ingresos aumentan.

Es como cuando Liza, una de las asistentes de Beakman, lo anunciaba antes de entrar:

"Y ahora con ustedes, el emperador del laboratorio, el amo de los datos, el explorador máximo del conocimiento, el único, el grandioso !Beeeakmannn!"

¿A poco no te emocionaba mucho esta forma de presentarlo? Era darle el estatus de un rockstar. Por cierto, en otro lado decía que para la ciencia debíamos llamarles SciStars, pero este término no ha cuajado. Hay varios de estos SciStars en México. Podemos empezar citando a Julieta Fierro, astrónoma muy conocida por su labor de divulgación. Otro sería el Dr. Mario Molina recién fallecido. Asimismo podríamos poner en la lista a López Gatell. Aunque a él, a lo mejor, lo dejaría como popstar.

Tener esta presencia y este arrastre por medio de la popularidad se consigue por medio de trabajo a lo largo de los años, como Julieta, un hecho histórico extraordinario como Molina, o una exposición continua y cotidiana como Gatell.

Y a eso me refiero, a que las ideas de la ciencia están muy lejos de ser meméticas para el público en general, y mucho menos son populares. Prueba de ello es que todavía a estas alturas de la pandemia tenemos gente que no quiere usar el cubrebocas o se muere por salir a la calle. Literalmente.

A los divulgadores nos ha fallado la receta. Habrá que pensar en cómo lo hacían los compositores de corridos, o díganme si no se les viene luego luego a la cabeza la tragedia de Rosita Alvirez, o como el corrido del caballo blanco, que recorrió tantos kilómetros hasta morir, aunque no se sabe por qué.

¿Será eso? ¿Sólo el amarillismo o las malas noticias son atractivas? ¿Recuerdas algún corrido que no sea una tragedia?

Ya me veo hablando sólo de cuantos muertos hay por la pandemia o de los errores que impiden que haya vacuna, pero sin explicar la mortalidad o lo complejo que es hacer una vacuna (los años que lleva lograr una).

¿Somos lo que comemos? Parce que sí. Y si la metáfora es que nuestro cerebro se alimenta de las percepciones que le llegan de los sentidos, entonces las noticias y las informaciones que le demos deben ser de calidad. Ah, pero nos encanta la comida chatarra y le metemos noticias de conspiraciones, falacias o pseudociencia.

¿Y porque me preocupa? Porque estas noticias pueden inducir a tomar decisiones que pueden ser mortales. ¡Y no sólo para la persona que las  consume!: acaban de cancelar la presentación de un suplemento alimenticio, promovido como cura de Covid, que se iba a dar en el senado. Dar ese apoyo sería equivalente a los mensajes de Trump de que el cloro tomado cura la enfermedad, con lo que varios casos de intoxicación por cloro se dieron a los pocos días de decirlo.

En otro texto platicábamos sobre cómo el pensamiento mágico es poderoso porque da la ilusión de que puedes hacer algo para cambiar el mundo de manera instantánea, pero el mundo no es así de fácil.

Pero no perdamos la esperanza, pronto podremos salir a respirar aire fresco a partir de tener una vacuna, y también algún día tendremos corridos, sagas o cantares de logros del conocimiento. Cruza los dedos.

En una primera versión de este texto, lo finalizaba en el párrafo anterior. Sin embargo recordé a los gatitos. Hay un mito urbano de que internet ha sido creado por los gatos para poder conquistar el mundo (pero de esa conspiración hablaremos en otro momento).

Lo que sí se puede usar es la frase de Ethan Zuckerman (No confundir con Mark Zukerberg, el de Facebook): "La web 1.0 fue inventada para permitirle a los físicos el compartir artículos de investigación. La Web 2.0 fue creada para permitirle a las personas compartir imágenes de gatos lindos."

Y aunque impulsivamente podría pensar en poner una imagen como la de abajo para hacer divulgación, en realidad la frase apunta en otro lado, hacia el cat content.

 

Pie de foto: Gráfico de caja y bigotes, un gráfico, muy común en estadística, en su versión cat content.

 

El Cat Content o Lolcat es como se denomina a esta concepción de la internet, y por extensión de las redes sociales, como un espacio de esparcimiento. Sin embargo, al ser espacios donde está la mayoría de la gente, que va en busca de porno o gatitos, es un sitio que se puede aprovechar para el activismo social. Así que se puede jugar con este gusto por los gatos para hacer llegar mensajes de activismo, la Internet Defense League que usa la batiseñal con un gato para su activismo.

 

https://www.internetdefenseleague.org/images/vector/city_bat_signal.png

 

Dicho de otro modo, no hay que perder el tiempo y hay que mandar los mensajes por redes sociales, ya que ahí entra mucha gente en busca de gatitos bonitos.

 

 

Semblanza

Divulgador científico, matemático de formación. Apasionado de la ciencia y la tecnología, sobre todo de los robots. Representante del nodo Puebla de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia. Ha escrito dos libros de divulgación y varios cuentos de ciencia ficción. Conduce todos los lunes el programa Nueva normalidad / Diálogos desde la BUAP de las 8 PM.

 

 

[1] Frase que se que se encuentra en  Physiology of Taste: Or, Meditations on Transcendental Gastronomy (1949), M. F. K. Fisher (trad).; Washington, DC, Counterpoint, 1999, p. 3