Gorilas en Trova

Islandia, puente de Jorge Luis Borges

Islandia, puente de Jorge Luis Borges

Noviembre 14, 2023 / Por Maritza Flores Hernández

La tierra del fuego y del hielo poblada por elfos y trolls, por los trece jólasveinarnir del Yule y por monstruos terribles alejados del bien, está a punto de dar a luz a otro volcán. Es Islandia. Querido lector, ¿a dónde irán sus seres?

Aventurar una respuesta es difícil, incluso para los científicos. No se tiene la certeza exacta de cuándo emergerá el nuevo volcán: se conoce que un poco más de mil sismos —a una profundidad de 800 metros aproximadamente—, suceden cada día y el magma —a menos de cinco mil metros de la superficie— han obligado a evacuar Grindavik, ciudad de más o menos 4 mil habitantes, en la península de Reykjanes, a 60 kilómetros de la capital islandesa, Reikiavik.

Todos estos nombres, mucho más difíciles de pronunciar que de escribir, traen a la mente los paisajes alucinantes del Bosque Negro, habitado por los Hobbits de la novela El Señor de los Anillos, de J.R.R. Tolkien. Pero sobre todo, el poema “A Islandia”, de Jorge Luis Borges:

 

Islandia, te he soñado largamente

Desde aquella mañana en que mi padre

Le dio al niño que he sido y que no ha muerto

Una versión de la Völsunga Saga

Que ahora está descifrando mi penumbra

Con la ayuda del lento diccionario

 

Cada Uno se encuentra con Islandia en épocas y maneras distintas: algunos tropiezan con ella en las noticias; otros, en las novelas y poemas; y el escritor, ensayista, poeta y erudito argentino, Jorge Luis Borges, en dos caminos diversos:

Primero, en el Völsunga Saga, en su traducción al inglés, obsequio de su padre. En segundo lugar, al visitar a ese país, en tres ocasiones.

El origen que prendió la imaginación de Borges es el Völsunga Saga, sitio de la mitología y sagas de Islandia.

A partir de esta obra, Borges tiende puentes entre dos culturas distantes: una, en el polo sur, Argentina; y otra, en el polo norte, Islandia.

Dos puntos que entran en contacto a través de la voz del poeta y de la palabra escrita: del Völsunga y de los versos de Borges.

El Völsunga Saga, compuesto hacia finales del siglo XIII, y la obra de Borges, del siglo XX, van al encuentro flotando en el aire, en el refugio de los pájaros y en el origen, no de los mundos, sino del mundo, en la imaginación de un niño cercano a la Patagonia que permanece vivo en la vida del adulto.

Pues sólo el niño es capaz de sostener y mantener encendida esa luz de la imaginación, para suponer y seguir suponiendo como verdaderos a los seres fantásticos; y, así descifrar las penumbras del hombre; causadas: una, porque Borges es ciego; y la otra, por la ceguera de la humanidad.

Ambas habitan al mismo individuo, pero las elude y sobrevive debido a las facultades del alma infantil.

Así es Islandia, tierra de relatos que hace a un lado las sombras blancas u oscuras, en el cual es posible rencontrarse con la acción del padre que ha partido a otras dimensiones, que posibilita recobrar al niño que no se ha ido y que descubre las antiguas imágenes encerradas en una tradición oral muy bien afianzada (sagas), traducida en grafías con las que se está poco familiarizado; todo ello es agradecido en este poema, “A Islandia”.

Una Islandia acariciada en el pensamiento, siempre actual, del bonaerense, Jorge Luis Borges.

Völsunga Saga es un poema islandés, forma parte del Cantar de los Nibelungos. Contiene, además, parte de la Edda poética. Estos documentos contienen las letras, epopeyas, mitos del folclore transmitido en el hablada de Islandia; después, puestos en textos por autores de la Edad Media. Han sido traducidos a las lenguas modernas: inglés, español, francés, alemán, noruego, etc., durante los últimos siglos, incluso el propio Jorge Luis Borges tradujo esta obra.

El mismo autor, en su poema “A Islandia”, representa a esa nación en sus orígenes y en su bienhechora acción; veamos algunos fragmentos:

 

Qué dicha para todos los hombres,

Islandia de los mares, que existas.

Islandia de la nieve silenciosa y del agua ferviente.

 

Fría rosa, isla secreta

que fuiste la memoria de Germania

y salvaste para nosotros

su apagada, enterrada mitología,

el anillo que engendra nueve anillos,

los altos lobos de la selva de hierro

que devorarán la luna y el sol,

la nave que Alguien o Algo construye

con uñas de los muertos.

 

El poeta da gracias por la existencia de Islandia. Por un existir callado, que sin hacer ruido ni llamar la atención ha salvado la mitología germánica y nórdica, puesto que al fundarse por las variadas naciones de Vikingos, estos mantuvieron las usanzas y la cosmovisión de sus ancestros, por ejemplo, El señor de los Nibelungos. Sus dioses y héroes: Odín y las Valkirias, la espada Gram, el héroe Sigurd luchando contra el dragón, Völsung, guerrero vikingo, hijo del caudillo Rerir, etc.

Borges continúa:

 

Islandia de los cráteres que esperan,

y de las tranquilas majadas.

Islandia de las tardes inmóviles

y de los hombres fuertes

que son ahora marineros y barqueros y párrocos

y que ayer descubrieron un continente.

 

 

Es decir, para Borges no basta mencionar todo el conocimiento que hay detrás de su constitución, sino lo que desarrolla, además, en los siglos venideros.

Puesto que sus fundadores pasaron del paganismo a la cristiandad; simultáneamente, abrazaron oficios inéditos: verbigracia, el pastoreo. Por eso la majada, con su acepción polisémica: lugar para el ganado y el pastor, y estiércol del ganado. Transitaron de colonizadores a actores vinculantes de civilizaciones, de andar en los mares a gobernantes de tierra firme, tanto en el orden social como en el espiritual.

Actos coetáneos a esta era, tal y como fueron y siguen siendo sus tierras de cráteres, enigma del origen de la vida en la tierra; algo confusa, incierta, semejante al nacimiento de un volcán, del que se ignora si llegará a nacer o no, ni exactamente cuándo y dónde.

Acudir a la poesía para pensar la cotidianidad es el modo para dejarse soprender por todo lo hermoso que guarda este mundo, como en el mismo poema, el propio Borges afirma:

 

isla del agua llena de monedas

y de no saciada esperanza.

Islandia de la espada y de la runa,

Islandia de la gran memoria cóncava

que no es una nostalgia.

 

Palabra, relación de recuerdos, pasado y presente brotan constantes desde el interior de Islandia; por ello, la nombra “de la gran memoria cóncava”, donde la espada de Gram y la runa —escritura de los pueblos germánicos— inspiran a las generaciones subsecuentes, como a Usted, querido lector del siglo XXI, que aún creen en los dragones y en los caballeros que salvan princesas, luchando contra ogros, trolls y elfos, porque la esperanza nunca muere, ya que está en el corazón de lo humano.

¿A dónde irán los seres de Islandia? ¿Dónde estarán?

Como siempre, querido lector, Usted tiene la última palabra.

Maritza Flores Hernández

Cuentista, ensayista y también abogada. Egresada de Casa Lamm, donde hizo la Maestría en Literatura y Creación Literaria. Considera el arte, la ciencia y la cultura como un todo. Publica dos columnas literarias cada semana, en distintos diarios. Su obra ha formado parte de la antología de cuentos “Cuarentena 2020”.

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