Ubú
Mayo 27, 2022 / Por Ismael Ledesma Mateos
Todos los días, al despertar, veo en mi teléfono la información que me mandan de Google, principalmente pura porquería, sobre todo artículos de El Financiero, que un día sí y el otro también atacan al presidente López Obrador. Uno de los más rabiosos es Raymundo Riva Palacio; otro, Enrique Quintana y varios más. Leo sus artículos pues hay que saber lo que piensa el enemigo, aunque todo lo que dicen son estupideces, llenas de ideología derechista y neoliberal. Pero sí resulta irritante ver el nivel de bajeza moral de esas publicaciones donde resalta el odio a un proyecto de transformación del país y el deseo de que a México le vaya mal para que el nuevo régimen se hunda.
Aquí me viene a la mente la categoría de “bloque histórico” de Antonio Gramsci. Como ha escrito Carlos Emilio Betancourt, “el planteamiento central de su teoría es el análisis de las relaciones entre la estructura socioeconómica y la superestructura jurídico-política, que forman un ‘bloque histórico’. Aunque este concepto no es desarrollado sistemáticamente, se halla explícita o implícitamente en varios lugares de sus escritos.
”El concepto de bloque histórico implica una concepción teórico-práctica del materialismo histórico, a partir de la crítica de los entendimientos mecanicistas y deterministas del marxismo en cuanto las relaciones economía-política y cultura-política. En particular, Gramsci supera interpretaciones marxistas sobre el Estado que ubican a éste como epifenómeno o como instrumento neutral susceptible de usarse por cualquier clase social. En el contexto del bloque histórico, el Estado no sólo es un aparato de dominación de una clase por otra, sino que refleja la síntesis coerción-consenso y la síntesis hegemonía-dominación que caracterizan el ejercicio del poder político.” (“Gramsci y el concepto de bloque histórico”)
Lo que AMLO ha tratado de construir es un bloque histórico para poder gobernar de manera sólida y me parece que hasta el momento lo ha logrado. Su relación con importantes sectores empresariales, su manejo de la política internacional, los acuerdos con los gobernadores de los estados, aun los de partidos de oposición, dan muestra de ello. No obstante, me atrevo a plantear otra categoría: la de “bloque histórico” de la oposición, en este caso el “bloque histórico de la derecha”. Aquí vemos cómo se conjuntan sectores empresariales recalcitrantes, comentócratas y opinócratas de medios de comunicación afines a la derecha, los partidos opositores y sectores sociales afines al régimen neoliberal.
Se trata de todos aquellos que no soportan haber perdido sus privilegios o estar a punto de perderlos. Lo que incluye la clase media aspiracional, ignorante y ambiciosa, que en todo momento exhibe su avaricia y su codicia —como decía Platón en el mundo antiguo para referirse a los comerciantes.
Para Gramsci, la ideología es “...una concepción del mundo que se manifiesta implícitamente en el arte, en el derecho, en la actividad económica, en todas las manifestaciones de la vida intelectual y colectiva”. Sin embargo, establece que solamente las ideologías ligadas a una clase fundamental económica son esenciales. Aunque puedan parecer independientes, las distintas ramas de la ideología ligadas a una clase son parte de la concepción del mundo de la clase dirigente. Gramsci es radical: hasta las ciencias son ideología; lo que no sería ideología son los datos. La filosofía es colocada en un papel especial: nexo articulador y la piedra angular de la ideología, es su estrato más coherente.
”En el marxismo, el concepto de ‘ideología’ se ha asimilado a ‘falsa conciencia’: conjunto de ideas cuya función es ayudar a mantener el orden social impuesto por las clases dominantes. La noción que usa Gramsci, sin estar totalmente en contradicción con la clásica marxista, brinda mayor amplitud y flexibilidad.
”Lo más interesante es que Gramsci brinda a la ideología un papel importante en la configuración de la sociedad. La ideología es el lugar donde las clases sociales y los hombres toman conciencia de su papel y de las contradicciones sociales, y este lugar es necesario y decisivo. La estructura ideológica es la organización a través de la cual se difunde la ideología. Las organizaciones culturales: Iglesia, escuela y prensa. Los instrumentos técnicos son la radio, periódicos, etc. Gramsci, por ejemplo, habla de la Iglesia Católica —a la que recurre reiteradamente como un ejemplo en su estudio de las superestructuras— como una Sociedad Civil dentro de la Sociedad Civil que ha mantenido su poder bajo sus propias condiciones de homogeneidad interna. Y con esto busca una explicación precisa de la homogeneidad o unidad que a veces los grupos y clases dominantes se dan. Para estos propósitos, Gramsci recurre a la categoría de los intelectuales. Gramsci, al enfatizar el rol de la ideología y al señalar la importancia de los intelectuales, se distancia de la interpretación común a muchos marxistas en el sentido de que la dominación de la base económica es muy fuerte”.
Y es precisamente la ideología lo que alimenta al “bloque histórico de la derecha en México”. El escenario que se ha generado por la llamada 4T ha intensificado la lucha de clases y la lucha ideológica ha desvelado una realidad que se encontraba oculta, disimulada en México: la de un país contradictorio plagado de desigualdades, inmerso en la mentira, el engaño y la corrupción. Ahora nos encontramos ante dos bloques históricos: el que encabeza el gobierno de López Obrador y el de la derecha, que busca anular el proyecto de transformación del país. El resultado final de este conflicto se sabrá en el 2024, pero yo espero que sea favorable a la transformación del país.
El padre Ubú pensaría que eso de izquierdas y derechas es una tontería, que en un reino estable el poder se ejerce de manera omnímoda, donde solo importa su voluntad —y bueno la de la madre Ubú—, y donde lo fundamental es el incremento en las phinanzas, pero la realidad le mostró que las cosas no son así y por eso fue derrocado.
¡Vamos a interrumpir aquí!
Biólogo (UNAM), Maestro en Ciencias en Bioquímica (CINVESTAV), Doctor en Ciencias (UNAM), Premio a la mejor tesis doctoral en ciencias sociales en el área de historia por la Academia Mexicana de Ciencias (1999), Postdoctorado en el Centro de Sociología de la Innovación de la Escuela Nacional Superior de Minas de París, Francia. Director fundador de la Escuela de Biología de la UAP, Presidente de la Sociedad Mexicana de Historia de la Ciencia y de la Tecnología A.C (SMHCT) (2008-2014), profesor-investigador de la FES Iztacala de la UNAM.
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