Tinta insomne

Cartas de amores ridículos

Cartas de amores ridículos

Julio 18, 2023 / Por Fabiola Morales Gasca

Todas las cartas de amor son ridículas.

No serían cartas de amor si no fuesen ridículas.

También escribí en mi tiempo cartas de amor,

como las demás, ridículas.

Fernando Pessoa

 

Milan Kundera siempre insistió que se describiera biográficamente en sus libros con sólo dos frases: “Nació en Checoslovaquia. En 1975, se instala en Francia”. Hoy tendríamos que agregar: “Muere a los 94 años en París, julio del 2023”. Kundera nació el 1 de abril de 1929 en Checoslovaquia. Estudió música pero su pasión será la escritura. Enseña historia del cine en la Academia de Música y Arte Dramático y posteriormente en el Instituto de Estudios Cinematográficos. Por relacionarlo con los acontecimientos de la Primavera de Praga es expulsado del Partido Comunista. En 1975 emigra a Francia y en 1979 pierde la nacional checoslovaca. El presidente François Mitterrand le concede la nacionalidad francesa en 1981.

Su primer libro, La broma, publicado en 1967, hace una crítica al totalitarismo comunista y a la invasión soviética en 1968. Sus demás obras estarán impregnadas de observaciones y críticas al sistema comunista. Todo esto le lleva a figurar en las listas negras de su país, donde sus obras fueron prohibidas. Kundera fue eterno nominado al Nobel de literatura y, aunque no lo recibió, fue galardonado con diversos premios en Europa como el Premio Jerusalén (1985), el Premio Austriaco de Literatura Europea (1987), el Premio Herder (2000). Hasta el 2020 recibió el Premio Franz Kafka de su patria, donde el jurado sostuvo “Su obra representa no sólo una contribución extraordinaria a la cultura checa (...) sino que ha tenido un eco en la cultura europea y mundial, después de haberse vertido en más de 40 idiomas”. Un año antes, Kundera había aceptado la nacionalidad checa que le ofreció el primer ministro Andrej Babis, como desagravio al trato que le dio el anterior régimen. Así, se reconcilió con su país natal.

Su obra más leída es La insoportable levedad del ser, publicada en 1984. La novela se desarrolla en Praga durante 1968 y tiene diversas aristas a explorarse. Aunque es una historia de amor, también puede verse como una narración de escenas comunes de la vida cargada de un intenso sentido que atañe al campo de la Filosofía. Tal vez por eso, como lectores, nos quedamos prendidos de la historia y nos identificamos con los personajes. En el inicio, Kundera cita al filósofo griego Parménides, que en el siglo VI a.C. explica la existencia con principios contradictorios: ser-no ser, luz-oscuridad, fuerza-debilidad, peso-levedad. Para Parménides, la levedad es lo positivo y el peso lo negativo, pero esto es sólo una opinión, pues de acuerdo con Kundera, “la contradicción entre peso y levedad es la más misteriosa y equívoca de todas las contradicciones.” ¿Qué elegir en nuestra vida y relaciones? ¿El peso o la levedad?

La magia de La insoportable levedad del ser consiste en la descripción de esta dualidad en las relaciones personales y en las decisiones de cada personaje, que va definiendo su destino conforme a sus levedades e intereses. La relación de Tomás y Tereza, protagonistas de la obra, seguirá teniendo vigencia por mucho tiempo porque describe bastante de las relaciones humanas y sus incertidumbres. ¡Quién como Kundera para expresar la ausencia y desilusión!: “Esa tristeza significaba: hemos llegado a la última estación. Esa felicidad significaba: estamos juntos. La tristeza era la forma y la felicidad, el contenido. La felicidad llenaba el espacio de la tristeza”. El escritor checo nos plantea mucho de nuestra soledad y existencia posmoderna, leerlo nos plantea: ¿Qué elegir en época de incertidumbre, superficialidad y liquidez? Los interesados hallarán en la red reseñas y análisis más profundos de esta novela. Por ahora hablaremos de otra de sus obras: El libro de los amores ridículos, volumen de cuentos publicado por primera vez en 1968.

¿Por qué leer El libro de los amores ridículos? Milan Kundera teje de forma inteligente a personajes egoístas y sus víctimas en cada uno de los siete relatos, escritos entre 1959 y 1968. Además hay una crítica tácita al régimen político de aquellos años y también a la sociedad de la Checoslovaquia socialista que se fue modelando desde el autoritarismo. Los protagonistas de cada historia persiguen su propio bienestar y felicidad, aún a costa de otros, haciéndolos contradictorios, exagerados hasta caer en la comicidad y ridiculez.

El amor es el leitmotiv de los relatos. Cada uno profundiza en la psicología de los personajes, refleja sus miedos, sus motivos y necesidades. El autor es un maestro en reflejar con las palabras la debilidad, temor e inclusive lo patético de los humanos. Cada uno de estos amores ridículos otorga una visión diferente sobre la vida, los sentimientos y el sexo. Previo a La insoportable levedad del ser, vemos que el autor sabe desnudar a sus personajes con paciencia y ternura, para regalar al lector una visión cercana de los juegos amorosos.

