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Una mirada social hacia la naturaleza

Una mirada social hacia la naturaleza

Mayo 20, 2022 / Por Alejandro Hernández Daniel

Foto de portada: Hierson Rojas, sociólogo. Cortesía del entrevistado.

 

Al volver a leer algunas de mis colaboraciones anteriores en este espacio, tuve un momento de reflexión al notar que no había tenido la oportunidad de dialogar ni conocer de manera personal a algún sociólogo o socióloga local de formación que tuviera el interés u objeto de estudio hacia otras ciencias como biología, física, química, etcétera y el quehacer de los profesionales de estas, por lo que me di a la tarea de buscarlos. Después una búsqueda en Google, di con uno que vive relativamente cerca de mi casa, quien daba muestras de tener un interés muy particular por las plantas. Así que acordé un encuentro con el sociólogo Hierson Rojas, originario de Puebla.

—¿Por qué elegiste estudiar sociología?

—Siempre tuve interés por saber cómo se comportaba la sociedad, entender sus dinámicas, juicios y razonamientos. Mi interés creció al tener, durante la preparatoria, una clase increíble de ciencias sociales impartida por un sociólogo. A partir de ahí decidí que estudiaría sociología.

—¿Cuál fue el título de tu tesis en la licenciatura?

—Mi tema de tesis sufrió varios cambios. Al inicio intenté pensar a la naturaleza como concepto desde la sociología de las religiones, pero fue al leer Sobre el lenguaje en general y sobre el lenguaje de los humanos, de Walter Benjamin (1998: 59-74),[1] que todo cambió. Enfoqué mi esfuerzo en pensar a la naturaleza como concepto e identidad y ver cómo este esfuerzo intelectual heredado por diversas generaciones se desvanecía en la catástrofe.

—¿Qué siguió después de titularte como sociólogo?

—Nunca me ha gustado la vida académica, aunque me mantuve activo asistiendo a diversos seminarios en la Universidad de Puebla y en la UNAM. He trabajado como traductor para la editorial Herramienta (Buenos Aires, Argentina), como corrector y proyectos de investigación independiente con Santiago López Petit.[2] He gestionado eventos culturales, seminarios, coloquios y exposiciones. En 2015 comencé a trabajar en el Jardín Etnobotánico Francisco Peláez R., en Cholula. Y desde el 2019 tengo un proyecto con algunos amigos llamado: Naturailesa. Experiencia sensible.

—¿Qué lecturas consideras indispensables en la formación de cualquier sociólogo?

—No sabría decir qué lecturas son indispensables. Puede ser desde un manual general sobre sociología o simplemente seguir a la intuición y disciplina del autodidacta.

—¿Con qué colegas sociólogos has colaborado, conocido o mantenido una buena relación a nivel regional, local o internacional?

—Más que tener colegas, he tenido la fortuna de hallar amigos, no sólo sociólogos, también de otras disciplinas, profesiones e intereses muy diversos.

—¿Cómo ocurrió tu llegada al Jardín Botánico Francisco Peláez R.? ¿En qué te desempeñabas?¿Cuánto tiempo permaneciste trabajando en este lugar?

—Laboré en el Jardín Etnobotánico durante casi cinco años. Llegué ahí por invitación de John Holloway[3] para apoyar en la dirección y administración del Jardín durante dos años. Estuve casi año y medio en el área de difusión y cultura. Mi último cargo fue en el área de Vinculación, además de apoyar durante mi estancia en el área de Educación Ambiental, atendiendo visitas escolares y asesorías. Mi último año lo disfruté mucho. Fue un año de muchas alianzas y nuevos proyectos, compartimos con los amigos de Jazzatlán, creamos jardines e impulsamos proyectos sustentables en la región.

—Tengo entendido que tienes una empresa llamada Naturailesa. ¿Qué es lo que ofrece?

—Desde 2019 creamos Naturailesa. Experiencia sensible. Nos dedicamos a crear jardines biodiversos, sustentables y naturalistas. El nombre es una alusión a pensar que frente al concepto de “Naturaleza” como identidad destruida, persiste un movimiento silencioso de la vida misma: Naturailesa.

—Dentro de la elaboración de estos jardines biodiversos, mencionaste algo interesante: que trabajas con plantas nativas de la región. ¿Cuál es la importancia de su dispersión?

—Las plantas nativas son importantes porque forman parte de nuestra memoria cultural, vivencial y del paisaje, además de que brindan servicios ecosistémicos a otros seres vivos: mariposas, abejas, aves, insectos, anfibios, reptiles, etc. Son plantas de bajo mantenimiento y acostumbradas al clima y región en el que habitamos.

—A lo largo de nuestro encuentro has mencionado varias veces la palabra “ecología” ¿Cómo se dio tu acercamiento desde la sociología a esta disciplina de la biología?

—El acercamiento surgió a partir de trabajar con plantas. Era necesario conocer más sobre ellas, su desarrollo, cuidado y propagación, además de entender la relación entre los humanos y otros seres vivos. Así, el Jardín o la creación de éste, sería el vínculo práctico y vivencial de entender esta relación. Ecología y conservación entrarán a escena desde estos intereses, sin alejarme de mi formación como sociólogo.

—¿Cuál es tu punto de vista respecto a que en que la sociología, y como sociólogo que eres, se fomente el acercamiento a profesionales de otras ciencias como la biología, química, física, etcétera?

—Las disciplinas tienen cierta importancia por enfocarse a temas muy, muy peculiares; pero en este momento, necesitamos crear y trabajar desde diversas áreas y conocimientos para responder y solucionar el mal que TODOS hemos hecho a este planeta.

—¿Podrías recomendar algunas lecturas o autores que puedan orientar al estudio de la Ciencia y la Tecnología?

—En los últimos días, he estado muy emocionado leyendo a Stefano Mancuso,[4] La nación de las plantas y Biodiversos. Aunque en realidad cada lectura puede hacernos pensar en ciencia y tecnología, basta adentrarse a novelas, poesía o sencillamente la intuición de alguna pregunta que tengamos desde siempre y buscar cómo resolverla.

—Por último, ha llamado mi atención que tienes una afición ¿Puedes compartir un poco de cuál se trata?

—Desde pequeño tengo momentos muy agradables con mi padre yendo a funciones de lucha libre. Recientemente mi afición ha crecido, quizá porque veo ese cuadrilátero como una ficción de la realidad misma. El teatro del bien y mal, el grito, enojo y la creatividad en cada luchador, me parece un resquicio de lo que vivimos como sociedad. Veo también mucho compañerismo y ánimo de vivir una ficción público-luchador por lo menos durante dos horas.

 

 

[1] Benjamin, Walter, “Sobre el lenguaje en general y sobre el lenguaje de los humanos” en Para una crítica de la violencia y otros ensayos. Iluminaciones IV, Taurus, Barcelona, 1998, pp. 59-74.

[2] Filósofo y químico español. Ejerce la docencia de Filosofía en la Universitat de Barcelona.

[3] Académico de origen irlandés del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la BUAP.

[4] Botánico y académico italiano del Departamento Forestal, Agricultura, Alimentación y Entorno perteneciente a la Universidad de Florencia.

Alejandro Hernández Daniel

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