De color humano
Marzo 12, 2021 / Por Eliana Soza Martínez
Una niña en cualquier pueblito alejado ve cómo su madre se ha ido consumiendo por el trabajo de siembra y cosecha de la tierra, el cuidado de su casa y de sus hermanos. Cuando piensa en su futuro se le ocurre que la repetición de esa vida es el único que le espera. En alguna ciudad, otra pequeña ve a su joven madre concentrada en su oficina, sin tiempo para compartir juntas, casi no la conoce ni se interesa por sus problemas o sus sueños, pero le compra todo lo que desea. Para ella, el porvenir está marcado por la importancia de las cosas materiales, aunque no entiende su verdadero valor.
Estos dos entornos opuestos no están lejos de ser realidades que se viven todavía en muchos países latinoamericanos. En este mes, que se recuerda el Día Internacional de la Mujer, me puse a reflexionar sobre cuáles son las situaciones determinantes para que una niña, que luego se convertirá en mujer, alcance la felicidad y una vida plena.
Coincidirán conmigo que son muchas las circunstancias ajenas que atraviesa una mujer, desde el lugar donde nace, la familia en la que se cría o la ausencia de ésta, el tipo de educación que recibe, las personas con las que se relaciona, la sociedad en la que vive, su situación económica, etc. Sin embargo pienso que existe un factor trascendental en la existencia de cualquier ser humano, pero en especial del género femenino y es la autoestima.
Ustedes se preguntarán ¿por qué primordialmente en la vida de las mujeres? La respuesta es sencilla: porque en toda la historia nos han tocado circunstancias más adversas para desarrollarnos. Por ejemplo, desde hace unas décadas atrás no se tomaba en cuenta nuestra voz, no teníamos acceso pleno a la educación, a la salud ni a las oportunidades para un desarrollo integral. Hoy todavía nos quedan desafíos, a pesar de los grandes avances que las sociedades en el mundo han dado en el restablecimiento de nuestros derechos.
Es por eso que para afrontar los más variados retos, la autoestima se convierte en un factor que puede marcar la diferencia. Es una herramienta fundamental en el camino hacia su realización integral. Es la base para desarrollar una personalidad y un carácter fuertes, estables y congruentes que les permitan superar los obstáculos que se les presentarán en su camino. No obstante, a pesar de que existe la posibilidad de ser cultivada por una misma, es en la infancia, la época ideal en la que debe ser desarrollada, dependerá de las personas cercanas motivar la seguridad y amor a sí mismas entre las pequeñas.
Imaginemos de nuevo estas dos circunstancias: la niña que describí antes, que vive en un pueblito alejado y, a pesar de su realidad, tiene una maestra que le ha estimulado en el aula, demostrándole que es única, valiosa e inteligente. Entonces la pequeña irá recuperando su autoestima y afrontando con más confianza sus circunstancias al creer en ella. Por tanto su visión de futuro cambiará de forma positiva, es probable que termine la escuela, el colegio y si las circunstancias son favorables hasta puede estudiar en la universidad.
De la misma forma la niña de la ciudad, si tiene la suerte de toparse con una prima, tía, abuela o maestra que fortalezca su autoestima, a pesar del vínculo negativo con su madre, podrá entender que es irrenunciable el derecho de ser amada y por tanto merece todo lo bueno. Por ejemplo crecer en su desarrollo intelectual sin dejar de lado su familia y que es más importante el ser que el tener.
En estas postales observamos el alcance que tiene valorarnos, amarnos y aceptarnos como somos para afrontar cualquier escenario. Conociendo las propias debilidades y defectos, pero sin olvidar las virtudes y fortalezas que nos caracterizan. Siendo mujeres significa que nuestro amor propio, contribuirá a enfrentar y superar los obstáculos que todavía encontramos en la sociedad. Desde sufrir violencia intrafamiliar, tener que dejar el desarrollo educativo o técnico por la maternidad. No ser evaluadas de manera objetiva en las capacidades profesionales adquiridas en comparación con las de un hombre; por tanto no ganar el mismo sueldo que un colega varón. No poder viajar solas por la inseguridad que esto conlleva y así podríamos seguir llenando páginas y páginas.
Si formamos niñas que luego se convertirán en mujeres con una buena autoestima lograremos que estén seguras de encontrar soluciones a los problemas que se les presenten y a tener una mirada positiva frente a cualquier circunstancia. La confianza en ellas mismas las impulsará a luchar y conseguir sus sueños. Las convencerán de que si cometen errores en su vida no es una opción hundirse, sino que aprenderán de sus experiencias y volverán a intentarlo las veces que sean necesarias. Tendrán la habilidad de tomar decisiones en diferentes ámbitos; por tanto serán persistentes y nunca se darán por vencidas, porque su seguridad contribuirá a que alcancen cada una de sus metas. Esto las convertirá en seres felices que tengan la capacidad de ver lo bueno en los demás y en el mundo que las rodea.
Esta confianza y amor propio se constituirán en la fuente para compartir estas cualidades con los demás ayudando a encontrar tranquilidad. El rol en el que podremos influir de forma directa será como madres, tías, hermanas, maestras, asesoras, etc., trasmitiendo buenos sentimientos a los pequeños. Por tanto, poco a poco se formarán generaciones de seres humanos asertivos y completos, que busquen el bienestar común. Esto a partir de motivar a que las mujeres tengamos una mejor autoestima, en especial para ser felices, ya que todas merecemos serlo plenamente.
Eliana Soza Martínez (Potosí, Bolivia) Autora de Seres sin Sombra (2018). 2da. Edición (2020) Ed. Electrodependiente, Bolivia. Junto a Ramiro Jordán libro de microficción y poesía: Encuentros/Desencuentros (2019). Antología Iberoamericana de Microcuento (2017), compilador Carvalho; Escritoras bolivianas contemporáneas (2019) compiladoras: Caballero, Decker y Batista, Ed. Kipus. Bestiarios (2019), Ed. Sherezade, Chile. El día que regresamos: Reportes futuros después de la pandemia (2020), Ed. Pandemonium, Perú. Brevirus, (2020), Brevilla, Chile. Pequeficciones: piñata de historias mínimas (2020) Parafernalia, Nicaragua. Historias Mínimas (2020), Dendro Editorial, Perú. Microbios, antología de los Minificcionistas Pandémicos (2020), Dendro Editorial, Perú. Caspa de Ángel: cuentos, crónicas y testimonios del narcotráfico, Carvalho y Batista. Umbrales, Antología de ciencia ficción Latinoamericana (2020), Ediciones FUNDAJAU, Venezuela. https://www.facebook.com/letrasenrojo Instagram: @Eliana.Soza https://www.youtube.com/channel/UCJC8RtYxDvq0JVrb2ZIioeg
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