De color humano

Lima y su mar de emociones

Lima y su mar de emociones

Agosto 11, 2023 / Por Eliana Soza Martínez

(Crónica de mi participación en la 27 Feria Internacional del Libro de Lima)

 

Fotos, cortesía de la autora.

 

Después de varias horas de viaje y espera en aeropuertos, el último avión, ya con la noche encima, anunciaba que estábamos a punto de aterrizar en Lima. Por la ventanilla pude distinguir el mar que, a pesar de las sombras, me dio la bienvenida con sus olas cantarinas brillando al son de las luces del puerto y de algunas barcazas en sus aguas. Su espuma golpeando las piedras me enamoró al instante.

Luego de pasar por migración, me asombró el tamaño del aeropuerto “Jorge Chávez”. Un señor muy amable me recogió y, al enterarse de que llegó desde Bolivia, grabó su juventud cuando escuchó a Los Kjarkas o Los Ronisch que, según me contaba, eran bastante populares en los años noventa y que varias veces llegaron a la ciudad. Los escuchamos, mientras yo me quedé maravillada por la noche limeña, que me recibió ya con un aroma salino y la humedad que se pegaba a mi piel. El hotel, cómodo y elegante, tenía una hermosa vista hacia un parque y una calle llena de cafés y tiendas elegantes.

Al día siguiente, en el desayuno, me encontré con la escritora mexicana Fernanda Melchor, con quien me animé a hablar y, luego de conversar un poco, nos fuimos a tomar un té frente al hotel. Fue lindo conocer algo de su proceso creativo y su experiencia en viajes a diferentes ciudades; coincidimos en nuestro amor por los gatos. Al medio día me encontré con mi querida amiga Maritza Iriarte, microficcionista peruana, y su hija. Me llevé a comer y conversamos sobre la feria. Recordamos nuestro encuentro en Santa Cruz y compartimos los cambios en nuestras ciudades, que al parecer cada día se transforman en lugares más inseguros.

Por la tarde fui a las instalaciones de la Feria Internacional del Libro de Lima. Caminé emocionada y con asombro a través del mar de pasillos y pasadizos flanqueados por stands de libros de grandes editoriales y librerías, así como de otras independientes y más pequeñas. Las personas, a manera de olas inundaban el sitio, buscando material para su lectura. La maravillosa marejada de libros me impactó, al igual que el sinnúmero de salas en las que cada hora se llevaron a cabo presentaciones, mesas redondas y charlas, con asistencia de público interesado.

 

 

Después de perderme, contemplando ensimismada este maravilloso paraíso marino para una lectora, me fui a la sala Clorinda Matto, donde se realizaron las dos actividades en las que participaría. La primera: Conociendo más de la literatura de terror en Latinoamérica , junto con Elton Honores. Empecé comentando sobre la larga tradición del continente en nuestro y cómo se ha ido transformando de un simple eco de lo que se escribió en el norte y Europa a definir un estilo propio y auténtico.

Sobre todo, quise compartir el trabajo de escritoras y escritores bolivianos que están cultivando el terror y el horror, en especial del sur de Bolivia y del oriente, de donde conocía más autores. Por su parte, Elton comentó sobre la tradición peruana en el género y su perspectiva del material en su país. Una de las conclusiones que sacamos en la mesa fue: Una de las fuentes y temáticas de interés de los creadores, por lo menos de esta parte de mi país, es el rescate de las leyendas, mitos y monstruos locales a la hora de contar historias y lo que parece que llama la atención desde Santa Cruz, son los movimientos relacionados con las sectas religiosas y el metal rock. Algunos de los nombres de los que hablé fueron: Homero Carvalho, en su libro Las noches del deseo y otros cuentos de terror(2023), Hugo Revollo, en su libro Cuentos para ser leídos a las 3 de la mañana (2014), Edgar Sandoval Yugar, con su novela Yawar Pampa (2006), Roger Andrei Churata Flores, autor de Leyendas en color y letras e Historias del otro Lado , Las crónicas del Supay (2015) de Sisinia Anze, Maximiliano Barrientos, en su novela Miles de ojos (2021), y Eva Sofía Sánchez, en su novela corta Tenemos Sed ( 2022), obra transmedia. Además de nombrar a Miguel Sequeiros, Vanessa Giacoman, Graciela Ortuño, Jorge Saravia Chuquimia, y César Verduguez.

