Efigenio Morales Castro y su Crónica del gusano sordo

La colección de cuentos Crónica del gusano sordo, de Efigenio Morales Castro, edición de autor, bajo el diseño de interiores y portada de Casa Bonsai, bien corresponde al horror escatológico, por lo que ante la incertidumbre de la fecha del fin de los tiempos cabe, Querido lector, asirse a la ficción ajena, puesto que en esta vida lo único seguro es la muerte.

Desde las líneas iniciales del primer texto, “Crónica del gusano sordo” —que da título a la colección—, hasta el octavo, “La máscara matutina”, aparece lo escatológico en su doble significado: primero, el final de los tiempos propios, no del universo. Segundo, lo sucio y desagradable durante el nacimiento y el actuar en la vida, y en el momento de la muerte: la corrupción del cuerpo y del mundo conocido.

Morales Castro presenta personajes poco o nada vinculados con creencias religiosas o con convicciones sobre la vida después de la muerte; por lo tanto, se ven obligados a superar sus angustias, fobias, depresiones, miedos, errores, delitos o ridículos sin más guía que sus experiencias cotidianas.

No obstante, sin notarlo, se enfrentan a sus peores temores cuando, compelidos a ejecutar un deber o a continuar con el compromiso de vivir, un elemento ajeno y externo a ellos enciende el recuerdo tan vívidamente que, imbuidos en él, dan paso a eventos en escenarios internos, pasados o futuros y desconocidos, en ambientes y con seres, organismos o componentes insólitos e insanos que toman forma en el ahora.

Cada evento es pesadillesco. Los protagonistas han de volver al presente; de otro modo, no tendrían conciencia de lo pestilente e infecto que resultan ser ellos y los contextos que acaban de dejar.

Mas luego, regresan a otra vivencia dantesca, como si ésta fuera la última realidad; y si otra vez están en el presente, alguno de aquellos seres los acompañará.

Es decir, la realidad presente es trastocada al extremo de que, al retornar a la pesadilla, se adquiere la conciencia real y verdadera de que se ha entrado al misterio final.

Las anteriores representaciones acuden asociadas a las anatomías echadas a perder de los personajes; de vómitos, excrementos, orines y otras secreciones, cuando en el tránsito avanzan, llenos de desconsuelo, desesperación, ansiedad y soledad; o cuando, precipitados en la alucinación mortal, aún no reconocida, buscan ponerse en pie, consternados, inquietos, azorados o curiosos para descubrir su situación actual.

Esta doble significación escatológica: corrupción exaltada en la puerta de salida de la vida y de entrada de la muerte, sumado al uso un lenguaje coloquial y descriptivo, producen sensación de desagrado, asco o malestar (salvo que Usted, querido lector, disfrute de todo esto), orillando a una posible suspensión de la lectura.

Si bien, el lector continuará. ¿Por qué?

Porque, igualmente, genera imágenes dentro de otras imágenes induciendo a la disonancia; por ejemplo, el protagonista del cuento “Crónica del gusano sordo” probablemente no cree en el cielo ni en el infierno, aunque sabe más del segundo que del primero porque sí tiene un código de ética; de suerte que entiende la importancia de mantener guardado su “secreto”, distingue el olor a muerto y, con todo, tiende a la ilusión de ser rememorado por las personas asiduas a la conocida librería, ubicada en el centro histórico de la capital poblana.

Librería que, por cierto, sí existe —Morales Castro es asistente frecuente— y fue sitio de la presentación de su obra, el 24 de enero de 2024. Información que levanta cierta extrañeza (y no será la única).

Claro, el lector podría ignorar esta noticia, pero no el hecho de que el narrador, en primera persona, es un escritor, ganador del premio Nacional de terror y fantasía, por su cuento “Crónicas del gusano sordo”, título semejante motivo de estos comentarios y de todo el volumen.

Dato interesante debido a que Crónica del gusano sordo es ganador del primer lugar en el 74 Concurso Internacional de Poesía y Narrativa, Enlace de Palabras, convocado por el Instituto Cultural Latinoamericano, Buenos Aires, Argentina, 2021, según se lee en su calce; a propósito, esto también es verdadero.

De esta suerte, Morales Castro comparte fracciones de su biografía con la ficción que relata; mientras que su personaje participa de la ficción creada por el autor, al mismo tiempo que deja saber al lector las realidades externas y presentes; las interiores y pasadas, así como las internas y externas futuras; en las que atrapado al indagar dentro de quien conoce su secreto, caerá en su propio devenir, obsesionado por un gusano que lo perseguirá incansablemente.

Los olores, formas y la aprehensión del placer material se verán contrapunteados con las otras percepciones del cuerpo, pensamiento y espíritu del protagonista que, sin querer y aún sin imaginarlo, podría conformarse o asombrarse con la novedosa idea de su genuina naturaleza y de su continuidad o no.

¿El ficticio escritor logrará su propósito de quedar en la memoria de los vivos? ¿Su “secreto” será desvelado?, ¿por quién? Si esto llegara a pasar, ¿qué ocurriría? ¿Cómo el recuerdo y la memoria; y el pensamiento, el cuerpo y el alma se encuentran y desencuentran en estos juegos?

Las respuestas están en este y en los otros cuentos. El lector tendrá que leerlos bajo su cuenta y riesgo.

Adicionalmente, en estas historias, el hombre —portador de su prisión— delatará sus temores, en sus acciones; su lucha interna, en los humores de su organismo; su vulnerabilidad, en su resistencia a separarse de su corporeidad. Y será, durante el transcurso del punto en que estará conciente de su existencia a aquel en que sobrevendrá su transformación —de que la que no se percatará, sino hasta depués de que esta haya ocurrido—, que se padecerá a sí mismo.

Entonces se originan otros cuestionamientos: ¿cuántas veces la vida se termina?, ¿cuántas reinicia?, ¿adopta nuevas configuraciones?; después, ¿qué sigue?

No se trata de rencarnación ni de muertos vivientes, sino de, ¿qué es lo que nutre a la vida y a la muerte?

¿Los personajes captarán esto?, y ¿el lector?

En ello radica el fino horror de estas historias.

Advertencia: Crónica del gusano sordo es una colección de cuentos, en una pieza, exclusivamente para quienes soporten la visión del instante en que la vida va entrando en los terrenos de la muerte; o que deseen saber de la sensación del dolor, de la corrupción y lo obsceno pese a la evidencia de que el mundo físico ha desaparecido.

Contradictoriamente, la belleza física del libro, la suavidad de su portada y sus lúdicos trazos invitan a releerlo; pues aunque se trata de una edición de autor, el diseño de interiores y portada de Casa Bonsai, y el cuidado de Mildred Meléndez confieren una equilibrada composición a sus páginas: el material y la tipografía; márgenes, párrafos y entrelíneados; y las áreas entre encabezados y texto son cómodos tanto en tamaño como color para desarrollar una lectura fluida.

Los dibujos en la portada, contraportada y en interiores sobre fondo negro hacen un guiño al lector, de estar moviéndose al ritmo de los relatos.

Como siempre, Usted, querido lector, tiene la última palabra.