Ubú
Marzo 25, 2022 / Por Ismael Ledesma Mateos
Es patético leer columnas de los diarios enemigos del gobierno, muchas de ellas las tengo, a través de Google e internet, en mi teléfono móvil a primera hora de la mañana, además de lo que aparece en los medios de comunicación como radio y televisión. De igual forma, cuando voy a comer o tomar algo en algún sitio que frecuento, escucho a clientes diciendo estupideces en contra del presidente López Obrador. Evidentemente son comerciantes de poca monta, sin escolaridad alguna, salvo excepciones de pequeños burgueses enajenados por los prejuicios y la ideología de su clase. Nadie que pueda comprender el significado del compromiso político y de un proyecto de nación.
Un triunfo de nuestro gobierno en esta semana fue la inauguración del aeropuerto Felipe Ángeles en Santa Lucía (AIFA), una mega obra, algo monumental que resulta emblemático para el gobierno de la llamada 4T, algo que los detractores desde el inicio consideraron que fracasaría, pero no fue así gracias a la capacidad y la pericia de los ingenieros militares, aunque luego de la inauguración los adversarios llegaron a decir que la obra estaba inconclusa y la legisladora panista Kenia López Rabadán se atrevió a afirmar que estaba en obra negra. También dijeron que los baños no tenían agua y cosas así. La ex morenista y ahora rabiosa panista Lilly Téllez promete retomar el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de Texcoco, estupidez que también sostiene Gabriel Quadri, pensando en que pueden ganar la presidencia en 2024. Se trata de un teatro del absurdo.
Cuando tengo insomnio matinal, a eso de las 5 de la madrugada, me pongo a leer las atrocidades de los columnistas, como los del diario El Financiero, que en todo momento trabajan para denostar al gobierno legítimamente electo por la mayoría del pueblo. Su capacidad de mentir y calumniar es realmente impresionante. Pero el hecho real es que el AIFA fue terminado a tiempo y ha sido inaugurado con elogios de diferentes sectores de la sociedad, incluyendo poderosos empresarios como Carlos Slim. Ahora la derecha encamina sus acciones al ataque del tren maya y en contra de la refinería de Dos Bocas. Les parece insoportable que el gobierno sea exitoso y tendrán otro golpe fuerte en su contra cuando el 10 de abril se ratifique la continuidad del presidente en el poder.
Lo que realiza la comentocracia es lo que Vanesa Lio y Martín Urtasun plantean al comentar el libro Enigmas y complots. Una investigación sobre las investigaciones, de Luc Boltanski: “Enigma, complot e investigación funcionan como eje articulador de este libro de Luc Boltanski, publicado en 2012 y traducido al español en 2016. A partir de dos géneros literarios, la novela policíaca y el relato de espionaje, el autor reflexiona acerca de la representación y problematización de la realidad desde finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Los relatos protagonizados por los personajes Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle, y Jules Maigret, de Georges Simenon, le sirven para ilustrar las características de la novela policíaca en los contextos inglés y francés respectivamente. En cuanto a las novelas de espías, Los 39 escalones de John Buchan funciona como un prototipo del relato original sobre el cual se despliegan distintas transformaciones ejemplificadas con obras de otros autores.
”A partir de una reconstrucción histórica del surgimiento de estos géneros y del estudio de sus componentes fundamentales, en una operación que debe mucho a la arqueología tal como la entendía Michel Foucault, Boltanski sugiere que han sido utilizados como un medio para exponer al público algunas de las inquietudes que tocaban la esencia de los dispositivos políticos surgidos a finales del siglo XIX. La cuestión de la verdad (manifestada en la tensión entre lo oficial y lo oficioso), la extensión de la sospecha y la articulación de los Estados-nación con el capitalismo son algunas de las tensiones en las que se expresa este acercamiento entre el orden político moderno y la narración literaria.
