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Reensamblando París mediante la escrito-fotografía

Reensamblando París mediante la escrito-fotografía

Enero 29, 2021 / Por Antonio Arellano Hernández y León Arellano Lechuga

Antonio Arellano Hernández[1] y León Arellano Lechuga[2]

 

París ciudad invisible[3] es un libro difícilmente clasificable, pues el filósofo Bruno Latour y la fotógrafa Émilie Hermant han inventado una retórica para las ciencias sociales difícil de aprehender en la medida que mezcla las imágenes con el texto y el texto mismo que está escrito mostrando la circulación de referencias que permiten abordar el mundo contemporáneo, tomando como objeto de estudio la vida que ocurre en una ciudad. Un tratado como París ciudad invisible requiere de un lector capaz de pasar de un asunto a otro sin solución de ruptura y de sostener en copresencia elementos heterogéneos, pero este lector no hay que inventarlo en sus piezas pues cotidianamente los lectores de diarios y revistas realizan estos ejercicios sin ninguna pedagogía especial. En este sentido, se trataría de desarrollar la confianza en el lector de no requerir un “especialista de la sociedad” que agregue su jerga a la incesante circulación de trazas de los colectivos inscritas en toda la extensión de la ciudad.

En esta obra, Bruno Latour y Émilie Hermant exponen una epistemología de lo social con base empírica surgida a la par del seguimiento de los trazos que avanzan en la construcción de modelos sociales, los cuales casi siempre consideramos como ya dados. En un primer momento, los autores reflexionan acerca de las inscripciones para mostrar su numerosa e indispensable presencia en la ciudad, ya sea como pancartas fijas o memorias móviles (bordereaux), usadas para designar fenómenos o totalidades parciales. Se trata de mostrar que en las propiedades de las imágenes subyacen las condiciones necesarias para desplegar su capacidad de designación. Después abordan la construcción de las dimensiones, las escalas y las totalidades observables. Posteriormente analizan, el papel de formateo del mobiliario urbano mediante las nociones performar (o desempeñar), estandarizar y escenarizar. Por último, apuntan hacia el vasto espacio vivencial que la trans-formación de elementos humanos y no humanos permite y en el cuál son aún posibles otras formas de coexistencia.

Así, Latour-Hermant proponen como método para conocer la ciudad, hacerla visible mediante un recorrido entre los mediadores que proliferan en la urbe y que la hacen posible. Dicho de modo sintético, el París visible está soportado por el invisible y éste no es otro que la tecnicidad y la tecnología intelectual que sostienen la vida colectiva en la ciudad.

Si las ciudades invisibles de Calvino son inexistentes empíricamente, el París invisible está constituido por las redes colectivas que sostienen el París visible, que permiten a los urbanitas, entre muchas cosas, respirar, transportarse, asearse, analizarse psicológicamente, recrearse, enamorarse, elegir a sus representantes, etc. Las redes que hacen visibles Latour-Hermant sustentan la vida parisina; pero aún más, el París invisible está inscrito y se reinscribe de conformidad con una ergonomía a la escala de la ciudad. Así, el trabajo de rendir visible a lo invisible no sigue la epistemología del descubrimiento de la filosofía del sujeto-objeto sino que es la epistemología de la reconstrucción del proceso de inscripción y de construcción de las redes de colectivos y artefactos, las cuales se encuentran en situación de cajas negras para los ciudadanos legos, mismos que, en situación de operarios, maniobran en las redes que tejen el soporte operacional de la ciudad.

En la primera secuencia, “Caminar” (Cheminer), se expone que, para dominar una totalidad, es imprescindible ocultarse de ella e inscribirla en algún soporte; sólo entonces es posible abarcar con la vista un conjunto de relaciones entre entidades diversas hasta entonces invisible.

En la segunda secuencia, “Dimensionar” (Dimensionner), se recorre la laboriosa y constante construcción de las dimensiones, escalas, conjuntos y contextos de los fenómenos, se trate del cielo de los astrónomos, de los meteorólogos o de los precios de mercado del durazno.

La tercera secuencia de París ciudad invisible, “Distribuir” (Distribuer), está consagrada en principio a los objetos, a la materia y, en este caso, particularmente al mobiliario urbano. Estos objetos, sostienen los autores, tienen un papel de formateo. Son dispositivos que colocarían a los humanos en el papel de oligóptico: conectado, parcialmente inteligente, ciego y localmente completo.

En la secuencia final, “Permitir” (Permettre), aparece una noción de institución en la cual el movimiento continuo de cuerpos, artesanos, administradores, instituciones y otras entidades, permite una renovación en el mismo sitio; y esto es justamente lo que propone realizar los autores en el vasto espacio analítico que se obtiene al mirar las pequeñas redes.

París ciudad invisible es un libro que pretende mostrar la inexistencia de estructuras sociales, de organizaciones sociales o de divisiones ya establecidas de antemano que permitan y den sentido a la existencia en común; es decir, en ciudad. Las diferentes entidades que conforman el mundo de los colectivos se interrelacionan, transformándose y circulando por trazos que pueden hacer visibles y que no están determinados por alguna distribución predeterminada.

Desde luego falta la contribución del lector. Sus opiniones se integrarán al plexo de interpretaciones sobre la obra, tal y como esta doble presentación se le ha adjuntado. De cualquier modo, son tantos los puntos epistemológicos y conceptuales que este ensamble de texto y de imágenes hace evidentes que el lector disfrutará de la gran perspicacia y belleza con la que los autores nos permitirán ir haciendo visible al París invisible.

 

[1] Investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México.

[2] Investigador independiente.

[3] Paris ciudad invisible (Universidad Autónoma del Estado de México, 2010) es la traducción realizada por Antonio Arellano Hernández del libro de Bruno Latour y Émilie Hermant, Paris Ville Invisible (La Découverte, París, 1998). Se trata de un trabajo excepcional sobre una obra extraordinaria.

 

Antonio Arellano Hernández y León Arellano Lechuga

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