Ensayo
Agosto 30, 2024 / Por Fernando Percino
Al llegar al intermedio del libro Teatro Cocodrilo (Microdramas contra la dictadura de lo políticamente correcto), de Isaac Gasca Mata, aparece un epígrafe cuyo autor se hace llamar Crococtavio Paz. El verso dice: “Si dos cocodrilos se besan el mundo cambia”. Ya había reído bastante con el libro, pero al llegar a ese verso casi escupo el pulque de Gansito que estaba bebiendo en ese momento.
La dramaturgia de Isaac es resistencia frente a la política woke reinante, que prescinde, varias veces, de sentido común por darle prioridad a la victimización, como moda e instrumento de las clases dominantes para seguir subyugando a la sociedad posmoderna, en pleno apogeo del consumo y distribución del ego como su máxima fuente de poder.
Teatro Cocodrilo apuesta, se arriesga y triunfa con la sagacidad de su humor negro, confeccionando por un análisis complejo y nada gratuito que evidencia las problemáticas básicas de las ideologías reinantes (o al menos de muchos de sus militantes) y la nociva romantización de las causas justas, como aquellas que cimientan las piedras para llegar al infierno.
El libro consta de cinco microdramas, entre los cuales podemos encontrar a personajes: cocodrilos como protagonistas, que exhiben sin pudor su animalidad. Se nota en sus descripciones y desarrollo de arcos narrativos un notable estudio y fascinación por estas bestias por parte del autor. Reptiles que han sobrevivido en el planeta desde la era de los dinosaurios. Las metáforas que Isaac usa para describir a una sociedad a punto de ser vencida por la IA, con la ridiculización de la ciencia, representada por una doctora cocodrilo en el primer drama; la deshumanización en el proceso de consumo de productos de moda en el segundo apartado o la asimilación de un romance entre un cocodrilo sin escrúpulos y una mujer con rasgos acentuados de ser una capitalista rapaz, ya van dando una idea de la sátira grotesca que la obra pretende mostrar. En los últimos dos microdramas encontramos una historia ácida sobre el tráfico de ideas, de personas, de sentimientos: una constante exhibición de identidades falsas, como ocurre actualmente con las personas, los gobiernos, las descarnadas redes de mercado. El libro finaliza con una tragedia de un engaño, en un drama familiar y aparece, de forma sutil, el cocodrilo Gustav, el cual existió y habitó en el Rio Nilo no hace muchos años; hay quienes aseguran que llegó a comerse al menos a unas 300 personas.
Si bien las luchas sociales por la igualdad de género, como el feminismo o las causas LGBT están legitimadas por registros históricos que dan testimonio evidente de una injusticia reinante debido a una imposición sistemática del rencor, ninguna causa debería ser atravesada por sentimentalismos que les nublen la razón a sus militantes. Teatro Cocodrilo (Microdramas contra la dictadura de lo políticamente correcto) resultará muy incómodo para algunas lectoras y lectores, como suele ocurrir con la buena Literatura, destinada a ser perseguida, por genética, por cualquier tipo de dictadura.
Es mexicano y nació en algún momento de los años ochenta; además es licenciado en Administración Pública por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Publicó cuentos en el suplemento cultural *Catedral* del diario *Síntesis*, la novela *Velvet Cabaret* (2015), el libro de cuentos *Lucina* (2016), el libro de crónicas *Diarios de Teca* (2016) y la novela breve *Volk* (2018). Fue miembro del consejo editorial de las revistas: *Chido BUAP* y *Vanguardia: Todas las expresiones*. Fue funcionario público. Actualmente es chofer de UBER y estandupero ocasional.
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