Gorilas en Trova

Aproximadamente una vaca

Aproximadamente una vaca

Mayo 31, 2022 / Por Maritza Flores Hernández

El azar juega sus cartas y a veces no lo entendemos. ¿Dónde está la belleza de una vaca? ¿Por qué inquieta tanto su pacífica presencia?

La poesía tiene el don no sólo de traer al presente todos los temas, sino de inducir a pensar en aquellos, que a pesar de su apariencia resultan hoscos, poco probables, al igual que la vaca.

Hay hechos imprevisibles: un libro o una revista recibidos en calidad de obsequio, leídos con prontitud porque pronto habrá un encuentro con el autor del regalo; es decir, hay algo que cambia o tuerce nuestros planes. De este modo, se descubren los poemas de Jacques Roubaud. El titulado “La vaca” despierta la curiosidad:

 

La

vaca

es

un

animal

que

tiene

aproximadamente

 

cuatro

patas

que

 

bajan

hasta

el suelo.

 

Jacques Roubaud, nacido el 5 de diciembre de 1932, en Caluire-et-Cuire, Francia, propone al lector infantil, en estos versos en forma de soneto —aunque sin seguir todas sus reglas—, de manera divertida, que reflexione sobre la vaca: animal famoso en todo el mundo por su actitud serena y productiva; por lo tanto, vinculado a la tierra fecunda, proveedora de vida y alimento.

De modo que este poeta francés acerca a la infancia las formas innovadoras del soneto con una gran tensión que impulsa al pequeño lector a meditar sobre algún aspecto de la naturaleza. Así, Roubaud logra atraer la atención de chicos y grandes.

Se debe mirar con atención: “La vaca es un animal”, claro, de eso ni duda cabe. Continúa:

 

…que

tiene

aproximadamente…

 

Esta frase rompe el orden lógico de la vaca. “Aproximadamente” implica aproximación, es decir, se trata de una representación inexacta de algo que, en matemáticas, se aplica a los números, porque no se cuenta con la información completa de un objeto complejo, en análisis.

Agrega el poeta:

 

…que

tiene

aproximadamente

 

cuatro

patas…

 

Esto es, de la vaca se sabe que es un animal que tiene patas, pero verdaderamente, ¿cuántas patas tiene? El propio Roubaud en “En ensayos y poemas” —traducido del francés por José Luis del Castillo, Francisco Castaño, Jesús Munárriz, Jorge Reichman, Ada Salas y Jenaro Talens, publicado en la revista Poesía y poética, número 35, otoño 1999, Universidad Iberoamericana, narra, después de leer el poema (es un soneto), ante niños y niñas de una escuela, y de discutir la palabra “aproximadamente”:

 

…manifestaron su total desaprobación: por qué dices “aproximadamente”. Me dijeron…una vaca ¡claro que tiene cuatro patas. ¿de veras? Les respondí y ¿cómo lo sabéis? ¿Las habéis contado?… les dije que como yo no había contado las patas de todas las vacas, no podía estar seguro del hecho de que todas tuviesen exactamente ese número de patas. Tal vez en algún sitio, en Saboya, por ejemplo, había alguna que tenía cinco patas, o tres. Les dije que las vacas eran animales grandes, que con frecuencia no era posible ver juntas todas sus patas y que, como consecuencia, era difícil contarlas; que por eso era, por prudencia, para no decir algo falso, por lo que había puesto aproximadamente…

Roubaud argumenta que, posiblemente, se tratara de un acto irresponsable de su parte. Sin embargo, él es un matemático, por consiguiente, los números inundan sus versos. Propone observar la complejidad del mundo lejos de las apariencias; simultáneamente lo expresa con cierta ironía.

La vaca es un animal, generalmente, de cuatro patas. Pero esto no es absolutamente cierto, porque, efectivamente, podrían existir vacas con tres o cinco patas y seguirían siendo vacas.

¿Dónde radica la esencia de una vaca?

Esta es una pregunta que demuestra la complejidad de retratar a un ser vivo de excepcional interés, como la vaca, puesto que es considerada en diversas culturas a modo de símbolo de poderes y virtudes indispensables para la humanidad.

Por ejemplo, en el budismo es el animal encargado de guiar al hombre a la iluminación. En China existe la expresión “vaca negra”, significando el principio femenino, origen del cielo y la tierra. En el antiguo Egipto, la vaca aparece llevando entre sus cuernos el disco solar, identificándola con el calor para los muertos, pero también como emblema de fertilidad y renovación.

De este modo, el poeta Roubaud, en este soneto, juega con las palabras y con los números, creando la expectativa de analizar e identificar a la vaca más allá del número de sus patas, pues agrega:

 

cuatro

patas

que

 

bajan

hasta

el suelo.

 

Las patas de la vaca, al bajar “hasta el suelo” indican, además de que no vuela, que su estatus es de equilibrio, pues no obstante venir de arriba —ya que de otra forma no podría descender—, toca la tierra, misma que comparte con los hombres, dejando a disposición de estos su sabiduría, fertilidad y renovación.

Es probable que sean estos los motivos por los cuales la vaca —animal de gran tamaño, de mugido grave y patas fuertes— en todas las culturas sea objeto de poemas, de alabanzas y de cuidado.

Como siempre, querido lector, Usted tiene la última palabra.

Mientras tanto, se deberá proseguir con la lectura de Les animaux de tout le monde (Todos los animales del mundo), de Jacques Roubaud, donde seguramente se descubrirán los retratos de muchos otros animales de indefinible belleza, divulgados por este escritor, poeta, ensayista, docente y traductor que hoy cuenta con 89 años de edad.

Maritza Flores Hernández

Cuentista, ensayista y también abogada. Egresada de Casa Lamm, donde hizo la Maestría en Literatura y Creación Literaria. Considera el arte, la ciencia y la cultura como un todo. Publica dos columnas literarias cada semana, en distintos diarios. Su obra ha formado parte de la antología de cuentos “Cuarentena 2020”.

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