Minutos después llegaron mis compañeras de la segunda mesa, Narrativa insólita escrita por mujeres: Gabriela Arciniegas, de Colombia, Rocío Qespi, de Perú, quien reside en Estados Unidos, y Solange Rodríguez Pappe, de Ecuador. Esta vez también empecé presentando a las escritoras bolivianas, una de ellas invisibilizada en la época de la publicación de su libro, que fue el único en vida. Les hablo de María Virginia Estenssoro (1902-1970), El Occiso (1937), Marcela Gutiérrez (1954) La mujer que no se equivocaba (2007), Alisson L. Spedding (1962), con su novela De cuando en cuando Saturnina ( 2004), Giovanna Rivero (1972), con Para comerte mejor (2015) y Tierra fresca de su tumba (2021), Sisinia Anze (1974), conEl abrigo negro (2009), Liliana Colanzi (1981), Ustedes brillan en lo oscuro (2022), Eva Sofía Sánchez, en su novela corta Tenemos Sed , y otras escritoras como Ana Treviño, Graciela Ortuño y Angélica Guzmán Reque. Gabriela habló sobre la escritora Clarice Lispector, cómo un cuento y una novela podrían adscribirse dentro de lo insólito. Rocío dio a conocer a más de cuarenta escritoras peruanas que a lo largo de la historia literaria del hermano país escribieron textos en el género fantástico y, finalmente, Solange habló sobre las escritoras ecuatorianas.

 

 

Tras conversar con algunas personas después de los eventos, el presidente de la Cámara Peruana del Libro, Wilfredo del Pozo, nos invitó a conversar con él sobre las actividades y algún proyecto de antología de escritoras latinoamericanas que se podría realizar. Después de asistir a una presentación de la editorial Pandemonium, fuimos entre varios amigos y amigas a comer pizza y tomar unas cervezas al hermoso barrio de Miraflores.

Al día siguiente, Rocío Qespi me esperaba para presentarme al mar, primero desde una vista sobre grandes acantilados, donde se podía admirar la inmensidad de sus aguas, creando infinitos bucles con sus olas y luego, al bajar un camino de gradas, pude encontrarlo de cerca. Al verme a unos metros de él, como si me hubiera vuelto a ser una niña, corrí a su encuentro, resbalando en medio de las piedras que me separaban de él. Toqué o más bien acaricié su humedad y, como si fuera un animal, la espuma de sus olas, varias veces, me alcanzaron mojando mis pies. De alguna manera, sentí cómo su fuerza llegaba hasta mí. Luego de subir el largo camino, nos sentamos en un hermoso café con vista al mar y conversamos sobre la vida y la literatura de nuestros países.

Al medio día tuve otra experiencia, esta vez con la comida. Por primera vez probé un delicioso ceviche, un plato de fondo que se llamó La pesca del día, en una salsa de mango y un pie de frutos rojos, servidos en un bello frasco. Por la tarde quería asistir a la décima tercera Jornada de Microficción, así que volví a la Feria del libro, donde me encontré con Maritza Iriarte, Alberto Benza y Fabiola del Mar. Poco después, también con amigos que conocí gracias a las redes y que por fin pude abrazar, Ricardo Sumalavia y Kathy Serrano. Al finalizar el evento, Alberto me invitó a la testera para participar de la presentación de la primera Antología de microficción boliviana, Paradojas del infinito, compilada por Homero Carvalho y editada por la editorial peruana Micrópolis. Para mí fue un honor representar a mis 32 compañeros y compañeras y además a mi maestro en este evento histórico. Pasado la actividad, compartir con los y las microficcionistas locales fue un deleite porque intercambiamos libros y planos para más proyectos.

Antes de irme fui a comprar libros de Pandemonium editorial y otros para mis hijos. El tiempo pasó tan rápido, ya solo me dejó recoger mis maletas e irme al aeropuerto. El viaje de regreso, en medio de la noche, fue largo pero dulce, recordando todas las experiencias vividas en un par de días intensos. Estoy seguro de que me llevo lo mejor de la 27 Feria Internacional del Libro de Lima y de ese mar que me acogió, haciendo realidad el sueño de conocerlo.

 

Eliana Soza Martínez

Eliana Soza Martínez (Potosí, Bolivia) Autora de Seres sin Sombra (2018). 2da. Edición (2020) Ed. Electrodependiente, Bolivia. Junto a Ramiro Jordán libro de microficción y poesía: Encuentros/Desencuentros (2019). Antología Iberoamericana de Microcuento (2017), compilador Carvalho; Escritoras bolivianas contemporáneas (2019) compiladoras: Caballero, Decker y Batista, Ed. Kipus. Bestiarios (2019), Ed. Sherezade, Chile. El día que regresamos: Reportes futuros después de la pandemia (2020), Ed. Pandemonium, Perú. Brevirus, (2020), Brevilla, Chile. Pequeficciones: piñata de historias mínimas (2020) Parafernalia, Nicaragua. Historias Mínimas (2020), Dendro Editorial, Perú. Microbios, antología de los Minificcionistas Pandémicos (2020), Dendro Editorial, Perú. Caspa de Ángel: cuentos, crónicas y testimonios del narcotráfico, Carvalho y Batista. Umbrales, Antología de ciencia ficción Latinoamericana (2020), Ediciones FUNDAJAU, Venezuela. https://www.facebook.com/letrasenrojo Instagram: @Eliana.Soza https://www.youtube.com/channel/UCJC8RtYxDvq0JVrb2ZIioeg

Eliana Soza Martínez
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