La calumnia en el periodismo: el caso Loret de Mola

La manera como se comportan algunos columnistas, que se denominan comentócratas u opinócratas, es realmente nauseabunda. Esbirros del antiguo régimen neoliberal se dedican de tiempo completo al ataque contra el Presidente Andrés Manuel López Obrador y su proyecto de transformación del país. Cualquier pretexto es valido, incluso un estornudo. Solo buscan como atacarlo y es evidente que están al servicio del PAN, que es la oposición más rabiosa. Estos opinócratas son una vergüenza para el periodismo, donde su método de acción es la calumnia y uno de los casos más patéticos es Carlos Loret de Mola. Hace mucho un amigo mesero vio una emisión del programa “Tercer Grado”, de Televisa, y me preguntó quién era ese tipo que ataca de manera tan visceral al Presidente y le respondí que era Loret.

Esto no es algo nuevo ni exclusivo de México. Se da en todo el mundo y en todas las épocas y en 1955 el fenómeno fue abordado por Jean Paul Sartre. Como se señala en una nota del Instituto Valenciano de Cultura acerca de una obra que leí en mi juventud, Nekrassov es la única comedia escrita por Jean-Paul Sartre. Obra inteligente y profundamente divertida, en la que critica con ferocidad al cuarto poder y la manipulación de la opinión pública con fines políticos o económicos. Un texto que cuestiona la veracidad de la información periodística en un mundo que enarbola la bandera de la libertad y la democracia.

Situada en plena Guerra Fría, la obra resume actualidad: desinformación, uso político de la mentira y fake news. El diario conservador Soir à París necesita urgentemente noticias atrayentes para poder subsistir, sean falsas o verdaderas. ¿Qué mejor reclamo que el testimonio del ministro Nikita Nekrassov, quien acaba de cruzar el telón de acero? Desde el humor más absurdo, Sartre señala el fingimiento y el miedo como herramientas de explotación del hombre por el hombre. Como en toda su escritura, no escapa a la reflexión sobre la libertad individual y las contradicciones humanas entre el pensamiento y la acción, sobre la confrontación entre la ética personal y el deber colectivo.

 

 

Con el caso Loret de Mola, tenemos una recreación de la comedia teatral de Sartre. Nekrassov es de gran riqueza para entender lo que pasa en el país. Estas escorias del periodismo como Raymundo Riva Palacio, Pablo Hiriart, Macario Schettino, Leo Zuckerman, Ciro Gómez Leyva y otros más, encajan perfectamente con lo caricaturizado por Sartre. No puede desligarse esto del hecho de que ante el periodismo corrupto haya decidido fundar el diario Libération en 1973, junto con los periodistas Benny Lévy y Serge July. El proyecto nació bajo el impulso del mayo francés, con el nombre del periódico clandestino vinculado a la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, el Libération, que fue dirigido por Emmanuel d’Astier de la Vigerie. Por eso, Libé nació con unas características insólitas dentro de la prensa europea. Las relaciones laborales dentro de su redacción no estaban jerarquizadas, todos los empleados (incluido el personal de los talleres) recibía el mismo salario y no se aceptaba publicidad en sus páginas. Con esa estructura y con la dirección moral de Sartre, Libération salió a la calle por primera vez el 3 de febrero de 1973. Su posicionamiento político era de izquierda, pero no estaba vinculado a ningún partido político, como sí ocurría con L'Humanité, periódico del Partido Comunista Francés.

En México se requiere un periódico de esta naturaleza, lo cual no ha podido ser realizado por La Jornada, que inició con ese espíritu, y que sin duda es un gran diario del país, pero considero que le falta agresividad. A los calumniadores como Loret y sus similares hay que combatirlos con rigor y energía, como lo ha estado haciendo el Presidente en sus conferencias matutinas. La manera como se comportan los comentócratas es realmente un abuso obsceno de la libertad de expresión. Y se atreven a decir que estamos en una dictadura. Imagínense cómo les hubiera ido con los gobiernos de Obregón, Calles, y ni se diga con Díaz Ordaz. Sin duda se aprovechan y abusan del estilo de gobernar de López Obrador, pero llegan a extremos intolerables.

Serviles a los gobiernos neoliberales, aferrados a sus privilegios, atacan al gobierno actual sin mesura alguna. La agencia Latinus de Loret de Mola se ha convertido en un instrumento golpista, financiado por los más oscuros intereses, tal como los ataques de Reforma, El Universal y El Financiero, que han perdido todo componente de moral periodística. Todos los días, en mi insomnio matinal, antes de ver la conferencia mañanera veo en internet la pagina de Google, donde lo que aparecen son artículos contra López Obrador, sobre todo de El Financiero, que por cierto nunca menciona cuando arremete contra los medios detractores, pero para mí es el peor. “Calumnia que algo queda” es una frase que conocí en mi juventud y que ellos aplican fehacientemente.

El escándalo acerca de la casa rentada del hijo del presidente es un ejemplo de la actitud más vil, espionaje ratonero, sin trascendencia alguna, que da cuenta de la bajeza de Loretito, experto en realizar montajes para poder posicionarse mediáticamente, tal como el caso Florence Cassez o el de la niña inexistente en el terremoto. Me parece completamente correcto que se hayan revelado los ingresos de este sátrapa, que resultan inauditos en comparación con los bajísimos salarios de la mayoría de los periodistas, lo que es una muestra de la suciedad a la que sirve.

El Rey Ubú hubiera requerido de un ser tan despreciable para mantenerse en el poder, tal como los PRIANISTAS, pero afortunadamente no lo tuvo a su servicio, y por eso su régimen despótico cayó, tal como pasó en México con la llegada del nuevo gobierno, que espero que se mantenga por mucho tiempo.

 

¡Para mí es suficiente!

 

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