Sexo, amor, angustia, muerte. Resonancias del deseo

El próximo sábado 18 de noviembre se presentará un libro de mi autoría: Sexo, amor, angustia, muerte. Resonancias del deseo, en la Escuela Libre de Psicología, por lo que comparto con ustedes la introducción de la obra y les reitero la invitación para acompañarnos en la presentación, con los comentarios de Marcela Martinelli, Laura Espinosa y la moderación a cargo de Débora Hadaza.

Del deseo sólo conocemos sus resonancias: en lo sexual, en el amor, en la angustia y en la muerte. El deseo, dado su origen incestuoso y parricida, está condenado a la insatisfacción y a la imposibilidad. De él, del deseo, sólo nos llegan sus ecos por la palabra que, así, se constituye como su única vía de acceso en tanto que se es sujeto hablante. El deseo, el deseo del Otro específicamente, nos sujeta al lenguaje vía la palabra. Aunque, por otro lado, y paradójicamente, la palabra constituye también la mayor imposibilidad de articulación para el deseo. Como ha señalado Jacques Lacan, la verdad, la verdad del deseo no se puede decir toda, siempre faltan palabras.

Están reunidos aquí una serie de trabajos que nos hablan de las resonancias del deseo y del diálogo entre el psicoanálisis, que es el punto de referencia de todo lo que aquí se dice, y otras diversas disciplinas. De esta manera, en estas líneas se busca hacer valer la condición dialógica que constituye la esencia del psicoanálisis. No es propiamente dicho un libro de psicoanálisis, aunque nada de lo aquí escrito deja de estar atravesado por el discurso que inventó Sigmund Freud.

Los trabajos que constituyen este libro son artículos que inicialmente fueron publicados en la columna Kaos del periódico digital e-consulta, bajo la dirección de Jesús Bonilla, en su inicio, y ahora con Gregorio Cervantes. Los trabajos que se han dado a conocer en el portal digital han sido aquí revisitados y corregidos para esta segunda edición.

Al final de cada una de las cuatro secciones que componen el libro, se proponen textos que en otro momento fueron realizados para conferencias y otras publicaciones colectivas. Los trabajos no nacieron con la finalidad de hacerse libro. Ahora devienen tal, en segunda edición, a partir de revelarse un hilo conductor en lo que fueron, en principio, elaboraciones sueltas desde una importante diversidad de temas que en la escucha y la lectura cotidiana me interrogaban: el amor, el silencio, la muerte, la melancolía, las fobias, la angustia, la sexualidad, la mujer, etc. ¡Todas resonancias del deseo! El deseo, ese significante que, en particular, el psicoanalista francés Jacques Lacan introduce en la gramática del inconsciente. Y lo hace dándole singularidad a partir de ubicarlo desde lo que reconoce ser su único invento, el objeto a, llamado objeto causa del deseo. De sus coordenadas y ligaduras es de lo que aquí se escribe.

Por tratarse en principio de artículos de divulgación, el lenguaje que se utiliza apela a la sencillez, sin que esto implique que se renuncie al rigor epistémico que el psicoanálisis exige. Se trata en todo momento de hacer accesible a todo lector lo que aquí se plantea. En diversos foros y escrituras he sostenido que el psicoanálisis no tiene por qué recurrir a barroquismos innecesarios, sino por el contrario, tendría que refrendar una y otra vez lo que Freud ha enseñado: que el inconsciente se encuentra en la vida cotidiana, a flor de piel como se dice, y que se expresa en el decir de cada sujeto cuando se somete a la experiencia clínica. Espero, entonces, lograr el cometido de hacer accesibles para el lector las inquietudes que se expresan en torno a la cuestión sexual, el amor, la angustia y la muerte. En todo caso, espero que estas letras sean una invitación a profundizar en los tópicos presentados.

Los temas que aquí se abordan son muchos, aunque ninguno se encuentra desligado del deseo. Se apela a sus resonancias como única vía para establecer un diálogo abierto, con rigor, aunque sin duda no exhaustivo, con la literatura, la filosofía, el arte, la ciencia, la mitología, la etimología etc. De alguna manera, se busca dar cuenta del cumplimiento de ese “encargo” del que somos (tendríamos que serlo) herederos los psicoanalistas. El encargo de sostener un lugar singular en el concierto de la cultura. Ocupar el lugar reservado para los últimos ilustrados, como acertadamente señala nuestro amigo Helí Morales, no sólo por cuestiones narcisistas, las cuales no se pueden ni se quieren negar, no. Es una necesidad que se nos impone por el simple hecho de que en la experiencia clínica se escuchan los temas más diversos (las resonancias del deseo) y se requiere estar a la altura de lo que se escucha y de la época.

También se trata de reflexiones, muchas veces incluso expresiones de indignación, en torno a lo que nos sucede como sociedad. Constatamos algunas de las problemáticas sociales que nos envuelven, que nos son cotidianas, como las dificultades que se viven en las relaciones que establecemos entre hombres y mujeres. El psicoanálisis, con Lacan fundamentalmente, nos enseña que en lo sexual algo no anda entre hombres y mujeres. Se da en este escrito un lugar a fenómenos tan enigmáticos, complejos, estructurales, como lo son los feminicidios o la resistencia de los discursos patriarcales heteronormativos, o la misoginia, etc. Hechos sobre los que no podríamos quedarnos en silencio, si es que, como dijimos, en nuestro horizonte se encuentra estar a la altura de la subjetividad de la época.

Lo que se leerá también es una bitácora, producto del recorrido por esos otros espacios fecundos que son los de la enseñanza y transmisión, los seminarios y cursos que con frecuencia comparto con un grupo de interesados en el psicoanálisis, en particular con quienes semana a semana me acompañan, desde hace nueve años, en el desmontaje de los seminarios de Lacan, paso a paso, lección tras lección. La lectura sistemática de Lacan muestra sus frutos en cada una de las palabras aquí anotadas. Este recorrido despierta inquietudes que conducen a otras lecturas que enriquecen el diálogo íntimo, profundo, con la poesía y la lingüística, lecturas que han devenido incitaciones a la escritura. Desde luego, dado su origen, algunas ideas y referencias se repiten, aunque cobran sentido diferente en cada contexto temático. Por ello vale la pena respetar el contenido original sin señalar que ya hay referencias al respecto en este mismo libro. Vale señalar que se buscó evitar todo discurso y estilo academicista que rompiera con la fluidez de la lectura.

Sobre el deseo, leitmotiv del libro, Jacques Lacan, en el Seminario 6, El deseo y su interpretación, para enmarcar al deseo en el plano filosófico, aunque sólo para guardar su distancia, nos remite al vocabulario de André Lalande, donde se señala:

“Deseo: Begehren, Begehrung. Tendencia espontánea y consciente hacia un fin conocido o imaginado. El deseo reposa entonces sobre la tendencia, de la cual es un caso particular y más complejo. Se opone por otra parte a la voluntad (o a la volición por cuento ésta supone, además: 1º la coordinación, al menos momentánea, de las tendencias; 2º la oposición entre el sujeto y el objeto; 3º la conciencia de su propia eficacia; 4º el pensamiento de los medios por los cuales se realizará el fin anhelado”.

La Real Academia Española de la Lengua, nos enseña que la palabra deseo proviene del latín desidium. Además, hace referencia al ‘movimiento afectivo hacia algo que se apetece’. La palabra deseo en sus aristas remite tanto a ociosidad como a libido. Sea pues este trabajo un movimiento hacia quienes se interesen en la lectura. Un movimiento que incita a trabajar con todo el amor que la transferencia al psicoanálisis y a la letra me permite.