Chandrayaan-3 y las lunas de Rodari

Es imposible suponer la existencia del planeta Tierra sin su satélite natural. La ilusión de pisar su suelo persigue a la humanidad con la fuerza del sueño y el horror de la pesadilla. Querido lector, ¿Usted ha imaginado un cielo sin Luna?

Pues aunque Usted no lo crea, el superinteligentísimo doctor Terríbilis, dicho en sus palabras, tuvo la meta de “pasar a la historia como el hombre más diabólico de todos los tiempos”.

Empeñado en ello, inventó y construyó el súper Crick Atómico, con el propósito de desaparecer a la Luna. Y, lo logró: la esfumó.

Gianni Rodari, autor del cuento “Doctor Terríbilis”, presenta la bellaquería propuesta por el protagonista del mismo nombre, completada cuando pide rescate en oro a cambio de la devolución de la cautiva.

Lo implica, la ha ocultado, sin haberla extinguido.

Por otra parte, este astro tiene un ciclo que le permite ser o no ser visible; y no importa si es de día o de noche; si es mañana clara o nocturno abismo; de cualquier forma, la gente sabe que ella está donde siempre.

Viene a la memoria el poema “Recuerdo”, del granadino Federico García Lorca:

 

Doña Luna no ha salido.

Está jugando a la rueda

y ella misma se hace burla. 

Luna Lunera

 

García Lorca —que no es ningún astrónomo, científico ni meteorólogo, sino poeta— tiene consciencia de que la Luna ha aceptado su única opción: danzar consigo misma, en un círculo continuo e interminable, entrando y saliendo de la vista de todos. Entonces, su ausencia, en un primer momento, no habría de llamar la atención de nadie: ¿en qué estaría pensando el doctor Terríbilis?

Pasado un tiempo, alguien, por ejemplo, la poeta Gloria Fuertes tendría que llamarla, como en su poema:

 

En las noches claras,

resuelvo el problema de la soledad del ser.

Invito a la Luna y con mi sombra somos tres.

 

El astro plateado no es el único solitario. Alumbra, sacando a relucir la sombra del individuo, involuntaria compañía con la que pone fin a la sensación de estar viajando separado de sí mismo.

Como se ve, ahora, hacen la rueda Gloria, su sombra y la Luna.

¿Cuántos seres humanos se divertirán de este modo?

Sin embargo, nada se ha dicho en cuanto a qué haría la gente si, de repente, notara que la Luna simplemente no está; que no se trata del juego de las escondidillas, y menos de una ausencia transitoria debido a las enormes humaderas y torbellinos de fuego, provenientes de los bosques incendiados en Grecia, Hawai, Canada y España.

Gianni Rodari (Omegna, 23 de octubre de 1920-Roma, 14 de abril de 1980), pedagogo, periodista y escritor italiano, en en este cuento intenta tres finales; cada uno con una resolución distinta, determinada por la actitud de las personas.

Ya podrá Usted, querido lector, figurarse las estrategias implementadas por los individuos y por las potencias mundiales (frase común en la época de Rodari, hoy se usa menos), para solucionar el asunto.

La tecnología implementada para incursionar en el espacio estaba al alcance de todos los personajes de Rodari, incluso del dr. Terríbilis.

Es factible, desde este texto, visualizar el súper Crick Atómico y algunos otros artefactos de aspecto intergaláctico. Uno se pregunta, ¿alguno podría recorrer la superficie lunar como lo hace el rover llamado Pragyan?

Pragyan es real, desde el 24 de agosto de este año, se dedica a explorar una fracción del terreno situado cerca del polo sur de la Luna, recolectando muestras para identificar, entre otros, si hay bancos de hielo y, en su caso, si estarían constituidos de agua congelada.

Que, ¿cómo y cuándo llegó ahí?

Pues este miércoles, 23 de agosto de 2023, poco después de las 18:04 minutos de la tarde, hora local de la India, la sonda espacial Chandrayaan-3 habría alunizado en las cercanías del polo sur de la Luna. De su interior descendería el módulo de aterrizaje Vikram y de éste emergería Pragyan.

Chandrayaan-3 y sus componentes: Vikram y Pragyan son una invención de los científicos de la Agencia de Investigación Espacial de la India, por sus siglas en inglés, ISRO.

Se ignora si, alguna vez, estos científicos leyeron a Federico García Lorca o a Gloria Fuertes; o si supieron del doctor Terríbilis; no obstante, sería sumamente difícil negar que están escribiendo una nueva historia, digna del mismísimo Gianni Rodari.

En la eventualidad de que Usted deseara enterarse de los tres finales de Rodari, tendría que leer el relato; en cambio, si quisiera estar al corriente de los avances de Chandrayaan-3, bastaría con echarle un vistazo a las noticias diarias.

Como siempre, Usted, querido lector, tiene la última palabra.