”La obra se despliega, a su vez, en vinculación con tres campos disciplinares: la psiquiatría, con la invención de la paranoia como nueva enfermedad mental estrechamente vinculada a la investigación; las ciencias políticas, que al desplazarse del plano psíquico al social toman por objeto la conjura y las teorías de la conspiración; y la sociología, en su búsqueda de formas específicas de causalidad”
La obra de este gran sociólogo, con el que pude tomar clase en París, es importante para entender la situación que actualmente se vive en México y que, en términos de narrativa literaria, es realmente nauseabunda. El mejor antídoto es sin duda la conferencia mañanera del presidente, que es repugnante para los reaccionarios derechistas. Al salir de un restaurante, el canciller Marcelo Ebrard fue increpado por un comensal que le gritó que estaba harto de la mañanera, a lo que él respondió con contundencia “Pues no la veas”, lo que es una muestra de la animadversión de los derechistas, principalmente clasemedieros.
Como se afirma en el texto citado anteriormente, “los relatos de espionaje, que aparecen a principios del siglo XX, comparten con las novelas policíacas la misma inquietud sobre la robustez de la realidad. Pero esta vez la figura desestabilizadora es la del complot, como conspiración de individuos diferentes y dispersos que actúan como uno solo. Para desenmascarar y contrarrestar los efectos de estas conspiraciones, el Estado deberá superar una serie de pruebas, y demostrar su capacidad para garantizar la seguridad de la población.”
Si en la novela policíaca el enigma suele ser un crimen puntual, en los relatos de espionaje es la misma realidad la que se pone en jaque como resultado de un ataque sistemático desde dentro y fuera del propio Estado. Esta diferencia expresa dos “estados del Estado”: la paz sobre la que se recortan los crímenes que investigan policías y detectives, y la guerra constante disimulada por una paz aparente, en que la sospecha se generaliza. En las novelas de espionaje, tal vez más que en las policíacas, se explora a fondo la tensión entre una realidad oficial, aparente pero falsa, y una realidad oficiosa, oculta pero verdadera, que lleva a una pregunta por el locus del poder en los nuevos Estados pretendidamente liberales y democráticos: ¿son realmente sus representantes políticos quienes gobiernan, o no son más que una fachada para individuos y grupos ocultos que ejercen su control desde las sombras? Las respuestas, con sus distintas connotaciones políticas, vuelven sobre un capitalismo dinámico que rompe las fronteras de los Estados y erosiona el poder de sus representantes, ya sea en alianza con anarquistas y socialistas, con judíos o con las élites que conforman las clases dominantes.
La investigación que emprenden los personajes de ambos géneros narrativos se prolonga al punto de constituir una búsqueda infinita de pruebas de la realidad. Esta actitud es la misma que por la misma época había sido tipificada por la psiquiatría como indicadora de una nueva enfermedad mental llamada paranoia. Desde sus primeras formulaciones, referidas a individuos o tipos sociales frustrados y con delirios de grandeza, el uso del término se ha extendido hasta describir grupos e incluso sociedades enteras, y ha mantenido su carácter patológico o peyorativo. Reapropiada especialmente por las ciencias políticas, la paranoia funciona como una herramienta crítica que se utiliza desde posturas liberales contra un “estilo político” presente tanto en los extremismos de izquierda como de derecha. Más allá de las inconsistencias que encuentra en dichos planteos, Boltanski señala la fuerza que ha tomado el rechazo conjunto a la paranoia y a las “teorías del complot”, tanto en las ciencias sociales como en otras formas de investigación, como el periodismo”.
En el caso del reino del padre Ubú, no hubo necesidad de ningún complot y no existía una prensa vendida, como pasa en México. Se trataba de un poder personalísimo de él y la madre Ubú, que finalizó con el triunfo del mandatario legítimo, pero aquí se enfrenta un escenario de claroscuros, donde finalmente creo que la democracia y el gobierno de la transformación saldrán airosos.
¡Vamos a interrumpir aquí!
Biólogo (UNAM), Maestro en Ciencias en Bioquímica (CINVESTAV), Doctor en Ciencias (UNAM), Premio a la mejor tesis doctoral en ciencias sociales en el área de historia por la Academia Mexicana de Ciencias (1999), Postdoctorado en el Centro de Sociología de la Innovación de la Escuela Nacional Superior de Minas de París, Francia. Director fundador de la Escuela de Biología de la UAP, Presidente de la Sociedad Mexicana de Historia de la Ciencia y de la Tecnología A.C (SMHCT) (2008-2014), profesor-investigador de la FES Iztacala de la UNAM.
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