Los amores de este libro son ridículos porque todos parten de la mentira hacia sí mismos o hacia otros, por ello los personajes cometen errores o toman malas decisiones. Hay una férrea necesidad de ser visto y amado, hasta coquetear con un narcisismo desbordante. Para Sigmund Freud, el amor tiene su esencia sobre el engaño. En Introducción del narcisismo, ve el campo del amor como una vía de acceso para estudio. Además de introducir la función capital del Ideal del yo en la constitución subjetiva, señala que “en el ámbito de la libido, el hombre se ha mostrado incapaz de renunciar a la satisfacción de que gozó una vez. No quiere privarse de la perfección narcisista de su infancia (…) procura recobrarla en la nueva forma del ideal del yo. Lo que él proyecta frente a si como su ideal es el sustituto del narcisismo perdido de su infancia, en la que él fue su propio ideal.” (Freud 1914, p. 91). Es decir en busca de complacer y satisfacer ese estado inicial de bienestar —que lo sitúa a nivel del narcicismo primario— el hombre siempre busca un objeto que lo ayude a alcanzar ese estado. El amor está en ese centro: busca alcanzar la “promesa de unidad narcisista y complementación con el Otro primordial, que es imposible por estructura”. La conciencia moral no se aplica a nada de lo que acontece a favor del objeto; en la ceguera del amor, uno se convierte en criminal sin remordimientos. La situación puede resumirse cabalmente en esta fórmula: el objeto se ha puesto en el lugar del ideal del yo (Freud 1921, p. 107). Para Freud, el narcisismo y el amor van de la mano.

“Nadie se va a reír”, “La dorada manzana del eterno deseo”, “El falso autostop”, “Symposion”, “Que los muertos viejos dejen sitio a los muertos jóvenes”, “El doctor Havel al cabo de veinte años” y “Eduard y Dios”, los cuentos que integran El libro de los amores ridículos, nos recuerdan la frase del psicoanalista francés Jacques Lacan “Amar es dar lo que no se tiene” y ante esta imposibilidad de dar, las historias nos cuestionan ¿Qué tan ridículo es el amor? ¿Somos ridículos al amar? ¿Somos ridículos hasta caer en la pena?

Como no es mi intención anticipar la trama de estas historias, sólo comentaré una de estas que me resultó divertida y nostálgica. “Que los muertos viejos dejen sitio a los muertos jóvenes” narra la angustia de una mujer que visita la tumba de su marido y descubre que sus restos han sido sustituidos por otro muerto.

 

Enfadada, se dirigió a la administración del cementerio. Allí le dijeron que, al expirar el plazo de alquiler, las tumbas se liquidan automáticamente. Les reprochó que no le hubieran advertido previamente que debía prolongar el alquiler y le respondieron que tenían poco sitio en el cementerio y que los muertos viejos debieran dejar sitio a los muertos jóvenes. Aquello la indignó y les dijo que no sabían una palabra de humanidad y respeto por las personas, pero comprendió que la conversación era inútil. Del mismo modo en que no había podido impedir la muerte de su marido, ahora se encontraba igualmente desarmada ante su segunda muerte, esa muerte de «muerto viejo» que ya no puede existir ni siquiera como muerto.

 

De forma casual se encuentra con un viejo amigo más joven que ella, quien la invita a tomar un café a su casa. Ahí conversan y se plantean cosas que han cambiado con los años como la ciudad o sus propios cuerpos, a lo cual pretenden no dar suma importancia. Él recuerda su veneración y sentimiento hacia ella:

 

Sabía todo eso, pero todo eso no eran más que pensamientos y los pensamientos nada pueden contra el deseo, que sólo sabía una cosa: la mujer cuya inaccesibilidad e inimaginabilidad le habían hecho sufrir durante quince años, esa mujer está aquí, por fin puede verla a plena luz, por fin puede leer en su cuerpo actual su cuerpo de entonces, en su rostro actual su rostro de entonces. Por fin puede leer su (inimaginable) gesticulación amorosa y su espasmo amoroso. La cogió por los hombros y la miró a los ojos:

—No se me resista. No tiene sentido que se resista.

 

Hasta acá dejo “Que los muertos viejos dejen sitio a los muertos jóvenes”, cuento de amor nostálgico. Aquí no hay carta alguna pero queda la sensación de melancolía sobre lo no dicho, lo que sólo se expresa en palabras escritas de amor, que como dijera Fernando Pessoa:

 

Las cartas de amor, si hay amor,

tienen que ser ridículas.

Pero, al fin y al cabo, sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor

sí que son ridículas.

 

Exhorto a leer a Milan Kundera en cualquiera de sus libros. En ellos se reúnen la Filosofía, la crítica acertada al sistema, así como la complejidad de la naturaleza humana: el amor y el narcisismo, el peso y la levedad, los extremos en una danza interminable. Que en paz descanse el gran autor checo.

 

Referencias

El libro de los amores ridículos. Milan Kundera. Tusquets México. (2017)

Introducción del narcisismo. Sigmund Freud. Obras completas Volumen XIV. (pp. 65-98) Buenos Aires: Amorrortu Editores. (1992)

La insoportable levedad del ser. Milan Kundera. Tusquets México. (2018)

“Muere Milan Kundera a los 94 años”. El país. Consultado en  https://elpais.com/cultura/2023-07-12/muere-el-escritor-milan-kundera-a-los-94-anos.html

Fabiola Morales Gasca

Fabiola Morales Gasca Licenciada en Informática por el Instituto Tecnológico de Puebla. Egresada de talleres literarios en la Casa del Escritor y la Escuela de Escritores. Terminó el Diplomado en Creación Literaria en la SOGEM-IMACP de Puebla. Maestra en Literatura Aplicada por la Universidad Iberoamericana. Autora de los poemarios “Para tardes de Lluvia y de Nostalgia” 2014 y “Crónicas sobre Mar, Tierra y Aire” 2016 Editorial BUAP. Libros infantiles “Frasquito de cuentos” y “Confeti” 2017, BUAP y Libro de minificciones “El mar a través del caracol” Editorial El puente 2017. El niño que le encantaban los colores y no le gustaban las letras 2018. Luciérnagas 2020. Participante de varias antologías en España, Paraguay, Chile, Colombia y México. Lectora voraz y escritora incansable.

Fabiola Morales Gasca
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